El inventor neuquino que busca conquistar los vientos

Los avances tecnológicos, se sabe, no se dan de un día para otro. En general llevan muchos años de investigación, de ensayos. Lo que alguien probó en algún momento es retomado mucho después por otras personas hasta que finalmente se cristaliza y es adoptado en forma masiva.

Las energías renovables, sobre todo la eólica, han tenido en el mundo gran avance en los últimos años. En Europa, los países nórdicos, Alemania y España encabezan el ranking y por momentos llegan a producir cerca del 80% de la demanda eléctrica. La Argentina se encuentra lejos de ese nivel, con apenas el 0,4% de aporte de energía eólica. Algo que promete cambiar con la próxima licitación RenovAr por 1.000 MW.

Semanas atrás se inauguró en el departamento de Godoy Cruz, en Mendoza, la primera planta de aerogeneradores del país, a cargo de la empresa Impsa. Los primeros estarán destinados a la ampliación del parque eólico de Arauco, en La Rioja, que llegará a una potencia instalada de 102 MW, capaz de abastecer a 100.000 familias al año.

Pero parece no alcanzar con un plan de licitación. Es necesario mejorar las tecnologías. Así lo demuestra el ingeniero neuquino René Arias, quien se preguntó si es posible obtener más energía con la misma cantidad de aerogeneradores. “La idea consiste en instalar una segunda turbina al aerogenerador. Con mucha suerte, una sola turbina aprovecha el 40% del viento, por lo que una segunda podría aumentar 60% o más la potencia del aerogenerador”, explica.

Además del estudio teórico, Arias hizo ensayos con modelos a escala que fueron presentados en la feria Neuquén Innova de 2012. “Con una turbina en funcionamiento se prendía un led, mientras que con dos se prendían tres led, lo que implicaría un rendimiento superior al 200%”, comentó, pero advirtió que habría que probarlo con un prototipo, ya que los generadores que se usan en parques eólicos “pesan toneladas y las palas tienen hasta 100 metros de diámetro”.

La instalación de una segunda turbina traería aparejado otro beneficio al reducir la cantidad de engranajes necesarios. “Los generadores actuales usan este mecanismo para aumentar las revoluciones”, explicó.

“No tengo capacidad para hacer un prototipo de varios megawatts. Lo que pienso, y me gustaría probar, es que esa segunda turbina, que obviamente implica un costo adicional, se puede amortizar al obtener más energía de cada aerogenerador”, argumentó, y aseguró que el sistema puede llegar a ser la diferencia entre “rentable y no rentable para un proyecto eólico”.

“No podría patentarlo porque ya existen equipos con doble turbina, pero desconozco por qué no se impusieron comercialmente”,

explicó el ingeniero neuquino René Arias a

“Río Negro Energía”.

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