La pregunta del millón: ¿Vale la pena producir hoy peras o manzanas orgánicas?
Lo responde Sebastián Garrido, Licenciado en Administración de Empresas, con una maestría de Comercialización internacional. Viene de familia de productores y actualmente cumple funciones de desarrollo de mercados para la fruta orgánica que comercializa la Primera Cooperativa Frutícola a través de PAI S.A.
PREGUNTA: ¿Cómo está hoy la situación de la producción orgánica?
RESPUESTA: El nivel del Valle se está achicando en general y en orgánico también se está dando una caída. Tanto en producción tradicional como en orgánica hay menos hectáreas de fruta. Yo lo miro en el orgánico y evidentemente los últimos dos o tres años hay chacras que han salido.
P: ¿Y a qué se debe esta realidad?
R: A que sigue habiendo un crecimiento de consumo pero es limitado y la producción ha crecido mucho. En 2012 la manzana orgánica en Estados Unidos tenía precios que uno no podía creer y entonces la gente veía esos precios y muchos productores se subieron a la ola.

P: También cambió el mercado…
R: Es así. Los productores del hemisferio norte están usando sistemas de conservación de manzanas muy buenos y logran tener en la mayoría de las variedades una oferta prácticamente durante todo el año. Nosotros teníamos la manzana donde primero venía la de Argentina, después Chile y por último Nueva Zelanda, entonces podíamos ordenar la oferta. Cuando la producción del hemisferio norte aumenta su volumen y llega con una buena calidad se armó una ventana mucho más tardía.
P: ¿Esa ventana más tardía perjudicó a la Argentina de alguna manera?
R: Lo cierto es que nuestra composición varietal sigue siendo pobre, y cuando la comercialización se estira tenés que ir a un proceso de conservación que empieza a sumar costos. Son riesgos que muchas veces no se compensan al final de la temporada. Por otro lado los mercados se pusieron muy exigentes en cuanto a calidad, cambió mucho el perfil del consumidor y el de las cadenas comerciales.
«En peras soy optimista que bien manejada tiene futuro. Cuando digo bien manejada me refiero a dimensionar bien el mercado, trabajar con programas, y no cargar en exceso».
P: ¿Y cómo es la tendencia del consumo?
R: Las primeras producciones de orgánicos de Argentina son de 1992 y nosotros estamos desde el año 96. En ese momento era poco volumen y el destino eran lo que denominamos clientes verdes, tiendas pequeñas, gente con una filosofía orgánica muy importante que siguen existiendo.
P: ¿Qué cambió con el ingreso de los supermercados?
R: Cuando aparecen los supermercados empezó a cambiar la comercialización, en un momento se generó una demanda adicional con años muy buenos. Hoy el orgánico se vende mayormente a través de las cadenas de supermercados clásicas.
Distinta realidad para peras y manzanas orgánicas
P: ¿Pasa lo mismo con peras y con manzanas?
R: Eso pasa en manzanas. En peras Argentina tiene ventajas competitivas. La pera tiene un nivel de conservación mucho menor que la manzana pero todavía existe la ventana que mencioné anteriormente. En hemisferio sur solamente está Argentina como proveedora porque Chile y Nueva Zelandia tienen muy poco volumen.
P: ¿Cómo es la distribución de la producción?
R: Nosotros tenemos 70% de peras y 30% de manzanas y lo que se exporta de orgánico en el Valle es mayormente pera.
Un diferencial de precio mucho menor al de otras temporadas
P: ¿Cuánto se exportó en el mejor momento de orgánicos y cuánto se exporta hoy?
R: Recuerdo años de 1.000.000 de cajas de manzanas orgánicas exportadas y ahora no sé si llegan a 250.000. En peras son 20 millones de kilos de orgánicos que se exportan. La pera siempre tuvo precios parejos, pero la manzana tuvo años que hubo precios que uno no creía lo que estaba viendo. Hoy yendo a misma calidad, mismos tamaños podés tener un 20% de diferencial de precio en un buen programa.
P: ¿Es suficiente?
R: Cuando procesás un lote de orgánico necesitás vender la primera, la segunda, la tercera, todos los tamaños. Muchos años atrás la industria te pagaba precios buenos y vos podías decidir embalar solo lo bueno. Pero ahora cuando vas a ese mix el 20% a veces se diluye. Hoy un lote convencional bien manejado, con programas en supermercados y para el segundo semestre podría ser más rentable que un lote orgánico.
P: ¿Ese mercado se puede recuperar
R: En manzanas no lo veo, pero en peras soy optimista que bien manejada tiene futuro. Cuando digo bien manejada me refiero a dimensionar bien el mercado, trabajar con programas, y no cargar en exceso. Hay otro problema que tiene el orgánico, que es menor la cantidad de mercados que uno puede desarrollar. Los mercados maduros siguen siendo Estados Unidos y Europa.

P: Última pregunta, más personal. Hace poco falleció un gran referente de la fruticultura: Roberto Garrido, tu papá. ¿Qué recuerdo te queda de él?
R: Papá tenía alma de productor. Con la formación que contaba tuvo que salir al mundo a vender y fue de los que abrieron mercados como el escandinavo, entre otros. Corrió riesgos con muchas menos herramientas de las que hoy tenemos nosotros. Fue un innovador y visionario de la fruticultura. En el 74 participó de la formación del grupo PAI, le ponía mucha energía a las cosas y salían bien. Y sobre todo era generoso, estaba convencido que las cosas podían funcionar en la medida de que a todos les vaya bien. Con el volumen de fruta que él tenía nunca hubiera podido subirse a un barco e imponer marcas en Europa. Pero con asociatividad lo hizo, y es lo que destaco de él.
PREGUNTA: ¿Cómo está hoy la situación de la producción orgánica?
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