Una conducta arraigada
La palabra “humedal” forma parte del vocabulario frecuente entre los sanantonienses desde hace años. Y eso es gracias a la labor de Patricia González y la Fundación Inalafquen que se encargaron de difundirlo. Las actividades de anillado que se realizan cada año también se convirtieron en tareas conocidas. La bahía San Antonio es una área Natural Protegida y pertenece desde agosto de 1993 a la Red Hemisférica de Aves Playeras Migratorias, organismo creado en 1985 que protege los ambientes críticos usados por estas especies. Desde entonces, se han montado sitios de avistajes (como el Centro de Interpretación Latitud 40) y se impulsaron normas de preservación. Cada año, en marzo y abril o en setiembre y octubre es posible observar en la bahía, enormes bandadas de playeros rojizos que llegan a la zona a recargar energías en sus enormes travesías.
La palabra “humedal” forma parte del vocabulario frecuente entre los sanantonienses desde hace años. Y eso es gracias a la labor de Patricia González y la Fundación Inalafquen que se encargaron de difundirlo. Las actividades de anillado que se realizan cada año también se convirtieron en tareas conocidas. La bahía San Antonio es una área Natural Protegida y pertenece desde agosto de 1993 a la Red Hemisférica de Aves Playeras Migratorias, organismo creado en 1985 que protege los ambientes críticos usados por estas especies. Desde entonces, se han montado sitios de avistajes (como el Centro de Interpretación Latitud 40) y se impulsaron normas de preservación. Cada año, en marzo y abril o en setiembre y octubre es posible observar en la bahía, enormes bandadas de playeros rojizos que llegan a la zona a recargar energías en sus enormes travesías.
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