La fascinación del caníbal

«Hannibal», continuación del filme «El silencio de los inocentes», abrió el apetito de los amantes del cine con un Anthony Hopkins que repite en el papel de psicópata, asesino, caníbal y amante del buen vino.

El resto del equipo que hizo posible hace diez años «El silencio de los inocentes», desde Jodie Foster como la detective Clarice Starling hasta el realizador Jonathan Demme, evitó la nueva entrega de la novela de Thomas Harris por su excesiva violencia.

Sin embargo, el filme es descrito por Hopkins como una historia de amor, eso sí, «retorcida», entre Hannibal Lecter y el objeto de su deseo, la detective Starling, relación que ganó cinco premios Oscar, como mejor filme, actor, actriz, director y guión de 1991.

«Ella está obsesionada con él. El sabe que ella es incorruptible y eso es lo que admira», resume el caballero galés sobre el personaje que le trajo el único Oscar de los cuatro a los que aspiró.

Si en «El silencio de los inocentes» fueron escasos los momentos que Lecter y Starling compartieron en la pantalla, su rela- ción en esta segunda entrega está presente en todo momento, a pesar de la posible distancia entre los Estados Unidos y Florencia (Italia).

Con Julianne Moore en el papel de Starling y Ridley Scott detrás de las cámaras, la trama profundiza algo más en la relación de ambos personajes en medio de una historia de horror y suspenso en la que el canibalismo está presente en todo momento.

De hecho, el final de la esperada novela de Harris fue tan chocante para los lectores que se ha modificado en esta película, si bien algunas de las escenas más cruentas -entre ellas un banquete con carne humana- han pasado con toda su crudeza a la pantalla.

«De las dos personas que asistieron a una proyección previa de la película, una de ellas se desmayó en la escena del banquete», reconoció Scott a la prensa sin manifestar gran preocupación por las críticas que el exceso de violencia traerá contra la película.

Además de la violencia y la ausencia del reparto original, «Hannibal» ha sido criticada desde el tópico de que «nunca segundas partes fueron buenas», como demuestra la larga historia del cine donde, a excepción de casos como el de «El padrino II» o «El imperio contraataca», pocas secuelas han resultado tan valiosas como sus predecesoras. Esa idea no preocupó al productor del filme, Dino De Laurentiis, tan seguro de su proyecto que no ha dudó en pagar millones de dólares, incluidos diez a Hopkins con tal de contar con él.

«Los papas también se mueren y son sustituidos», respondió el productor italiano a la posibilidad de que Hopkins hubiera rechazado el filme.

De hecho, el primer Hannibal Lecter, presente en la novela de Harris «Red Dragon», estuvo interpretado por el británico Brian Cox cuando se llevó a la pantalla su adaptación cinematográfica con «El cazador».

Ahora, De Laurentiis, que este año recibirá el premio Thalberg de la Academia por toda una carrera como productor, quiere realizar una nueva versión de este libro con Hopkins como protagonista, proyecto que ya está en marcha.

Además, está la posibilidad de que Harris escriba otro libro sobre Hannibal el caníbal, amante de la carne humana con judías y un buen vaso de vino «chianti», después de que su última obra fuera comprada por diez millones de dólares y la oferta de un cocinero privado para que no dejara su trabajo ni para comer.

Todos estos esfuerzos con tal de saciar el apetito del público, voraz cuando se trata de uno de los mayores monstruos creados en el mundo del espectáculo, pero cuya maldad genera fascinación. (EFE)


"Hannibal", continuación del filme "El silencio de los inocentes", abrió el apetito de los amantes del cine con un Anthony Hopkins que repite en el papel de psicópata, asesino, caníbal y amante del buen vino.

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