Entre ruinas y rieles: dónde queda el pueblo olvidado que atrapa a los amantes del turismo rural

El tren se fue, la gente también y el sitio quedó detenido en el tiempo. Es un destino casi vacío que conserva estaciones, casas y silencio para una escapada distinta.

A unos 200 kilómetros de Mar del Plata existe un pueblo con apenas dos habitantes que cautiva por su historia y su quietud. Se trata de una pequeña localidad del partido de Necochea que hoy se recorre a pie, entre ruinas y paisaje abierto.

Casas viejas, tren ausente y dos habitantes: la postal rural del interior de Buenos Aires


El lugar aparece como una opción para quienes buscan escapadas lejos del ruido urbano. Además, el tamaño reducido y el aislamiento lo convierten en un punto de interés para viajeros curiosos y amantes del turismo rural.

Lumb nació a comienzos del siglo XX y debe su nombre a Edward Lumb, un empresario ferroviario vinculado al desarrollo de la zona. Por entonces, la llegada del tren marcó el inicio de un crecimiento sostenido, según informó el medio marplatense 0223.

Un destino mínimo del interior de Buenos Aires que vuelve a llamar la atención. Foto: Gentileza.

La estación ferroviaria se inauguró en 1908 y fue el motor de la urbanización. Con el paso de los años, el Pueblo llegó a tener escuelas, comercios, clubes y una calera que sostenía la economía local.

Cuando el tren se fue, el pueblo empezó a vaciarse lentamente


Con el correr del tiempo, y al igual que muchas localidades rurales bonaerenses, el declive comenzó cuando el tren dejó de pasar. En consecuencia, las familias se trasladaron a ciudades cercanas y la población se redujo de forma drástica.

En su etapa de mayor esplendor, Lumb superó los 500 habitantes y contaba con servicios como correo, telégrafo y un destacamento policial. Las escuelas llegaban a reunir más de 70 alumnos.

Conserva la estación ferroviaria y las huellas de su época de esplendor. Foto: gentileza.

Actualmente, el pueblo conserva solo los vestigios de aquel pasado activo. Las casas antiguas, los restos de comercios, los galpones rurales y la estructura abandonada de la estación forman parte del recorrido.

Aunque no dispone de servicios turísticos ni infraestructura, Lumb recibe visitas de personas que buscan descanso y contacto con el entorno. El lugar se mantiene como un punto silencioso del interior bonaerense.


A unos 200 kilómetros de Mar del Plata existe un pueblo con apenas dos habitantes que cautiva por su historia y su quietud. Se trata de una pequeña localidad del partido de Necochea que hoy se recorre a pie, entre ruinas y paisaje abierto.

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