González, un alma latinoamericana
El debut solista en disco de Lucho González reúne un exquisito manojo de temas latinoamericanos en "Esta parte del camino", en el que su maestría en la guitarra brilla y se anima también a cantar.
Durante años Lucho González acompañó a los grandes, y recién a los 55 se animó a editar un disco solista. Su maestría en la guitarra es reconocida y admirada en el mundo musical y en «Esta parte del camino» la despliega en una docena de ritmos latinoamericanos, algunos muy conocidos a nivel popular y otros que recupera del olvido.
El repertorio elegido es exquisito. Aunque su voz resulte monótona en algunos de los temas, no se refugia en el vistuosismo al pulsar las seis cuerdas para deslumbrar sino que consigue un trabajo sensible en el que se mueve por el mapa musical americano con soltura, profundidad, emoción y alegría, también.
Este peruano-argentino que supo gozar de la popularidad en los ochentas con el Trío Vitale-Baraj-González, y en los que le siguieron con cambios, no sólo hace temas de otros en este disco, también muestra sus propias composiciones, como «Los ojitos», un festejo en el que el cajón peruano de Hubert Reyes lo acompaña en un rico contrapunto e «Improvisación por marineras», donde su hijo Martín se hace cargo del cajón, instrumento casi siempre presente en los temas.
Los boleros y valses no faltan y tanto «Amarraditos» como «Ansiedad» y «Aquellos ojos verdes» recuerdan sus comienzos con Chabuca Granda, a la que le da su homenaje en la marinera «Coplas a Pancho Graña».
La originalidad y falta de miedos al lanzarse a experimentar con los sonidos aparecen cuando transforma en landós «Los ejes de mi carreta» de Atahualpa Yupanqui y «Palabras para Julia», un «infiltrado» español de Goytisolo que pierde la urgencia setentista que le imprimió Paco Ibáñez, en su versión más conocida, pero gana una intimidad que acompaña muy bien a la poesía y para la que cuenta con la complicidad de su hija Alejandra.
Para redondear el disco lo acompañaron Gabriela Torres (voz en «Caballero Zanguitero»), Facundo Bergali (guitarra en «Mi amigo Juan»), Nicolás Colacho Brizuela (guitarra en «Caricia»).
Un puñado de canciones para descubrir a un Lucho González auténtico. (S.F.).
Durante años Lucho González acompañó a los grandes, y recién a los 55 se animó a editar un disco solista. Su maestría en la guitarra es reconocida y admirada en el mundo musical y en "Esta parte del camino" la despliega en una docena de ritmos latinoamericanos, algunos muy conocidos a nivel popular y otros que recupera del olvido.
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