Fox retira a los militares y «Marcos» acepta dialogar

La primera decisión del presidente impacta positivamente en México. Intenta apartar los vestigios de autoritarismo del régimen del PRI.El líder rebelde reapareció para poner condiciones a la negociación.

LAS MARGARITAS, México (EFE y «El País»).- En el Estado sureño de Chiapas, al igual que en todo México, reina una gran expectativa por la reacción del líder zapatista, «Subcomandante Marcos», a la decisión del nuevo presidente, Vicente Fox, de retirar a más de 1.500 soldados de esa conflictiva región.

«Marcos», jefe político y estratega militar de la guerrilla zapatista del sureño estado mexicano de Chiapas, aceptó ayer el desafío y prometió reanudar con el nuevo gobierno

El anuncio del líder insurgente formó parte de un comunicado difundido por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que desde 1994 encabeza una insurrección indígena en Chiapas, en el remoto poblado chiapaneco de La Realidad, a 1.100 kilómetros al sur de la capital mexicana.

El encapuchado Marcos pidió el cumplimiento de «siete puntos» antes de reconocer al ex senador Luis Alvarez, comisionado para la paz en Chiapas, como interlocutor «válido».

El retiro de los militares fue ordenado por el primer mandatario apenas horas después de haber asumido la presidencia de México como un primer gesto para apartar vestigios del autoritarismo que durante más de siete decenios impulsaron los gobiernos anteriores del PRI.

EFE pudo comprobar ayer la retirada de varios retenes militares de la carretera de 120 kilómetros que va desde Ocotal hasta Las Margaritas, donde empieza el camino que lleva hasta La Realidad, aldea donde «Marcos» ofrecería una rueda de prensa en las próximas horas.

Las Margaritas es el último punto con comunicaciones permanentes antes de adentrarse en la selva Lacandona para llegar al área donde se refugia el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tras sus primeras acciones en 1994.

Desde Las Margaritas hasta La Realidad hay otros 120 kilómetros de camino entre la selva.

«Todo está normal… No, todo es extraño, porque no parece normal no ver retenes militares en la zona después de seis años», comentó un habitante del lugar.

Se esperaba que Fox tomara la iniciativa para resolver el conflicto, ya que así lo había anunciado durante la campaña electoral que terminó con su triunfo en julio pasado, pero sorprendió al anunciar la retirada de tropas tan solo unas horas después de asumir el poder.

El ministro mexicano de Gobernación, Santiago Creel, reveló que el nuevo gobierno ha tenido contactos directos con los zapatistas y está dispuesto a reunirse con ellos.

En su discurso de toma de posesión, Fox reiteró su compromiso con la paz y anunció que el martes enviará al Congreso un proyecto de ley que recoge los acuerdos de San Andrés, firmados por el gobierno del anterior presidente, Ernesto Zedillo, y la guerrilla en 1996, pero nunca cumplidos. Poco después sorprendió con la orden de retirar a los militares , como gesto de buena voluntad antes de la también sorpresiva reaparición de «Marcos».

El golpe de efecto sorprendió al rebelde

El repliegue militar en Chiapas de las últimas horas, sin precedentes desde el levantamiento zapatista, pretende generar «un nuevo clima» para facilitar las negociaciones, dijo el responsable de la Comisión Nacional de Seguridad, Adolfo Aguilar. La decisión de Fox es un golpe de efecto que le quita la iniciativa a «Marcos», comentaron analistas políticos.

Por primera vez desde que estalló el conflicto, cientos de periodistas mexicanos y extranjeros que viajan hoy hacia La Realidad no son interceptados cada pocos kilómetros por militares, mientras que antes tenían que justificar constantemente su presencia.

La prensa mexicana recogió los elogios a la iniciativa oficial, pero también hay escépticos como Catón, columnista de «Reforma», que dice estar preocupado por «el excesivo énfasis que puso (Fox) al hablar de la cuestión indígena, y la celeridad con la que aborda el caso Chiapas».

Otro analista, Jaime Avilés, dice en «La Jornada» que el presidente «movió su primera ficha dentro del tablero de ajedrez llamado Chiapas. Fue una jugada elemental de apertura. Hoy, en La Realidad, el EZLN devolvió el saque».

El siempre encapuchado «Marcos» se despidió con dureza de (Ernesto) Zedillo, cuyo mandato -dijo- «ha sido una larga pesadilla para los mexicanos». Según él, Zedillo pudo elegir «entre la guerra y la paz», optó por la guerra y perdió.


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