La Patagonia está en riesgo de una invasión de una avispa que daña a los pinos

Es una plaga que ya se detectó en Brasil. Un estudio de científicos del CONICET y el INTA en Bariloche advirtió sobre la probabilidad de que avance en diferentes zonas de la Argentina. Se trata de una especie originaria de América del Norte.

Un nuevo estudio encendió las alarmas sobre los riesgos para la Patagonia argentina y chilena: la avispa de la madera Sirex obesus, nunca antes detectada en estas regiones, podría invadir los extensos pinares y provocar daños ecológicos y económicos.

El análisis muestra que zonas como la Patagonia figuran entre los territorios de mayor riesgo en Sudamérica por sus plantaciones y clima.

El trabajo fue realizado por Victoria Lantschner y José Villacide, científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Argentina. Publicaron el estudio en la revista internacional Ecology, Behavior and Bionomics.

Los modelos proyectan que el área patagónica combina tres factores críticos para la invasión: abundancia de pinos, clima favorable y cercanía comercial con Brasil, donde la especie sí está presente.

El índice de riesgo de invasión fue más alto para la Patagonia argentina y el centro de Chile, detallaron los autores.

Pinos en peligro

El ingreso accidental de la avispa de la madera Sirex obesus a Brasil despertó el debate sobre cuánto pueden resistir los bosques del sur.

Esta especie invasora mata pinos al inyectar huevos y un hongo que limita su crecimiento y los debilita hasta secarlos. América del Sur posee cerca de 4,6 millones de hectáreas de pinos plantados y muchas de ellas se encuentran en la Patagonia.

Hasta ahora, no se reportó la detección de la avispa, pero la región enfrenta un escenario de riesgo alto porque el clima patagónico se ajusta a las preferencias del insecto, los pinares son grandes y continuos y existe intercambio de madera con Brasil.

Los investigadores entonces buscaron diseñar un modelo de riesgo real para saber cuáles áreas del continente, incluida la Patagonia, pueden favorecer la llegada del

insecto. El equipo combinó datos sobre plantaciones, clima y rutas de comercio para precisar los puntos críticos.

La experiencia con la avispa taladradora de pinos (Sirex noctilio), otra especie que arrasó plantaciones en décadas pasadas, sirvió de base para anticipar el riesgo.

Grandes pinares, clima favorable y cercanía comercial con Brasil son factores que aumentan el riesgo/Crédito INTA

Qué descubrieron

Para construir el mapa de riesgo, el equipo partió de registros reales y simulados sobre la presencia del insecto, además del análisis del clima y los tipos de pino cultivados.

La clave fue identificar dónde coinciden condiciones ideales para la avispa Sirex obesus: temperaturas moderadas en la época seca y grandes extensiones de árboles susceptibles.

El enfoque incluyó sumar información sobre rutas comerciales y transporte de madera. El modelo de distribución mostró gran desempeño para identificar hábitats favorables para la avispa en Sudamérica. El resultado: el 48 % de los pinares del continente ofrecen condiciones para el establecimiento de la avispa.

La Patagonia y el centro de Chile aparecen con alta proporción de áreas aptas, en particular por sus ambientes de montaña y variedad de pinos. El riesgo se eleva con el volumen de importación de madera desde Brasil, el país donde sí hay brotes de la plaga.

El estudio resaltó que las plantaciones continuas, como las que existen en la Patagonia, funcionan como un “corredor verde” que facilita el avance de plagas desde zonas ya invadidas. Además, los insectos pueden viajar largas distancias escondidos en troncos o madera procesada y cruzan fronteras sin ser detectados.

Otro hallazgo fue que la temperatura media del trimestre más seco es el factor más importante para predecir el avance del insecto. Los bosques ubicados en zonas con veranos templados y secos, como varias áreas patagónicas, reúne la combinación perfecta para que la avispa prospere.

Aunque la Patagonia todavía está libre de Sirex obesus, el riesgo es real. Los investigadores alertaron: “La convergencia de condiciones climáticas adecuadas, recursos abundantes y rutas comerciales activas vuelve muy favorables los paisajes forestales para la instalación y expansión” de la plaga.

El trabajo subrayó la lección que dejó la historia de otras plagas: la detección temprana y la respuesta inmediata son las herramientas más baratas y efectivas para evitar

daños. Evitar la expansión de Sirex obesus requerirá no solo esfuerzos nacionales sino cooperación regional, señalaron.

La Patagonia, junto con el centro de Chile, tiene una oportunidad única: actuar antes de que la amenaza golpee. Cuidar los pinares depende de la unión de esfuerzos, vigilancia constante y el aprendizaje de experiencias pasadas.

La avispa de la madera puede causar graves daños ecológicos y económicos/Crédito Scientific Reports

Qué medidas se necesitan

Mientras la avispa de la madera no cruce a la Patagonia, los autores recomiendan no bajar la guardia y darle prioridad al monitoreo en la región.

Entre las estrategias, proponen instalar trampas químicas específicas, revisar árboles en busca de gotas de resina y orificios, y aumentar los controles en cruces fronterizos y aserraderos.

Los países con riesgo alto, como Argentina y Chile, deberían reforzar los acuerdos bilaterales con Brasil para compartir alertas y coordinar protocolos. Entre las sugerencias, destacaron “mayor vigilancia sanitaria en las regiones con alto riesgo” y acuerdos para cuarentenas si se detecta el insecto.

Sugirieron que se realicen más estudios de campo y experimentos sobre distintos tipos de pino en la Patagonia.


Un nuevo estudio encendió las alarmas sobre los riesgos para la Patagonia argentina y chilena: la avispa de la madera Sirex obesus, nunca antes detectada en estas regiones, podría invadir los extensos pinares y provocar daños ecológicos y económicos.

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