Una multitud despidió a Julio Salto en Cipolletti

Sectores de toda la comunidad asistieron ayer a darle el último adiós al ex intendente. Todavía no se conoce el origen de la infección que lo afectó.

CIPOLLETTI (AC).- Los restos estaban ingresando a la bóveda en medio de un cerrado aplauso y aún seguía ingresando gente al cementerio local. Unas 1.000 personas fueron ayer a darle el último adiós al secretario de Familia rionegrino y presidente del Movimiento Patagónico Popular (MPP), Julio Rodolfo Salto.

El inesperado deceso del ex intendente de Cipolletti impactó a todos, desde familiares, hasta funcionarios y vecinos en general. Más aún porque aún no se sabe qué tipo de enfermedad le ocasionó una infección generalizada que le produjo la muerte en forma repentina, a los 53 años.

Familiares dijeron que esperan que en los próximos 25 días llegue el resultado de un cultivo que se hará en un laboratorio de Bahía Blanca. Por los síntomas, no creen que haya sido Hanta Virus.

Ayer se supo que una semana antes de que tuviera que ser derivado de urgencia al hospital Italiano de Buenos Aires, Salto se había sentido mal, y pensando que su malestar podía deberse a una simple enfermedad, se habría automedicado antibióticos.

Esto podría complicar el resultado de los estudios que se harán en provincia de Buenos Aires para determinar realmente qué virus o bacteria lo afectó de manera fulminante.

Salto fue derivado de urgencia el pasado sábado por la tarde al Hospital Italiano, pero murió a las pocas horas, en la madrugada del domingo, de un paro cardiorespiratorio.

 

El recorrido

 

Ayer sus restos fueron velados en la casa paterna y actual sede del Movimiento Patagónico Popular, partido que fundó y del que fue candidato a gobernador en 1991. Cientos de personas desfilaron por las instalaciones de Sáenz Peña 56 hasta que a las 17 comenzó el traslado del féretro al cementerio local.

Los inspectores de tránsito tuvieron que cortar las calles aledañas a la sede del MPP ante la importante cantidad de vehículos que se concentraron.

Antes de llegar al cementerio, el cortejo pasó por el viejo edificio de la municipalidad (donde Salto se desempeñó como intendente) y luego por el Club San Martín, una de las instituciones que impulsó. Fueron dos despedidas simbólicas en sitios que marcaron su trayectoria.

En el cementerio se concentraron muchos funcionarios provinciales encabezados por el gobernador Miguel Saiz.

«Vine con un gran dolor a despedir a un amigo de más de 47 años y a un funcionario absolutamente eficiente y compañero permanente de la gestión de gobierno. No me pidan más porque no estoy en condiciones de hablar más», le dijo Saiz a la prensa cuando se retiraba del lugar.

Más allá de políticos -de distintos partidos- hubo una importante cantidad de vecinos en general que también quisieron despedir a «Rudy», como le decían la mayoría de los cipoleños.

Uno de los últimos aplausos prolongados en el cementerio se generó cuando alguien rompió el silencio al gritar justamente su apodo.


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