La ruta al Olimpo
No sin dificultades hizo de La Plata su segundo hogar y hoy juega para el Ofi de Creta, en Grecia.
Mauricio Carrasco comenzó a patear la pelota en los potreros neuquinos hace unos 20 años. Con el tiempo ese niño se transformo en un delantero de fuste en el ascenso argentino y hoy vive su primera experiencia internacional pateando la pelota en los estadios de la liga griega. El camino al Olimpo no fue sencillo. Mauri partió en busca del sueño del pibe cuando tenía 12 años y se subió a un micro, en la vieja terminal neuquina, que lo depositó en La Plata. No fue fácil adaptarse a la ciudad de las diagonales, le costó tanto que debió pegar la vuelta a Neuquén. La vuelta a casa, en ese momento significó un duro golpe para el delantero, pero terminó siendo un nuevo punto de partida. Un tiempo en el que aprovechó para divertirse con sus amigos defendiendo los colores del Centro Empleados de Comercio en Lifune. Allí aprovechó para recargar fuerzas y salir con la determinación necesaria para llegar a dar vida a su sueño: el de gritar goles y vivir del fútbol. Tras esa etapa viviendo bajo el techo familiar Mauricio volvió a La Plata, decidido, renovado y con más ganas que nunca. El cambio fue positivo y rindió sus frutos ya que unos años más tarde debutó en la primera de Estudiantes. Jugando con la camiseta del Pincha le marcó goles a San Lorenzo y a Argentinos. Tiempo después, en busca de minutos en la cancha para tener rodaje se fue a préstamo a Quilmes. En el Cervecero se mostró y brilló: jugó 17 encuentros, anotó 7 goles y se metió a la hinchada en el bolsillo. Los últimos años los transitó por la B Nacional, una categoría complicada para cualquier delantero. Rindió con altibajos en Aldosivi, y en el certamen 2012/13 fue el delantero indiscutido de la alineación titular de Patronato. El destino le tenía preparada una nueva vuelta a Estudiantes de la Plata, Mauricio confiaba ciegamente en que este sería el momento indicado para explotar en el equipo de la ciudad donde formó su familia, pero Mauricio Pellegrino, DT Pincha, no pensaba lo mismo. Le habló de una “evaluación”, el delantero consideró que no era justo y por eso no dudó en armar las valijas. No estaba dispuesto a pasar por esa especie de reality futbolero. Muchos dicen que cuando se cierra una puerta se abre otra, y es lo que sucedió porque cuando aún no se le iba la bronca por no poder quedarse en La Plata, los dioses del Olimpo le abrieron la puerta para jugar en el fútbol griego. El Ofi de Creta será, por el lapso de un año, su nuevo club, un lugar paradisíaco donde con su señora y sus nenas seguirá construyendo el sueño que inicio en Neuquén cuando era un pibe.
Mauricio Carrasco comenzó a patear la pelota en los potreros neuquinos hace unos 20 años. Con el tiempo ese niño se transformo en un delantero de fuste en el ascenso argentino y hoy vive su primera experiencia internacional pateando la pelota en los estadios de la liga griega. El camino al Olimpo no fue sencillo. Mauri partió en busca del sueño del pibe cuando tenía 12 años y se subió a un micro, en la vieja terminal neuquina, que lo depositó en La Plata. No fue fácil adaptarse a la ciudad de las diagonales, le costó tanto que debió pegar la vuelta a Neuquén. La vuelta a casa, en ese momento significó un duro golpe para el delantero, pero terminó siendo un nuevo punto de partida. Un tiempo en el que aprovechó para divertirse con sus amigos defendiendo los colores del Centro Empleados de Comercio en Lifune. Allí aprovechó para recargar fuerzas y salir con la determinación necesaria para llegar a dar vida a su sueño: el de gritar goles y vivir del fútbol. Tras esa etapa viviendo bajo el techo familiar Mauricio volvió a La Plata, decidido, renovado y con más ganas que nunca. El cambio fue positivo y rindió sus frutos ya que unos años más tarde debutó en la primera de Estudiantes. Jugando con la camiseta del Pincha le marcó goles a San Lorenzo y a Argentinos. Tiempo después, en busca de minutos en la cancha para tener rodaje se fue a préstamo a Quilmes. En el Cervecero se mostró y brilló: jugó 17 encuentros, anotó 7 goles y se metió a la hinchada en el bolsillo. Los últimos años los transitó por la B Nacional, una categoría complicada para cualquier delantero. Rindió con altibajos en Aldosivi, y en el certamen 2012/13 fue el delantero indiscutido de la alineación titular de Patronato. El destino le tenía preparada una nueva vuelta a Estudiantes de la Plata, Mauricio confiaba ciegamente en que este sería el momento indicado para explotar en el equipo de la ciudad donde formó su familia, pero Mauricio Pellegrino, DT Pincha, no pensaba lo mismo. Le habló de una “evaluación”, el delantero consideró que no era justo y por eso no dudó en armar las valijas. No estaba dispuesto a pasar por esa especie de reality futbolero. Muchos dicen que cuando se cierra una puerta se abre otra, y es lo que sucedió porque cuando aún no se le iba la bronca por no poder quedarse en La Plata, los dioses del Olimpo le abrieron la puerta para jugar en el fútbol griego. El Ofi de Creta será, por el lapso de un año, su nuevo club, un lugar paradisíaco donde con su señora y sus nenas seguirá construyendo el sueño que inicio en Neuquén cuando era un pibe.
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