Bariloche asume el mantenimiento de la avenida Bustillo tras convenio con Río Negro

La Municipalidad de Bariloche se hace cargo de la avenida Exequiel Bustillo a partir de un convenio de transferencia firmado este jueves entre la comuna y el gobierno de Río Negro. El traspaso incluye un aporte económico para tareas necesarias para su mejoramiento inmediato y el manejo de los radares.

El acuerdo rubricado por el gobernador Alberto Weretilneck y el intendente Walter Cortés establece que el municipio asumirá la conservación, señalización, mantenimiento y control del tramo comprendido entre el «monolito» y la rotonda de acceso al hotel Llao Llao y podrá directamente en una vía estratégica para el tránsito urbano, turístico y productivo, en respuesta al crecimiento sostenido de la ciudad.

Weretilneck destacó que la avenida Bustillo «fue pensada como ruta provincial, pero hoy es una avenida urbana y ya no tiene sentido que la mantenga la Provincia» y valoró el rol del gobierno local.

«Estoy convencido de que la municipalidad va a hacer un mejor mantenimiento, porque es su trama urbana. Y nos pasa lo mismo con Nación: si yo les pido que nos transfiera las rutas nacionales porque podemos hacer un mejor trabajo, tengo que actuar con la misma coherencia» indicó.

Cortés aspiraba a recibir la Bustillo y sumarla a la jurisdicción municipal, pero con «fondos para el mantenimiento», que hasta hoy debería tener presupuestados Vialidad Provincial. Pero no logró un compromiso de transferencias periódicas y regulares.

El convenio incluye un aporte de 400 millones de pesos por única vez destinado a tareas de mantenimiento, cuidado y conservación de la traza vial. Agotado ese fondo los recursos deberán salir de las arcas municipales.

Además, se acordó que los radares que hasta ahora estaban bajo competencia provincial también pasarán a depender del municipio.

Por su parte Cortés remarcó el valor estratégico del acuerdo porque «es un convenio histórico para la ciudad, fruto de la confianza mutua. Tenemos una mirada común, más allá de pertenecer a espacios políticos distintos: pensamos en la gente y creemos en el regionalismo».

Weretilneck destacó también el trabajo articulado con la actual gestión municipal: «Al municipio de Bariloche lo veo muy bien. Con un proyecto claro y una idea firme de compartir responsabilidades. No hay posibilidad, y menos en esta crisis, de que la Municipalidad y la Provincia trabajen por separado. Las cosas funcionan cuando todos tiramos para el mismo lado».

La pasada semana Cortés había anunciado las negociaciones con el gobierno provincial. «Queremos que la provincia nos entregue la Bustillo» dijo en un encuentro con la prensa.

Consideró que se trata de una atribución que históricamente correspondió a Río Negro pero que hoy no tiene justificación. Señaló que el asfalto, las banquinas y la señalización presentan un estado muy precario en varios tramos y los automovilistas no entienden de jurisdicciones. Cuando padecen los pozos se quejan del municipio.

El amplio entendimiento entre ambos mandatarios podría tener incluso alguna derivación en lo electoral. Cortés es líder del partido Unión y Libertad, sin presencia en la provincia y ayer durante un acto previo, por la mañana, sugirió que podría apoyar las listas de JSRN en octubre. Lo hizo al reivindicar las necesidades e intereses de la provincia por encima de los que rigen a los partidos nacionales, justamente el eje principal del que suele repetir el gobernador.

La avenida Bustillo, parte del ejido de la ciudad

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La avenida Bustillo tiene unos 25 kilómetros, vincula el centro de Bariloche con Llao Llao y formó parte originalmente de la ruta nacional 237. Luego se hizo cargo la provincia y con los años y el crecimiento de la ciudad quedó integrada como una avenida más a la trama urbana, con una intensidad de tránsito que desborda la capacidad. Hubo proyectos de municipalización que nunca avanzaron.

También acumula otras frustraciones como el plan de modernización y ensanche «en tramos» que comenzó hace unos cinco años, con fondos nacionales y ejecución provincial, y que quedó sin terminar.

La provincia tiene otras rutas dentro del ejido de Bariloche, como la 79 y la 82, que arrastran un déficit de mantenimiento y que son de uso urbano. Weretilneck le dijo a este medio que «con el tiempo» podrían tener el mismo destino que la Bustillo.