¿Está Tom Cruise volviéndose loco?

Algunos aseguran que sí. Su fanatismo religioso y sus extrañas conductas públicas hacen temer lo peor y la industria ya está francamente preocupada.

Ya se lo preguntó la revista «Times»: «¿Está Tom Cruise loco de amor o está simplemente loco? Buena pregunta. La industria comienza a preocuparse a causa de la conducta de la estrella de «Top Gun», «El color del dinero», «Jerry Maguire» y «Magnolia», filmes que figuran entre los nuevos clásicos del cine americano. El diario inglés «The Guardian» mencionó, días atrás en un artículo acerca de Cruise, que la Paramount estaba considerando renunciar al proyecto de hacer el tercer episodio de «Misión imposible», con un presupuesto de 150 millones de dólares, porque temía por su inversión. ¿El motivo? La conducta de Cruise.

Lo cierto es que el actor ha hecho bastante mérito para cargar sobre sí este tipo de sospechas. Hay una pregunta más sobre el tapete de los ejecutivos que administran los recursos de Hollywood: ¿qué pasa si efectivamente Tom Cruise está volviéndose loco? Es decir, ¿qué podemos esperar de un tipo que ha perdido la chaveta?, ¿cómo afectará sus decisiones?, ¿y qué ocurrirá con su vida privada? Por ahora sólo hay fuertes indicios, pero al ídolo del cine podría estar transitando por los mismos laberintos que años atrás atraparon a figuras del cine como Howard Hughes o Marlon Brando o, de la música, como Axel Rose y Jim Morrison.

Enumeremos algunas pistas acerca de la conducta de Cruise. Hace unos días, visitó el famoso programa de Oprah Winfrey y, en medio del show, comenzó a golpear el piso con el puño cerrado y a gritar: «¡Estoy enamorado, estoy enamorado, estoy enamorado!» -de Katie Holmes, según se sabe-. Todos se quedaron… petrificados. A la vez que nadie se atrevió a hacer la pregunta clave de la noche: ¿se encuentra usted bien, Tom? Poco después, Cruise inició una desigual batalla verbal con Brooke Shields y se atrevió a condenarla en público por haber reconocido que luego del embarazo utilizó antidepresivos. Al parecer Cruise realizó una mirada muy superficial de los hechos, sobretodo si se piensa que la actriz estuvo a punto de suicidarse. Frente al aluvión de preguntas acerca de cuál era el motivo de su condena, él apeló a una frase que hace tiempo se transformó en su muletilla preferida: «¡Usted no sabe nada!» Las creencias religiosas de Cruise le impiden tener el menor respeto por la psiquiatría y el uso de drogas que puedan ayudar a un ser humano en momentos difíciles. Es curioso que el actor asegure saber más que la propia Shields de… depresión postparto. Fue esto lo que el viernes pasado justamente le contestó la actriz a través de un artículo en «The New York Times».

Lo siguiente que Cruise hizo fue otorgarle un alto perfil a su relación con la actriz de «Batman Begins», una conducta que no es nueva en él. Cuando su matrimonio con Nicole Kidman se quebró, el astro negó primero y confesó después – a los cuatro vientos- su flamante noviazgo con Penélope Cruz. La chica no duró mucho con Cruise, puesto que el actor quería que su pareja se integrara a los quehaceres en la Iglesia Cientologista. No es el caso de su actual compañera, que está de acuerdo con seguirlo en su cruzada por difundir esta religión. Tampoco le incomoda demasiado a Steven Spielberg, quien asistió sin mover una pestaña a la aparición de carpas informativas de la iglesia junto al set de filmación de la «La guerra de los mundos».

Cada vez que un periodista o ejecutivo o visitante quiso saber algo del dúo dinámico compuesto por Cruise y Spielberg, debió antes darse una vuelta por la carpa de los acólitos.

En el ambiente se comenta que, desde hace largo tiempo, Cruise padece esta especie de mesianismo alimentado por su condición de hombre bello, superfamoso y rico, pero que hasta hoy no había sido evidente puesto que su representante, Pat Kingsley, lo mantenía férreamente custodiado. Sin embargo, esto comenzó a cambiar cuando el actor despidió a Kingsley y contrató para estos servicios a su hermana, Lee Anne DeVete, una seguidora de la Iglesia Cientologista. Si Cruise dijo poco y nada durante la era Kingsley, hoy, mal que les pese a los dueños de la industria, el chico no para de hablar. «Hace 20 años que soy cientologista. Si hay alguien tan intolerante que no quiere ver a un cientologista en una película, entonces que no vaya al cine, no me importa», le dijo Cruise a un periodista del semanario alemán «Der Spiegel» con quien mantuvo una fuerte discusión a propósito de sus convicciones en un programa.

Visto a la distancia, la afición de Cruise por salvar gente –son conocidas la ocasiones en que rescató de la muerte a un par de personas así como su trabajo en los espacios de rehabilitación de la Iglesia Cientologista-, ahora resulta un poco perturbadora. Justo en la cúspide de su carrera (y en una ironía del destino) ¿estará Tom Cruise por encontrarse con el ocaso?

 

Claudio Andrade candrade@

rionegro.

com.ar


Ya se lo preguntó la revista "Times": "¿Está Tom Cruise loco de amor o está simplemente loco? Buena pregunta. La industria comienza a preocuparse a causa de la conducta de la estrella de "Top Gun", "El color del dinero", "Jerry Maguire" y "Magnolia", filmes que figuran entre los nuevos clásicos del cine americano. El diario inglés "The Guardian" mencionó, días atrás en un artículo acerca de Cruise, que la Paramount estaba considerando renunciar al proyecto de hacer el tercer episodio de "Misión imposible", con un presupuesto de 150 millones de dólares, porque temía por su inversión. ¿El motivo? La conducta de Cruise.

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