Vecinas se pelearon durante años y el conflicto llegó a juicio con un fallo sorprendente en Bariloche

Dos mujeres llegaron a juicio denunciadas por otra persona. Pero hay hechos cruzados. El juez Bernardo Campana las absolvió y les dejó una lección.

Un conflicto histórico entre tres vecinas del barrio Omega de Bariloche llegó a juicio después de que todos los intentos por resolverlo, con algún método alternativo, fracasara. Las peleas y denuncias cruzadas fueron una constante hasta que la olla a presión explotó en septiembre de 2017.

La fiscal Alejandra Bartolomé acusó en el juicio a Patricia y su hija Agustina Yamile de haber agredido a la denunciante, Yolanda M, en dos ocasiones. La fiscal pidió que sean declaradas culpables.

El defensor oficial Marcos Miguel asistió a las mujeres acusadas y solicitó la absolución porque alegó que no se demostró la culpabilidad. Una de las imputadas sostuvo que había presentado 78 denuncias contra Yolanda.

El juez Bernardo Campana condujo el juicio, que se hizo a principios de este mes, y resolvió absolver por el beneficio de la duda a las acusadas porque advirtió que la prueba presentada por la fiscalía no fue suficiente.

Sin embargo, en la sentencia exhortó a las tres mujeres a dar vuelta la página y dejar las agresiones y respetarse mutuamente.

No está en discusión que lamentablemente han existido agresiones entre ustedes y que esas agresiones o molestias han sido recíprocas y se han extendido por años, haciendo de sus vidas casi un infierno”, observó Campana.

“Cuando uno regresa a casa busca refugio, tranquilidad, disfrutar de la familia, de los hijos o seres queridos incluso de las mascotas”, mencionó en el fallo.

Dijo que en la audiencia que abrió el juicio “quedó en evidencia” que ni la denunciante ni tampoco las imputadas “pueden acceder en su casa a esas pequeñas y también grandes cosas que de alguna forma nos permiten llegar a ser felices”. “Nada de eso ocurre, no hay tranquilidad en sus casas, no hay descanso, no está la posibilidad de disfrutar realmente de la familia e incluso este conflicto, el cual sin dudas excede los hechos objeto de esta causa, ha sido motivo de una separación personal”, advirtió el juez.

Creo sinceramente que el remedio de toda esta situación está en sus manos, en que cada una de ustedes pueda olvidar, dar vuelta la página de lo que ya pasó y mirar hacia adelante. Pero ese mirar hacia adelante debe involucrar a la vecina Patricia, a la vecina Yolanda y a la vecina Agustina y ver en ellas lo que son, una persona con sus virtudes, pero también defectos, miedos, enojos y problemas”, sostuvo Campana.

“Es muy importante que se reconozcan entre ustedes como personas y también mujeres que día a día se esfuerzan en cuidar a su familia, estudiar, trabajar o incluso acercarle un plato de comida a quien hoy lo necesita”, afirmó.

Sólo ustedes tienen el botón para desactivar este problema, no es el sistema penal el que les permitirán vivir tranquilas, en paz y buena vecindad”, aclaró.

“Quizás a la luz de la ley, de la razón se logren resultados que para una u otra parte sean reconfortantes, impliquen un reconocimiento público de tal o cual situación, pero lo cierto es que

seguirán viviendo una al lado de la otra y entonces, la solución debe darse allí, pared de por medio”, enfatizó el juez en la sentencia.

“Para solucionar esto hace falta tolerancia, respeto y reconocimiento de la otra, quien no es tan distinta, quien vive al lado de mi casa y a quien puedo ayudar bajando la música para que descanse, ayudándola en sus tareas, reconociéndola con unas pocas palabras de cortesía como puede ser “buen día vecina, que tenga una buena jornada“, pequeños gestos que entrañan grandes cosas, nada más y nada menos reconocer en la otra una persona similar a uno, con defectos y también grandezas”, propuso el juez.

“Saben que como juez e incluso antes de la audiencia de debate intenté algún acercamiento que no fue posible. Se realizó entonces la audiencia de juicio, declararon los y las testigos y cada una de ustedes dijo lo que considera su verdad”, explicó Campana.

“Vale decir que a cada una de ustedes las vi preocupadas más por el futuro, por ser reconocidas y no molestadas que por el resultado de este debate, pues bien el futuro está en sus manos”, concluyó el juez.


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