Una multitud despidió a Tita Merello
Los restos de la actriz y cantante argentina Tita Merello, emblema del tango, fueron inhumados ayer en el cementerio de La Chacarita, ante una multitud que prometió no olvidarla.
De extensísima trayectoria, símbolo del tango arrabalero y de la mujer luchadora en las condiciones más adversas, Tita Merello murió el martes a los 98 años, en la Fundación Favaloro, donde vivía desde el año 1997.
Ante muchísimos seguidores pero casi ningún colega del mundo del tango -a excepción del compositor Ben Molar- ni funcionarios del gobierno, el último adiós a Tita Merello comenzó a las 9 en la iglesia de San Pedro Telmo, en el barrio homónimo, donde se ofició un responso por su eterno descanso.
Tras la ceremonia, el cortejo fúnebre que abarcaba más de una cuadra de extensión, pasó frente a la Fundación Favaloro, donde se detuvo unos minutos en los que se escuchó el aplauso del personal que acompañó los últimos días de la vida de la artista.
Luego, se detuvo frente a Corrientes al 1312, donde se levantó un monolito que recuerda el conventillo donde Merello vivió su adolescencia, y tras rodear el Obelisco llegó al cementerio de la Chacarita, donde la aguardaba una multitud.
Los cientos de seguidores arrojaron flores al féretro que fue transportado por miembros del regimiento de Patricios, y la vivaron, gritándole «ídola». Los presentes cantaron el Himno Nacional y luego un corneta de Patricios hizo el tradicional Toque de Silencio, tras lo cual se depositaron los restos -que serían cremados- en el Panteón de Sadaic.
La ceremonia fúnebre comenzó en la iglesia San Pedro Telmo, donde la actriz, que nació en un departamento del barrio, en Defensa y pasaje San Lorenzo, fue bautizada.
En la iglesia se encontraban el actor Osvaldo Miranda, el artista Eduardo Bergara Leumann, el modisto Ante Garmaz, el compositor Ben Molar, y el secretario de Cultura de la Nación, Rubén Stella. Fueron las únicas figuras conocidas que se vieron en la iglesia y que luego participaron del cortejo fúnebre. La «Morocha del Abasto», como se solía llamar a Tita, murió por su avanzada edad, tal vez cansada de vivir ya sola, sin sus seres más queridos cerca.
El último compañero entrañable que perdió fue el célebre médico René Favaloro, quien se suicidó hace casi dos años.
Tras haber transitado por los más importantes escenarios porteños, y haber participado de decenas de emblemáticas películas de la época de oro del cine argentino, Tita Merello se recluyó y se dedicó a realizar comentarios radiales en distintos programas.
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