De productor a productor: el desafío en tiempos de incertidumbre

En un contexto que compromete la rentabilidad, los empresarios y emprendedores del agro de Río Negro tenemos fortalezas: capacidad técnica, resiliencia y adaptabilidad. En el Día del Productor Agropecuario, es oportuno recordar que el futuro está en nuestras manos siempre que logremos fortalecer nuestra gestión empresaria.

La agricultura en el Alto Valle ha sido históricamente una de las principales fuentes de producción y riqueza para la región. Como productor, he vivido de cerca alguno de los vaivenes económicos/políticos y las transformaciones que ha experimentado este sector a lo largo de estos años.

En la actualidad no es la excepción, nos enfrentamos a una realidad complicada: el contexto económico no nos favorece. Los costos de insumos se disparan, los precios de los productos no logran acompañar esta tendencia y la rentabilidad se ve reducida. Sin embargo, uno de los aspectos que sigue siendo nuestra fortaleza es la capacidad técnica de los productores. Sabemos producir, sabemos trabajar la tierra y manejar la maquinaria.

El desafío actual: precios y costos

A lo largo de los años, he aprendido que el mayor desafío no está en nuestra capacidad para producir, sino en cómo gestionar los costos asociados a ese proceso. En estos tiempos, los márgenes de ganancia se achican rápidamente, y la incertidumbre que genera el contexto macroeconómico solo complica más las cosas.

Como productores, dependemos en gran medida de los precios de nuestros productos, que están atados a un mercado global o local, incierto, y de los costos de insumos y maquinaria, que no dificultan la competitividad. Las políticas públicas, a lo largo de los años, tampoco han acompañado este proceso, y en muchas ocasiones las soluciones que llegan desde las instituciones son insuficientes para mitigar las dificultades del sector.

La fortaleza del productor: capacidad técnica

Lo que nos distingue como productores es nuestra resiliencia y adaptabilidad. A pesar de la falta de apoyo estructural, seguimos encontrando formas de mejorar nuestros rendimientos y reducir costos. En mi experiencia personal, trabajar con equipos de última tecnología, maquinaria con telemetría, sistemas de GPS, nos ha permitido mejorar la eficiencia en el uso de los recursos y optimizar el tiempo. Estos avances en tecnología no solo ayudan a mejorar la producción, sino que también permiten un control más preciso de los costos, teniendo información prácticamente en tiempo real.

La experiencia en el campo y la capacidad de adaptación nos han enseñado a innovar y a ser más eficientes, lo cual es esencial para seguir siendo competitivos. Es por eso que, aunque los márgenes de rentabilidad se ven reducidos, los productores seguimos apostando a la inversión en nuevas tecnologías y procesos. Es un testimonio de que, aún en tiempos difíciles, la capacidad de adaptación es clave para seguir adelante.

Lo que falta mejorar: la gestión empresarial

Sin embargo, no todo está resuelto con la parte técnica. La gestión empresarial es el aspecto que muchos productores debemos mejorar para hacer frente a la crisis. Como productores, a menudo nos centramos exclusivamente en lo técnico y en lo operativo, pero es fundamental que también pongamos énfasis en la gestión de costos, planificación financiera y estrategia de negocios.

En mi caso, por ejemplo, tener un control detallado de nuestro principal insumo, el gasoil, a través de un sistema de control de flotas, un detalle de las horas trabajadas por actividad, corroborada por telemetría, y el rendimiento por hectárea, me ha permitido tener una mejor visión del negocio y, en consecuencia, tomar decisiones más certeras.

Como productores, a menudo nos centramos exclusivamente en lo técnico y en lo operativo, pero es fundamental que también pongamos énfasis en la gestión de costos, planificación financiera y estrategia de negocios.

Pero también me he dado cuenta de que esto no es suficiente. Necesitamos herramientas de gestión más avanzadas, como tableros de control, sistemas de gestión, que nos ayuden a visualizar en tiempo real los márgenes de ganancia, los costos variables y fijos, y los posibles escenarios económicos. Además, es imprescindible que apostemos a una mentalidad empresarial que nos permita gestionar el negocio con la misma eficiencia con la que gestionamos nuestra producción.

Un camino hacia adelante: profesionalización y eficiencia

El camino a seguir es claro. Los productores debemos profesionalizar aún más nuestra gestión. Además de la eficiencia en el campo, debemos hacer un esfuerzo por optimizar cada uno de los aspectos del negocio: desde la compra de insumos hasta la planificación a largo plazo. Es fundamental que los productores, demos un salto  y pensemos más en términos de empresariales.

Una de las claves está en la colaboración. Como en cualquier otro sector, el intercambio de experiencias entre colegas puede ser una de las principales herramientas para avanzar. Compartir estrategias de optimización de costos, modelos de negocio. La innovación y la formación continua en temas de gestión empresarial son esenciales para seguir siendo competitivos y sostenibles a largo plazo.

La colaboración es clave. Como en cualquier otro sector, el intercambio de experiencias entre colegas puede ser una de las principales herramientas para avanzar.

Finalmente, es importante también presionar por políticas públicas que acompañen este proceso de cambio. Las políticas deben ser diseñadas para fomentar la competitividad, el acceso a crédito para inversiones tecnológicas y el apoyo a la profesionalización del sector.

El futuro está en nuestras manos

La agricultura en el Alto Valle sigue siendo una de las actividades más relevantes de la región. A pesar de los desafíos que enfrentamos, la oportunidad de mejorar está siempre presente. Si nos dedicamos a profesionalizar nuestra gestión empresarial y a optimizar nuestra eficiencia, podremos seguir siendo competitivos y rentables, incluso en tiempos de crisis.

Lo que está claro es que los productores debemos seguir adelante, con la mirada fija en el futuro. Si bien el contexto no nos favorece, la capacidad de adaptarnos y mejorar continuamente será lo que nos permita seguir adelante. La historia del campo argentino está llena de desafíos, pero también de superación. Y, como siempre, lo más importante será seguir produciendo, seguir apostando al futuro, y seguir siendo un pilar fundamental para la economía del país.

(*) Ingeniero Agrónomo (Universidad Nacional de Córdoba). Accionista y Director de Don Luis V S.A. (@DonLuisVSA en Instagram), empresa de servicios agropecuarios dedicada al desarrollo de suelos para riego y a la henificación. https://donluisv.com/


La agricultura en el Alto Valle ha sido históricamente una de las principales fuentes de producción y riqueza para la región. Como productor, he vivido de cerca alguno de los vaivenes económicos/políticos y las transformaciones que ha experimentado este sector a lo largo de estos años.

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