Pérdida de silla de ruedas sumó angustia

CIPOLLETTI (AC).- “Fue sacado de la casa sin ropa porque estaba durmiendo. La gente le trajo frazadas, lo cubrió. Pero la angustia de esa criatura que lloraba por el miedo al fuego creo que es algo que sólo quien lo haya vivido puede entenderlo”, relató ayer Mónica Gilli, docente de la escuela especial 4 donde concurre Ángel, el niño de 14 años que sufrió la pérdida de su silla de ruedas eléctrica durante el incendio que consumió dos viviendas en una toma en esta ciudad. La maestra explicó que la silla se la había comprado un tío que “con mucho esfuerzo todavía la está pagando” y que era imprescindible para el niño porque “es un chico con parálisis cerebral. Sus manitos no las puede mover, sólo mueve los dedos sobre un botón”, especificó. Aclaró, sin embargo, que “tiene mucha comunicación con su entorno”. Destacó la solidaridad de los habitantes de esta ciudad para ayudar a las dos familias. “Se quedaron sin nada. Había que ver la desesperación de todos. El hombre de la casa donde se inició el incendio estaba desesperado pensando que por su culpa se había quemado la otra vivienda”. Gilli pidió a quienes puedan ayudar que acerquen las donaciones hasta la toma Nueva Esperanza –ubicada detrás del barrio Anai Mapu– o a la escuela especial 4. “Están devastados”, reconoció.


CIPOLLETTI (AC).- “Fue sacado de la casa sin ropa porque estaba durmiendo. La gente le trajo frazadas, lo cubrió. Pero la angustia de esa criatura que lloraba por el miedo al fuego creo que es algo que sólo quien lo haya vivido puede entenderlo”, relató ayer Mónica Gilli, docente de la escuela especial 4 donde concurre Ángel, el niño de 14 años que sufrió la pérdida de su silla de ruedas eléctrica durante el incendio que consumió dos viviendas en una toma en esta ciudad. La maestra explicó que la silla se la había comprado un tío que “con mucho esfuerzo todavía la está pagando” y que era imprescindible para el niño porque “es un chico con parálisis cerebral. Sus manitos no las puede mover, sólo mueve los dedos sobre un botón”, especificó. Aclaró, sin embargo, que “tiene mucha comunicación con su entorno”. Destacó la solidaridad de los habitantes de esta ciudad para ayudar a las dos familias. “Se quedaron sin nada. Había que ver la desesperación de todos. El hombre de la casa donde se inició el incendio estaba desesperado pensando que por su culpa se había quemado la otra vivienda”. Gilli pidió a quienes puedan ayudar que acerquen las donaciones hasta la toma Nueva Esperanza –ubicada detrás del barrio Anai Mapu– o a la escuela especial 4. “Están devastados”, reconoció.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora