Cuál es el ejercicio ideal para bajar la presión y mejorar tu salud cardiovascular
No necesitás correr ni levantar pesas: hay un ejercicio sencillo, al alcance de todos, que puede ayudar a bajar la presión, proteger el corazón y alargar tu vida. ¿Cuál es y cómo hacerlo bien?
La actividad física no solo ayuda a mantener un peso saludable o a sentirse con más energía: también es una de las herramientas más poderosas para bajar la presión arterial y cuidar el corazón. De hecho, cada vez más estudios coinciden en que el ejercicio aeróbico moderado puede ser tan eficaz como algunos medicamentos en casos leves de hipertensión.
Y lo mejor de todo es que no hace falta ir al gimnasio ni tener equipamiento caro. El ejercicio ideal es simple: caminar a buen ritmo, o en su defecto, andar en bicicleta o nadar. Todo lo que pone al corazón en movimiento cuenta.
Por qué el ejercicio ayuda a bajar la presión

La actividad física mejora la circulación sanguínea, fortalece el músculo cardíaco y reduce la resistencia en las arterias, lo que permite que la sangre fluya con más facilidad. Esto disminuye la presión que el corazón necesita ejercer para bombear.
Además, moverse regularmente también reduce el estrés, mejora el descanso, favorece el control del colesterol y regula los niveles de azúcar en sangre, todos factores que impactan directamente en la salud cardiovascular.
Cuánto ejercicio necesitás hacer
- Mínimo recomendado: 150 minutos semanales de actividad moderada (como caminar, andar en bici o nadar).
- Distribución ideal: 30 minutos al día, 5 veces por semana.
- Para mejores resultados: sumá algo de fuerza o resistencia dos veces por semana.
Si te cuesta sostener una rutina larga, podés dividir la actividad en sesiones de 10 o 15 minutos durante el día. Lo importante es moverse de manera sostenida.
¿Qué tipo de ejercicio es mejor?
- Caminar a paso rápido: es accesible, seguro y podés hacerlo en cualquier lugar.
- Bicicleta (fija o tradicional): muy efectiva para activar el sistema cardiovascular sin impacto en las articulaciones.
- Natación: mejora la capacidad respiratoria y ayuda a fortalecer el cuerpo completo.
- Danza, aerobox, zumba: cualquier actividad que te mantenga en movimiento, con ritmo sostenido y que disfrutes.
Lo clave es que la actividad aumente tu ritmo cardíaco sin exigirte al extremo. Deberías poder hablar mientras te movés, pero no cantar.
Precauciones a tener en cuenta
- Consultá con un profesional si tenés hipertensión diagnosticada, enfermedades cardíacas o estás medicado.
- Hidratate bien antes, durante y después del ejercicio.
- Evitá entrenar con temperaturas extremas o en horarios de mucho calor.
- Escuchá a tu cuerpo: si te falta el aire o sentís dolor, detenete y buscá ayuda.
La regularidad es más importante que la intensidad. Con pequeños cambios diarios en tu rutina podés lograr grandes resultados a largo plazo: bajar la presión, sentirte con más energía y proteger tu corazón. Lo importante es empezar… y no frenar.
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