La pelea de «Mani» por recuperarse

A un año del accidente, la niña de Bariloche ya escribe.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El 15 de enero se cumplió un año de aquella caída que le cambió la vida. Con sólo doce años Camila «Mani» Errea era una más del grupo de la colonia de vacaciones organizada por el club Pehuenes, cuando, en uno de los juegos organizados por el profesor que los coordinaba, sufrió tras una caída, un importante accidente medular que la dejó cuadripléjica.

Sus padres, Gladis y Fernando, contaron a «Río Negro» los avances de su rehabilitación luego de pasar nueve meses en recuperación, internada en el Instituto Fleni de Buenos Aires. La primera reacción que los llenó de esperanzas, a ellos y a sus amigos, fue la tarde del 27 de febrero, a las 18:44, cuando en su blog, ella misma les dijo a sus amigos: «Hola a todos. Soy mani y aunque no lo crean etoy escriibindo yo. Los kkiero muchio Mani.»

Ahora, ellos recuerdan y vivencian día a día la lucha que los llevó a encontrar un camino nuevo, alejado de la mirada negativa, lo que señalan como el logro más importante de la familia. Y también le agradecen a todos aquellos que aportaron: familiares, profesionales y amigos como a ciudadanos barilochenses y de todo el país, que estuvieron en esos momentos y aportaron los fondos que ayudaron a la pequeña a continuar con el tratamiento.

Pero no opinan lo mismo del club deportivo donde la pequeña sufrió el accidente y lesionó su médula, ocasionando una parálisis hasta ahora irreversible. Para ellos, el club «estuvo ausente en todo el proceso de tratamiento, recuperación y adaptación de Mani».

Sus padres también hacen hincapié en la deficiencia con la que las obras sociales cumplen su función. «Incontables fueron quienes nos ayudaron para que pudiéramos acceder a algunos beneficios, sin los cuales el tratamiento habría tardado unos cuantos meses más», explicó Fernando. El padre se mostró esperanzado en que «ojalá todos pudieran recibir los mismos aportes, en tiempo y forma, tanto de las instituciones y obras sociales que corresponda hacerlo», expresó.

A pesar de que su diagnóstico es complejo Mani continúa su proceso de rehabilitación en el instituto Neuraxis con la asistencia de médicos clínicos, psicólogos, terapistas y kinesiólogos que trabajan con ella cerca de cinco horas diarias.

Y Mientras, sigue con sus estudios. En diciembre rindió admirablemente 8 de las 14 materias que se les piden para terminar el primer año del secundario. Ahora se prepara, con la visita de profesores particulares, para dar 6 exámenes libres en febrero y poder comenzar su segundo año junto a su grupo de amigos en el colegio Primo Capraro, al que también agradecen.

En silla de ruedas, Mani trabaja diaria y duramente por adquirir nuevamente su sensibilidad, en especial, en las manos. Su lucha por mejorar es constante y el apoyo de todos, un aporte irremplazable.


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