«Alpat distendió sus cuidados ambientales» afirma el Codema

Del reservorio fluyen compuestos hacia las napas. La empresa quiere usar amoníaco puro en lugar de al 25%.

Alpat no cumple con el compromiso asumido de extremar los recaudos para preservar el medio ambiente. A tres años de su puesta en funcionamiento, la fábrica de carbonato de sodio instalada en punta Delgado, a seis kilómetros de San Antonio Oeste, en plena Área Natural Protegida, «ha distendido sus cuidados ambientales y demuestra que su prioridad es netamente económica», según expresó el presidente del Consejo de Ecología y Medio Ambiente de Río Negro, Oscar Echeverría, luego de recibir varios pedidos de informes sobre el asunto.

En contraposición con lo manifestado por la totalidad de los expositores de la audiencia pública celebrada el 2 de marzo de 2005, a través de la cual vecinos, empresarios, autoridades y representantes de ong de la ciudad, expresaron su apoyo al emprendimiento pero con firmes restricciones que aseguren la conservación del frágil ambiente marino que rodea a la planta, el organismo provincial observó que existe laxitud en la implementación de mecanismos que eviten los efectos nocivos en el entorno por causa de la actividad industrial.

Tres aspectos son los que mayor preocupación generaron tanto en ese ente provincial como en otros representantes del Estado, como la legisladora María Inés Maza,

quien presentó un pedido de informes al respecto. Uno de esos temas tiene que ver con el funcionamiento del bajo El Riñón, sitio en el que se dispuso el vertido de los efluentes de la fábrica.

Antes de funcionar, Alpat aseguró que en ese accidente topográfico, compuesto de varios cuencos de poca profundidad, situado a unos cinco kilómetros del mar al oeste de San Antonio Oeste, a medida que se fueran volcando los líquidos densamente cargados de cloruro de calcio y otros compuestos, se conformaría una capa -denominada blanket- que impermeabilizaría la superficie y evitaría las infiltraciones.

«Los niveles freáticos detectados en estos años en los freatímetros ubicados alrededor del bajo demuestran que existen infiltraciones permanentes», explicó Patricia Llonch, secretaria de Planeamiento, Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de la municipalidad de San Antonio Oeste.

La funcionaria agregó que «a simple vista se observa que no existe líquido y es imposible que por los volúmenes que se vierten diariamente se haya evaporado. Aunque no se ha determinado exactamente dónde fue, lo cierto es que el líquido no está, los niveles aumentan y todo hace suponer que esos escurrimientos puedan llegar al mar».

Echeverría, por su parte, se encargó de aclarar que, como los componentes no son metales pesados ni otros compuestos extremadamente peligrosos para el ambiente, se han dado plazos para la resolución de ese problema y se esperaron acciones correctivas que, no obstante, tampoco dieron los resultados esperados.

«Los cuencos no están funcionando como la empresa se había comprometido. Además se conocen denuncias de propietarios de campos cercanos de salinización de sus jagüeles y tomas de agua, aunque Alpat niega que sea producto de las infiltraciones del bajo», sostuvo el funcionario provincial.

Días atrás la empresa presentó una alternativa reduciendo la cantidad de sólidos que envía al reservorio, pero el Codema analiza rechazarla. «El compromiso es que no debe haber infiltraciones y si no lo logran con el blanket como ellos prometieron, deberán impermeabilizarlo mediante la elaboración de capas de arcilla y bentonita, no hay otra posibilidad», dijo Echeverría.

Otro de los temas que preocupa en el ente que debe controlar ambientalmente a Alpat es el acopio de material sólido en la planta, tanto la materia prima como el producto terminado. «Se ha comprobado la existencia de polvo en suspensión que voló sobre la zona del intermareal cercana a la Mar Grande», asegura Mirta Carbajal, presidenta de la Fundación Inalafquen. Esa denuncia fue ratificada por Echeverría y Llonch, quienes explicaron que tiempo atrás se exigieron mejoras en el tratamiento del material sólido que no obstante no se han producido en los últimos tiempos.

Material fotográfico que posee la fundación corrobora que en días de viento norte, material en polvo -probablemente caliza acopiada al aire libre- vuela sobre los médanos y se deposita en la costa dejando un manto blanco en ese espacio marino.

Y el tercero de los puntos que llama la atención del organismo provincial es la reciente presentación de las autoridades de la industria local pretendiendo que se les autorice la utilización de amoníaco al cien por ciento en lugar del agua amoniacal al 25 por ciento, mucho menos riesgosa para el ambiente. «En lugar de ir mejorando las precauciones aumentan los riesgos. En los últimos tiempos Alpat distendió sus compromisos ambientales y la prioridad hoy es fundamentalmente económica», aseveró Echeverría. (ASA)

 

PEDRO CARAM

pcaram@rionegro.com.ar


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