Comunicación inclusiva
Roca
Mucho se ha difundido respecto de la necesidad e importancia de utilizar determinadas expresiones que incluyan a ambos sexos; es decir, que aludan a mujeres y varones sin otorgar mayor relevancia a ninguno de los dos géneros. A esto se denomina lenguaje inclusivo de género.
Tampoco debemos olvidar que existen los sistemas de comunicación para personas con alguna discapacidad, tal como la Lengua de Señas para personas sordas y el sistema de lecto-escritura Braille para personas ciegas.
No obstante, me voy a referir exclusivamente al lenguaje que habitualmente contribuye a la invisibilización de la mujer. Esto no debería ser así ya que nuestro idioma es abundante en términos y permite distintas expresiones inclusivas.
Por ejemplo, la siguiente expresión: “Los empleados de la IIda. Circunscripción del Poder Judicial que trabajaron durante el primer período de la pandemia”, podría expresarse de la siguiente forma: “Quienes trabajaron durante el primer período de la pandemia”.
O “Los Jefes de Despacho deberán controlar que el personal cumpla con las directivas de sanidad correspondientes para no contagiar ni contagiarse del covid-19”. Esta expresión puede reemplazarse por: “Quienes detenten el cargo de Jefe de Despacho deberán controlar que se cumpla con las directivas de sanidad correspondientes para no contagiar ni contagiarse del covid-19”.
Es decir, evitar cualquier expresión que contenga indicadores de un sólo género. Generalmente se utiliza el masculino por sobre el femenino y, aunque los conservadores del idioma aseguran que el término contiene a ambos, el vocablo destaca el masculino y oculta el femenino, demarcando así la hegemonía del hombre.
También recomiendo no utilizar el símbolo “@” o la barra para señalar las vocales a/o ni emplear la letra “e” y enunciar por ejemplo “Todes” o “nosotres” ya que nuestro idioma cuenta con profusos recursos lingüísticos que se pueden utilizar sin inconvenientes.
Carlos Ñanculeo
Especialista en Trabajo social forense.
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