El regreso de Pedro y Pablo en Bariloche

ESPECTÁCULOS

Claudio Andrade

candrade@rionegro.com.ar

Las mejores épocas de Pedro y Pablo ya pasaron. Pero el contenido y el sentido de sus canciones perdura a las épocas, sobrevive a los momentos de una sociedad, de un país. Desde esa óptica podría decirse que la fama es puro cuento y que las canciones, las buenas, quedan. Por estas horas el dúo que supo amenizar multitudinarios festivales de rock y llenar varios Obras Sanitarias en los 70 y los 80, está de regreso en una Argentina convulsionada. Para concretar esta flamante unión decidieron venir al sur, un lugar con el cual ambos se encuentran muy conectados. Este viernes a las 21,30 brindarán un recital en La Baita. La realidad latinoamericana, la inagotable discusión acerca de la identidad nacional, las manifestaciones que por estos días mantienen los gremios en Neuquén y Río Negro, hacen pensar que sus consignas de entonces han cobrado profundo sentido en este milenio. Pero no es que Miguel Cantilo y Jorge Durietz no tengan nada nuevo por decir, es que el tiempo parece volver sobre sí mismo y los himnos no se oxidan.

-Ha transcurrido un largo tiempo desde “La marcha de la bronca” pero sus canciones todavía pasan de boca a boca y se mantienen vivas. ¿A qué lo atribuyes?

-Hay una revalorización de lo que se escribió y cantó en los 80, el estilo, el contenido contestatario todavía son buscados por la nuevas generaciones, y en esa búsqueda se vuelve a ese repertorio. La gente joven apela a una forma que hoy ya no existe. Entonces va a las fuentes, pasa con el tango y con el folclore.

-¿Qué fue de la canción de protesta en un tiempo como este en que uno percibe que no vendría mal?

-Al no existir la urgencia de una dictadura o de las guerras como Vietnam, la música ha mutado. Lo contestatario existe pero de una manera distinta, se escucha la protesta en los cantantes de rap en los barrios. También lo hace Callle 13 que expresa muchas inquietudes latinoamericanas y, con otro estilo, Jorge Drexler. Sí está vigente la canción como herramienta de protesta.

-¿Qué te ha dejado en tu piel, en tu mente, la vivencia de ser una estrella para después mantenerte atrás del mercado y, al fin, convertirte en esta leyenda de la música?

-Son vicisitudes de la profesión. La actividad es fluctuante y uno a veces es un poco ignorado y otras veces vuelve a ser requerido. Es el medio circundante porque uno sigue. Y el medio responde y a veces no. De paso yo viajo bastante, hago paréntesis para buscar inspiración en otros paisajes.

-¿Ya no hay canciones de protesta de Miguel Cantilo?

-Siento que no es mucho lo que puedo decir al respecto. Pero no dejo de cantar esas viejas canciones en los shows. Mi repertorio actual pasa por otros lugares. Me apetece tocar otras cosas. Aunque mantengo mi espíritu de protesta en cuestiones vinculadas a los reclamos ecologistas.

DeBariloche