“La política tiene sobredosis de
Del Piero se expresa convencido de que Argentinaestá dotada de recursos humanos de calidad para reflexionar y encontrar alternativas a problemas que hacen a una sociedad masificada. Estima, sin embargo, que la política está más interesada en la lucha por el poder que en avanzar en aquella línea.
entrevista: A Pedro Del Piero, exsenador, titular de “Fundación Metropolitana”
CARLOS TORRENGO
carlostorrengo@hotmail.com.ar
– La Fundación que usted lidera trabaja sobre una batería de temas que hacen a tornar racional el desarrollo, el crecimiento urbano del país. ¿Por qué cree que el tema más caro en ese marco, el desequilibrio demográfico que ofrece el país, no está en el discurso de la política?
– Porque aquí la política tiene sobredosis de vocación de poder y de picardía. A modo de contracara, hay infradosis de utilización de las neuronas y de planeamiento racional. Este es el motivo por el cual, más allá de lo puntual, la política o la dirigencia política elude ciertos temas. En los hechos, ese eludir -en su práctica- bien podríamos decir que se trata de una cultura muy tangible. Y como tal, medible. Nuestra Fundación la palpa, detecta. Y esta cultura hace al presente y al futuro, porque en esa cultura del desdén se juega mucho de una sociedad, de sus problemas…
– ¿Qué significa “medir” esa cultura?
– Poder determinar el grado de interés que una construcción política concreta le otorga a los diagnósticos sobre problemas nacionales que se formulan desde la idoneidad, la racionalidad, el planeamiento… es decir, aquellas alternativas que argumentan con rigor para este o aquel problema. No puede, no debe prolongarse el desdén que muchos planos políticos tienen por el mundo de las ideas.
– ¿O sea que la política, en términos de construcción concreta, de partido, marcha a contramano del recurso humano?
– Mucho de la política lo elude. No contempla la calidad ni la dimensión, en términos de cantidad, que tiene el país en materia de recursos humanos. Hay mucha capacidad para la reflexión sobre los grandes desafíos que tiene el país. Ustedes mismos, en Río Negro, tienen el polo científico de Bariloche, un orgullo nacional, como seguramente a lo largo de toda la Patagonia, un espacio que aún se está haciendo, hay mucho recurso humano para reflexionar sobre los problemas de cada una de las provincias que integran ese espacio.
– Usted escribió hace poco que a 30 años del retorno a la democracia, en nuestra cultura política pareciera no existir, al menos a hoy, el valor que tiene la alternancia en el poder. ¿Hay un hilo conductor entre esto y la sobredosis de poder que usted advierte en la política argentina?
– Sin duda que sí, porque hacen a un tipo de visión, de cultura de la política. En esa nota que usted menciona señalo que llegamos a los 30 años de democracia más por el fracaso ajeno que por las propuestas propias. Mire: la alternancia vigoriza al sistema político. Sin embargo, estamos siempre ante la tentación de que quienes hayan gobernado acertando, bueno… estén ante el dilema/ tentación de querer quedarse en el poder hasta que llegue su fracaso.
– El expresidente de Chile -Lagos- acaba de señalar que la dialéctica que es propia del movimiento de la historia, está sometiendo a la política a mudanzas en cuanto a qué hacer frente a los crecientes problemas que debe encarar. ¿Por dónde se definen los problemas más graves de la política argentina?
– Por el lado de la gruesa agenda de problemas sociales que tiene ante sí. Y en línea a esto, las colisiones, las disputas políticas que con independencia de su legitimidad, condicionan un debate abierto, importante, imprescindible, conducente a lograr soluciones…. Demoras que resienten la relación entre la política y la sociedad, que está cada vez más y mejor informada sobre lo que sucede, y participa dando su opinión. Esto es lo que hay que entender: no estamos ante hombres y mujeres neutros frente a problemas que afectan su dignidad a diario, en términos continuos.
– ¿El caso del transporte, en lo que ustedes llaman “La Gran Buenos Aires”?
– Y el de la basura. La convergencia de ambos problemas lesionan gravemente la estima, la dignidad y los derechos de los 15 millones de seres que viven en ese espacio. Si a esto sumamos la inseguridad y lo que yo lamo “convivencia obscena” entre la opulencia y la exclusión, bueno, tenemos una estructura social en permanente tensión. Mire: la provincia de Buenos Aires tiene en el 1,2 % de su superficie el 63 % de su población. Pero en su interior están cinco de las diez ciudades más pobladas de Argentina… Todo este despropósito pone en jaque la organización institucional debido a los intereses en juego, las culturas con que se maneja la política, los problemas que hacen a la prestación de servicios y etc, etc…
– En los trabajos de la Fundación emerge una categoría: “periurbano” ¿Qué es?
– Es todo lo urbano en términos de ciudades que no pertenecen al Gran Buenos Aires, que están a sus orillas. Es un arco que nace en el norte, con la ciudad de Zárate, se ensancha hacia el centro, en Cañuelas, y cierra en La Plata. Lo periurbano está más allá del conurbano bonaerense. Computa muchas ciudades intermedias que -tomemos la inseguridad- hasta hace años atrás tenían problemas, pero éstos no podían ser identificados en su naturaleza, sus características, con los que afectan al conurbano. Sin embargo, ahora les llega la inseguridad en los términos del conurbano. Había robos, pero no se asesinaba por un par de zapatillas. Ahora sí… sobre el espacio periurbano se extienden formas de violencia que son propias de las áreas donde impera la exclusión social.
– Ahora, en el marco de todos estos desafíos, está el tema del suelo. No hay relato sobre el presente y el futuro de la sociedad argentina que no compute el tema de la disponibilidad de suelo. ¿Dónde se encuentra hoy esta cuestión en la lógica de la decisión del Estado?
– Muy relegado, a pesar de ser una cuestión con mucha potencia. Se define por los usos, que en todo caso no son muchos: industrias y servicios, vivienda y espacio público. Hoy este tema está, desde lo general a lo particular, en la mano de Dios y del mercado, donde se expresa un fraccionamiento jurisdiccional grave, desordenado… todo un tema donde impera también mucha legislación sin reglamentar, lo cual habilita a municipios, al mercado, a definir sobre criterios muy arbitrarios en un tema que hace a un rol decisivo en la organización de la vida en comunidad. Es dramático el déficit del Estado en materia suelo.
entrevista: A Pedro Del Piero, exsenador, titular de “Fundación Metropolitana”
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