Raúl Di Blasio El piano de América vuelve a su tierra natal

FLORENCIA LAZZALETTA culturanqn@rionegro.com.ar

NEUQUÉN (AN).- A pesar de las dos décadas que lleva viviendo entre México y Estados Unidos, Raúl Di Blasio confiesa que “no es de aquí ni es de allá”, como decía Facundo Cabral. A través de la música, el pianista zapalino se reparte entre giras por Medio Oriente, EE. UU., Centroamérica y la ciudad de León, en el estado mexicano de Guanajuato, desde donde habló con “Río Negro” unos días antes de viajar a Neuquén, donde tocó por última vez en abril del 2001. No olvida la fecha. “Son poco más de diez años. Es un número que cada vez que lo pienso me hace preguntar por qué no regresé a Neuquén o a la provincia a dar conciertos como en aquella ocasión, teniendo en cuenta que fue una de las experiencias más importantes de mi carrera como profesional y de mayor realización artística”, dice Di Blasio y suena casi como una reflexión en voz alta. Ahora vuelve. En un único concierto en Argentina, Di Blasio llegará al estadio Ruca Che este jueves 10 de noviembre para tocar acompañado por más de una docena de personas, entre coros y músicos que viajan con él en sus conciertos por el mundo para interpretar parte de sus éxitos. Para el pianista, la visita a su tierra natal se trata, también, de “reencontrarse con los amantes de la música de Neuquén”. “Es un show que vengo llevando a cabo desde hace un año y medio de gira. Después de tanto tiempo considero que es el mejor espectáculo que he tenido, porque es la condensación de la experiencia después de más de 20 años de carrera, dando conciertos en diferentes partes del mundo”, declara, y sintetiza su trabajo: “Es un show que rueda solito y muy fluido. No hay nada nuevo, nada especial, excepto lo que muestro en todas partes. Lo mismo que hace tres semanas hice en el Líbano, en Miami en febrero o en Centroamérica”. (Continúa en la página 40 (Viene de la página 39) En el regreso de Di Blasio a Neuquén tiene mucho que ver su madre: “Fue una petición muy especial de mi madre y me puse a trabajar en eso para darle el gusto”. Di Blasio admite que, como puede suponerse, su madre lo apoyó en su intención de acercarse a la música cuando era pequeño. “Mis padres, pero sobre todo mi madre, fue fundamental en la decisión de continuar, sobre todo cuando tenía 8 ó 9 años y viví una etapa de mucho complejo, porque en Zapala cada vez que me veían con los libros de piano mis compañeros que jugaban a la pelota me gritaban de todo… yo no quería seguir estudiando y mi madre me impulsó a seguir”, cuenta. Lo cierto es que Di Blasio no claudicó, y continúo el camino de la música hasta llegar ser “El piano de América”, como se lo apoda. Sin embargo, el pianista admite que se trata de una carrera “muy satisfactoria, pero que empezó tarde” porque decidió “ser pianista para toda la vida” cuando cumplió 30 años, y su primer disco lo grabó recién a los 35 años. “Hasta los 30 años estudié piano, estudié música clásica, viajé por el mundo, estudié en Buenos Aires, luego me fui a Chile, divagando en una bohemia, hasta que me enfoqué en algo que resultó ser lo que soy hoy. Cada vez que me encuentro con Richard Clayderman, que hacemos giras y conciertos juntos, siempre hablamos de eso: que cuando él ya era un triunfador yo todavía tocaba el piano en un hotel en Viña del Mar en Chile. El recorrido que tuve que hacer fue muy pesado, muy duro y por eso soy tan optimista y creo que todo se puede llevar a cabo”, dice. Idea que se potencia, según el músico, cuando piensa en lo que ha significado el piano en su vida. “¿Qué significa ser pianista? Es un modo de vida, no concibo mi vida sin la música, sin el piano. Pero no es una actividad, es una relación que mantengo con el instrumento, y es indudable que el despliegue en mi personalidad estando junto a un piano es totalmente diferente al Di Blasio desnudo cuando no tengo piano. Cuando tengo el piano me siento vestido, me siento yo, gano en seguridad. Es un bastón, un eje, un amigo, un aliado”, reflexiona. –Hace 20 años que lanzaste tu carrera en EE. UU. ¿Fue la decisión más acertada? –De las decisiones más acertadas que he tenido en mi vida, esa fue una. Dudo, sin criticar el mercado en nuestro país o en Sudamérica, que hubiera podido alcanzar el objetivo que alcancé a nivel artístico, a nivel profesional. Haberme ido fue una de las decisiones más acertadas, con todo el sacrificio que eso significa. Porque cuando te vas no medís las consecuencias, que son un distanciamiento con la familia, con tu país, con las costumbres. Es una decisión que requiere de mucha fuerza, pero también de mucho sacrificio. Yo por perseguir un sueño y alcanzar mi objetivo perdí muchas cosas. Hoy en día tengo mi vida hecha fuera de la Argentina, pero no en México ni en Puerto Rico. Si me preguntás, no vivo en Argentina. No es que no tenga identidad, sé perfectamente quién soy y lo que soy, pero se produce como una mezcla de sensaciones. No soy de aquí ni soy de allá.

El pianista zapalino ofrecerá un único concierto en Argentina. Será el jueves en el estadio Ruca Che, a las 21:30. Estará acompañado por más de una decena de músicos.