Se viene un nuevo baile… y sus polémicas

Año nuevo. Apuesta vieja. En el mundo del espectáculo, hay una frase que, de tanto usarla, ya luce gastada. Pero nadie se atreve a contradecirla: cuando algo funciona, no hay por qué cambiarlo. Y esa parece ser la consigna de Marcelo Tinelli, que este año, más precisamente hoy, a las 22, volverá a la pantalla de Canal 13 (que aquí se ve por Canal 10, de General Roca), con el bien probado show de bailes, sueños, y, sobre todo, polémica asegurada.

En ese plan, siempre bien delineado y mejor montado, la producción de «ShowMatch» se aseguró unos cuantos puntos fuertes. Quizás el más alto sea el de Nina Peloso, la mujer del piquetero Raúl Castells, que ya se despachó ante varios medios diciendo que usará ese espacio para hacer campaña para su candidatura a gobernadora de la provincia de Buenos Aires, mientras le pone el cuerpo a los distintos ritmos.

Pero allí también estarán, para sumar más polémica, de esa que rellena los programas de chimentos ya hartos de hablar de «Gran hermano», la siempre indiscreta Nazarena Vélez; la popular Iliana Calabró; la combativa Florencia de la V; la deslenguada Silvia Suller, y hasta Carmen Barbieri, ganadora del «Bailando 1», que deberá enfrentar a Moria Casán en el jurado. Lo que se dice un verdadero equipo para armar ese conventilleo barato que suele dar rating y minutos en otras pantallas.

Detrás de ellas, claro, están los soñadores, que son los encargados de darle el toque más sensible a este despliegue de música, baile y, por supuesto, enfrentamientos.

A diferencia del último concurso de 2006, esta vez la producción de Ideas del Sur, decidió mezclar entre los famosos a hombres y mujeres. Allí estarán, por eso, Matías Alé (que deberá pasar por el ojo del jurado que integra su mujer, Graciela Alfano), Rodrigo «La Hiena» Barrios, y Daniel Agostini (el ex de Nazarena Vélez, que, oh, casualidad, también participa).

Todo pensado. Todo calculado para esta nueva etapa de un «Bailando por un sueño 4» que debe medirse nada menos que con lo que se ha convertido en el éxito de Telefé, «Gran hermano». A ese grupo de anónimos encerrados, debe disputarle Tinelli no sólo el rating nuestro de cada día sino, y sobre todo, ese eco gigantesco que hace que todos los programas de la tevé (desde los de chimentos, a los noticieros), se transformen en antenas de los reyes de la audiencia.

En cualquier caso, Tinelli ya demostró el año pasado que el cambio de canal no le resultó un obstáculo. Buceó hasta encontrar la fórmula que le permitió plantarse como el número uno en 2006, y este año, por más reality que se le enfrente, él parece dispuesto a darle polémica en dosis monumentales. (V. B.)