Los comerciantes cipoleños trinan contra el Concejo

Relacionan habilitaciones con el pago regular de las tasas. Feroz rechazo a la ordenanza tributaria: posponen el debate.

CIPOLLETTI (AC).- Los comerciantes de esta ciudad y el sindicato que nuclea a los empleados de los diversos locales han reaccionado de manera muy firme, oponiéndose a la sanción de una ordenanza que relaciona las habilitaciones de funcionamiento con la regularidad en el pago de las tasas.

La norma está en avanzado trámite en el Concejo Deliberante -ya tiene el despacho de la comisión de Hacienda, con las firmas de Jorge Badillo y Beatriz Manso, de la Alianza- pero la presión de la Cámara de Industria y Comercio (CIC), con su presidente Miguel Abadovsky al frente, potenció una impasse hasta el martes, en que la volverán a analizar presuntamente con un criterio de compatibilización.

También está en alerta el Centro de Empleados de Comercio, porque eventuales cierres por impuestos impagos dejaría al sector, que ya soporta con desocupación el impacto de la recesión, sin su indispensable fuente laboral.

De sancionarse tal como está la ordenanza fija la renovación anual de la habilitación pero sólo para los que no tengan deudas. De otra forma, si no se atienen a planes de pago o mantienen la deuda, caducará el permiso y se procederá a la clausura lisa y llana.

Empero, el tema no es menor, visto del lado oficial, porque los morosos adeudan una suma millonaria. (Ver aparte).

«No es normal que paguen justos por pecadores. Una comunidad, para prosperar necesita que la gente pague sus tributos, máxime cuando la mayoría lo hace y cuando las obras están a la vista», se dijo en el municipio. Y se agregó que hay «múltiples facilidades» para que los que tengan deudas adopten planes y regularicen su situación.

«A nosotros nos extraña que en un tan citado concepto de participación no se nos haya consultado oficialmente de este tema. Cuando nos enteramos, hicimos las observaciones pertinentes en la comisión. Con toda firmeza. Ahora, cumpliendo con el compromiso adquirido entre las partes, vamos a esperar hasta el martes. Después, haremos público lo que consideremos necesario en defensa de los intereses del sector, de los empleados y de la gente en general», dijo Abadovsky, quien pese a la requisitoria de este diario no avanzó más de ahí.

El caso ya había sido difundido cuando el intendente Julio Arriaga lanzó el plan de ajuste en el municipio, pero quedó amortiguado entre los demás anuncios.

Empero, ingresó al Deliberante el proyecto de ordenanza y pasó a la comisión de Hacienda, la que lo habilitó para su tratamiento en el recinto, y posterior sanción.

Se supo que en el seno de la comisión el planteo de la CIC fue de tanta envergadura que hubo que establecer el compás de espera.

El proyecto hace concretamente al funcionamiento y habilitación de los locales comerciales y plantea, para las disposiciones siguientes, como «hecho significativo», la cantidad de cierres de comercios con deuda y su reapertura con habilitación nueva «a nombre de un tercero, generalmente familiar del moroso».

Indica también que la vía judicial para el cobro de la deuda de la tasa por Seguridad e Higiene para el comercio «es detenida por la suscripción de planes de pago, los que en su mayoría son anulados por incumplimiento».

Las objeciones concretas de los comerciantes estriban en que la ordenanza en ciernes fija en 12 meses la duración de la habilitación comercial, renovable por igual período pero sólo si a su vencimiento no hay deudas.

Los testimonios del descontento surgen enseguida

CIPOLLETTI (AC).- La «meseta» en la que están estacionadas las ventas y el contexto recesivo por falta de circulante impulsó a los propietarios y locatarios de emprendimientos comerciales a poner el grito en el cielo.

Sin exposición de identidad, porque las negociaciones no han terminado, y la ordenanza puede sufrir cambios, varios vecinos dejaron sus testimonios, obviamente con descontento, inquietud pero también con expectativas. «Así como está la ordenanza es una simple herramienta recaudatoria. Yo ahora pago un plan. ¿Qué pasa si la recesión se agrava y la gente sigue dejando de comprar?. ¿Si no aguanto, me van a clausurar, y van a dejar a gente en la calle?, preguntó el dueño de un importante comercio, cercano a la plaza San Martín.

«Mire, esto es muy simple. Aquí hay que dejarse de exigencias y plantear una política de promoción. El Concejo sancionó una ordenanza que los obliga a gravar a ciertos artículos que llegan desde Neuquén. Y no la hacen cumplir, pese a estar promulgada. Espero que den marcha atrás el martes», opinó un empresario, muy cercano a la CIC.

Al lado suyo, otro recordó que «cuando plantearon el derivador sobre la 25 de Mayo la gente de la cámara pidió revisiones y las están haciendo. Seguramente van a hacer lo mismo con la ordenanza. Sólo pensar que «el que no paga, cierra» provoca mucha preocupación».

En la zona comercial de la calle Esquiú, frente a las 1.200 viviendas, eran muy pocos los que sabían de la nueva ordenanza.

Igual, varios opinaron. «Está bien que pague el que puede, pero no está bien amenazar con cierres al que no puede»; «Hay que dar todos los plazos necesarios porque es tiempo de vacas flacas» y «Yo ahora pago. Mañana no se. No por eso me van a dejar sin la habilitación», fueron algunas de las expresiones vertidas por los comerciantes consultados.

Una deuda de casi tres millones de pesos

CIPOLLETTI (AC).- El padrón comercial en Cipolletti se integra con 2.800 locales, aunque de un tiempo a esta parte han cerrado algunas empresas mayores cubriéndose el bache con la apertura de emprendimientos de menor escala (kioscos, despensas, «minis» de precios uniformes, pequeñas tiendas y demás).

La deuda de los morosos es de unos 2.800.000 pesos, y del 100 por 100 del padrón de 2.800 comerciantes cumple normalmente con sus obligaciones tributarias el 60 por ciento.

Ese porcentual es considerado «bueno, pero mejorable», en función de la particular situación económica-financiera de la ciudad y la zona, aunque hubo épocas, no tan lejanas, en que los «cumplidores» superaban el 70 por ciento.

No obstante, en la comuna se argumenta que la ordenanza no es de ninguna manera «presionante», que hay que llegar al «mínimo óptimo» de que paguen todos los que pueden, y que de todas formas hay una cantidad de planes vigentes como para que nadie se vea acosado y los «morosos» cumplan de alguna forma con sus tributos.

«El premio para los que pagan, y los planes vigentes, debe servir para incrementar el padrón. Esto es posible, y razonable», se dijo en ámbitos cercanos a la secretaría de Hacienda.


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