Encontraron un caballito de mar en la desembocadura del río Negro
Los estudios daban cuenta de la presencia de esta especie en Mar del Plata y Bahía San Antonio. Pera bióloga encontró un ejemplar en la zona conocida como El Pescadero, en inmediaciones del balneario El Cóndor.
Una tarde, después de una sudestada, la bióloga Andrea Tombari caminaba por la zona conocida como El Pescadero, en inmediaciones del balneario El Cóndor, mientras devolvía pepinos de mar al agua. En un momento, encontró un caballito de mar en un pequeño charco.
“Los trabajos dan cuenta de la presencia de esta especie por primera vez en 2004 para San Antonio Oeste, pero no se sabía que estaba presente en la desembocadura del río Negro”, destacó Tombari, investigadora de la sede Atlántica de la Universidad Nacional de Río Negro, al tiempo que aclaró que la especie solo está presente en Argentina, Brasil y Uruguay.
En Mar del Plata los caballitos de mar fueron declarados monumento natural ya que se trata de una especie vulnerable y en peligro de extinción, al igual que la mojarra desnuda. Hace unos años, se detectó que la especie también está presente en Bahía San Antonio, a unos 20 kilómetros al norte del balneario de Las Grutas, considerándola la más austral en el océano Atlántico, según puntualizaron Gabriela Piacentino y Diego Luzzatto, en la Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”.
Al encontrar un hipocampo en la costa rionegrina, Tombari lo metió en una bolsa, con agua de mar. “Era una hembra y ya estaba muerta. Era pequeña -no llegaba a los 10 centímetros- y le faltaba un pedacito del tronco. Era bien naranja y se notaba que estaba fresco, con ojos bien definidos”, puntualizó. Luego de fijarlo con alcohol en el laboratorio, buscó bibliografía para ver si se trataba de otra especie. “El ejemplar coincidía con las especies ya descriptas en 2004”, dijo.

Cuando Tombari difundió su hallazgo Acta Zoológica Lilloana, de la Fundación Miguel Lillo, un muchacho aseguró haber encontrado otro caballito de mar con las mismas características, muerto, el año pasado. Sería el segundo ejemplar en esa zona. Prometió donarlo para su estudio.
“Si hay más ejemplares, puede ser que hablemos de otra población en la zona. Es como un llamado de atención a cuidar la desembocadura del río Negro donde seguimos dando cuenta de especies vulnerables. La pesca en Río Negro tiene regulación poco detallada : la desembocadura del río, es un sector del estuario que se encuentra compartido por la provincia de Buenos Aires y Río Negro. Si se continúan tirando redes para pescar y no se cuida el agua, ni se controlan los residuos, afectará a la especie», lamentó la investigadora.
Los pequeños hipocampos se pueden encontrar a unos 15 centímetros de profundidad del mar y tienen colores llamativos. El estudio de Piacentino y Luzzatto describe que algunos son amarillos, con bandas rojas en la aleta dorsal; otros son grises con bandas negras. Tienen un esqueleto cutáneo formado por anillos anulares óseos, llamado también escudos, que dan rigidez al tronco.
Tombari reconoció la importancia de empezar a estudiar la población de hipocampos. “Queremos saber de qué cantidad estamos hablando. Sin embargo, es difícil estudiarlos porque el agua no es tan transparente y por ende, no es sencillo encontrarlos. Están asociados a la vegetación en el fondo -aunque a no tanta profundidad- ya que están en la parte más cercana a la costa”, describió.
Los caballitos de mar de la Bahía San Antonio fueron incorporados a la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). «Sucede que esta población descendió en un 90%. La gente sigue usándolos como adornos, como souvenirs y, algunas culturas orientales le encuentran significado de talismán», mencionó.
A partir de una iniciativa del Museo de Ciencias Naturales “Lorenzo Scaglia” de Mar del Plata, en 2010 se aprobó una ordenanza que declara al caballito de mar como monumento natural. La norma además prohíbe vender estas especies en cualquiera de los lugares de souvenirs.
Semanas atrás, la Legislatura de Río Negro declaró de interés ambiental, social, científico, económico y turístico al proyecto “Corredor de los 5 Grandes”, una iniciativa orientada a fortalecer la conservación marina en la costa norte del Golfo San Matías. La iniciativa es impulsada por Fundación Por el Mar, junto a la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático y toma como referencia el modelo africano de los “cinco grandes”, adaptado a las especies emblemáticas del mar argentino: orcas, tiburones, delfines, ballenas y lobos marinos.
“Quiero creer que eligieron a esos ‘cinco grandes’ por ser especies paraguas. Al declarar de interés a los grandes, hay que declarar de interés a todo por lo bajo. El hallazgo de este caballito de mar es una razón más para cuidar la costa rionegrina y especialmente, los estuarios, espacios delicados con muchos nutrientes”, advirtió. Recordó que reciben “muchas especies que llegan para alimentarse y reproducirse y recogen todo lo que nosotros tiramos. Un estudio reciente en bagres determinó que el 93% tenía microplásticos en su intestino”.
Una tarde, después de una sudestada, la bióloga Andrea Tombari caminaba por la zona conocida como El Pescadero, en inmediaciones del balneario El Cóndor, mientras devolvía pepinos de mar al agua. En un momento, encontró un caballito de mar en un pequeño charco.
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