Ciccone: sospechosa desaparición de tres expedientes cruciales

Revelan que al menos tres de los expedientes societarios más sensibles del caso Ciccone desaparecieron de la Inspección General de Justicia ni bien estalló el escándalo que protagoniza Boudou.

POLÍTICA&JUSTICIA

Por lo menos tres de los expedientes societarios más sensibles del caso Ciccone desaparecieron de la Inspección General de Justicia (IGJ) semanas después de que estallara el escándalo que protagoniza el vicepresidente Amado Boudou. Así informa hoy La Nación en un artículo que lleva la firma de Hugo Alconada Mon. Dice la nota:

“Desde entonces no se pudo recuperar toda la información, según confirmaron fuentes al tanto de lo ocurrido en el organismo. LA NACION obtuvo copias de las resoluciones por las que se ordenó la búsqueda y reconstrucción de esos tres legajos.

El extravío -o robo- abarca los expedientes de la ex Ciccone Calcográfica (rebautizada Compañía de Valores Sudamericana, CVS); de London Supply, firma que aportó 1,8 millones de pesos para el levantamiento de la quiebra de la imprenta, y de The Old Fund, el fondo que se usó para comprar la empresa dedicada a la impresión de billetes.

La desaparición fue casi total. No sólo incluyó el expediente con los documentos en papel impreso, sino también las copias protocolares -el equivalente a la que guardan los escribanos en sus protocolos-, en tanto que la versión digital de algunos de esos mismos documentos es incompleta.

Falta, por ejemplo, la transcripción del acta en la que se identificó al presunto testaferro de Boudou, Alejandro Vandenbroele, como el “nuevo accionista” de The Old Fund.

El extravío de los expedientes ocurrió en febrero de este año, pero el proceso que desató continúa hasta hoy.

El Departamento de Asuntos Judiciales del organismo ordenó la reconstrucción de los expedientes de la ex Ciccone y de London Supply, hasta que se emitieron las resoluciones 314 y 313, el 15 de marzo, mientras que los sumarios para definir las responsabilidades siguen abiertos.

Ese material podría resultar clave en la causa judicial en la que está imputado el vicepresidente Amado Boudou, a quien se vincula con los directivos de la nueva Ciccone hasta la estatización de la empresa.

La reconstrucción de The Old Fund insumió más semanas. La resolución 618 se fechó el 26 de abril porque antes ocurrió un inusitado cruce entre el titular de la IGJ, Marcelo Mamberti, su secretaría privada y el Departamento de Mesa de Entradas, Archivo y Despacho de la IGJ sobre quién fue el último que tuvo ese legajo. LA NACION había informado sobre ese extravío el 14 de junio pasado; en ese momento, la IGJ intentó relativizar la noticia.

“Tras una minuciosa y exhaustiva búsqueda de la documentación requerida, la misma no ha podido ser localizada”, confirmó Mamberti, en esa resolución, en la que, de todos modos, consignó que se completó el proceso de “reconstrucción del trámite extraviado”.

Ante la primera consulta de LA NACION sobre el extravío o robo del expediente de The Old Fund, un colaborador del sucesor de Mamberti, Norberto Berner, que se identificó como “Nicolás”, y que ahora ascendió a otro puesto en el Ministerio de Justicia, afirmó que la reconstrucción no resultaría problemática, ya que era “posible recuperar todo mediante las copias del protocolo y escaneado”.

Esa reconstrucción, sin embargo, no es tal, según indicaron fuentes de la IGJ a LA NACION. Hay tramos del expediente papel que no se recuperaron. Las copias protocolares también desaparecieron; la copia digital se completó de manera parcial.

En la versión digital del acta de asamblea número 2 de The Old Fund, del 1° de septiembre de 2009, por ejemplo, se consignó el desembarco de Vandenbroele como apoderado del nuevo socio mayoritario, Tierras International Investments, y del prófugo de la justicia norteamericana Sergio Gustavo Martínez como socio minoritario. Lo mismo se consignó en la transcripción del “libro depósito de acciones y registro de asistencia a asambleas”. Pero se omitió consignar la tachadura del renglón en el que se identifica a Vandenbroele como “al nuevo accionista”, lo que luego -se ignora cuándo- se tachó. Con birome.

La diferencia entre la versión original de esa acta -que la Justicia recuperó y guarda bajo llave- y la copia digital disponible en la IGJ podría generarle un dolor de cabeza al abogado Sergio Gastrell, quien dio fe bajo juramento que la versión aportada al órgano de contralor societario era una “transcripción fiel”.

La actuación de la IGJ bajo el mando de Mamberti, de todos modos, se prolongó con el arribo de Berner. En todos los oficios respondidos, jamás se informó que los originales se habían perdido, que debieron reconstruir los expedientes y que la información remitida a la Justicia podía obviar, por ejemplo, informes contables, declaraciones o informes sobre el cumplimiento de la normativa vigente, vistas o las observaciones que los inspectores volcaron -o debieron volcar- en esos expedientes.

“En el caso de The Old Fund, el inspector debió observar que la sociedad uruguaya Dusbel no estaba inscripta en el país al momento de ingresar como accionista, pero no está su dictamen y, por tanto, no se sabe si actuó bien o no”, ejemplificó una fuente de la IGJ.

La reconstrucción del expediente de The Old Fund arroja un indicio singular. Requerido por la IGJ para que aportara copias de algunos documentos, Vandenbroele presentó esas copias, pero acompañó, por error, una “tira” del sistema interno de la propia IGJ al que él jamás debería haber accedido. “Salvo -planteó una fuente del organismo- que alguien de adentro se lo hubiera facilitado”.

Fuente: La Nación


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