Trastorno por déficit de atención e hiperactividad: por qué el diagnóstico temprano mejora la calidad de vida

Son niños distraídos, inquietos, que hablan en exceso o interrumpen, se olvidan cosas o pierden objetos con frecuencia. También se frustran con facilidad. El 13 de julio se conmemora el Día Internacional del TDAH. Como suele manifestarse en la infancia, pasa desapercibido o se confunde con comportamientos típicos de chicos.

El 13 de julio se conmemora el Día Internacional del TDAH. La sigla, compleja, significa “Trastorno por déficit de atención e hiperactividad”, un trastorno neurobiológico que afecta principalmente a niños y adolescentes, aunque puede persistir hasta la edad adulta. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 4% de la población mundial tiene TDHA, con una prevalencia significativamente mayor entre los niños y adolescentes

Cada vez pareciera haber más diagnósticos, pero los especialistas advierten que la causa simplemente es que hoy se conoce más y, en realidad, aumentó es la detección temprana.

“Se conoce mucho más acerca de este trastorno que tiene una causa neurobiológica. Uno nace con esa condición y hay factores ambientales que pueden influir para que se exprese de mayor o menor medida”, explicó la pediatra Gabriela Arista Farini, especialista en neurodesarrollo.

Los niños con este trastorno tienen déficit de atención, dificultad de centrarse en algo ya que se distraen fácilmente y registran falta de control inhibitorio -control de impulsos-. “Son más impulsivos, pueden ser más hiperactivos y son muy verborrágicos. Es un trastorno complejo. Pueden ser más inatentos que hiperactivos o, más hiperactivos o impulsivos o tener una combinación de ambas condiciones”, describió Arista Farini.

Lo que más impacta, reconoció, es la capacidad de planificar, organizarse y tener un aprendizaje guiado. Por eso, muchas veces, se registran fallas a nivel educativo, social y laboral. “Es difícil atesorar conocimientos nuevos, prestar atención a cosas importantes y uno se olvida cosas importantes. La pérdida de memoria de lo cotidiano hace que impacte en la vida diaria. Perdés el trabajo, las relaciones, hay fallas en colegio. Está la autopercepción de que sos ineficaz y no aprendés, perdés motivación y fracasás”, dijo y añadió que “es duro vivir con esa condición cuando uno no sabe qué le pasa”.

Esta condición es altamente hereditaria. Por lo general, algún miembro de la familia suele tenerla. La detección precoz permite llevar adelante terapias cognitivo conductual y desarrollar estrategias. “Hoy, gracias a las tecnologías, las personas desatentas tienen recordatorios, alarmas y dispositivos que ayudan a tener una rutina. A olvidarse menos. Si uno se acostumbra a anotar cosas pendientes, a sistematizar la vida diaria es más probable que no falles”, afirmó.

Sin embargo, en algunos casos se requiere medicación ya que “el trastorno es la desregulación de unos transmisores en los que falla la cantidad de dopamina que se necesita. Entonces, muchas veces, la gente no tiene ánimo, está desatenta, es desordenada”, agregó.

Las personas con TDAH, por otro lado, suele tener pensamientos creativos, suelen ser innovadores y “suelen ser personas exitosas cuando logran encauzar esa condición” porque “tienen capacidad de mirar globalmente y encontrar estrategias”.

¿Cuáles son las señales de alarma?

Niños distraídos, inquietos, que hablan en exceso o interrumpen, se olvidan cosas o pierden objetos con frecuencia y se frustran con facilidad. Como suele manifestarse en la infancia, puede pasar desapercibido o bien confundirse con comportamientos típicos de chicos inquietos o distraídos.

Suelen ser hiperactivos, no pueden sostener situaciones de atención en aprendizajes. Están en movimiento constante y aún cuando están quietas, se mueven.

“La dificultad, en muchos casos, es prestar atención a cosas sencillas. Les cuesta recordar órdenes simples, secuencias. Se levantan y los padres deben gestionarles todo el día. Hay que consultar a los pediatras”, planteó.

Un diagnóstico no significa etiquetar al niño; por el contrario permite acceder a estrategias, terapias y, en algunos casos, medicación para mejorar su calidad de vida.