Lanzan la ofensiva antidelito, pero admiten que no será fácil la tarea

La cruzada para dar respuestas a la angustia de la gente por la ola de secuestros y asesinatos da las primeras señales de contundencia. ¿Podrán desmantelarse las mafias del delito?

El primer paso está dado. Esta semana el gobierno dará forma a la ofensiva contra la ola de delitos en Buenos Aires que no se detiene y crece, con el despliegue en la calle de dos mil efectivos de Prefectura y Gendarmería para patrullar las calles junto a 1.500 agentes de la Policía.

También Nación y provincia elaboran en estricta reserva un megaplan «shock» para enfrentar al delito. Y como se sabe, se busca depurar la nunca derrotada «maldita policía» comenzando por la cúpula: el relevo del jefe Alberto Sobrado por no haber declarado más de 300.000 dólares que envió a las Bahamas y la intimación a mil comisarios a responder si están dispuestos a ser investigados patrimonialmente.

¿Es el auspicioso comienzo de una etapa para dotar de seguridad a la población frente a los angustiantes secuestros, robos con asesinato, violaciones y crímenes de policías? No será fácil. Lo admitió ayer el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, al plantear que hay intereses de todo tipo que influyen en el aumento de los ilícitos y que se tocan con sectores del poder. Anticipó que se tardará en desmontar estructuras delictivas que se dedican a sembrar terror en el conurbano.

Ayer el Ejecutivo nacional volvió a manifestar su preocupación por el aumento de hechos delictivos en el territorio, mientras en las últimas horas otro uniformado perdió la vida en un enfrentamiento armado y se convirtió así en la víctima fatal número 29 de la policía bonaerense en lo que va del año (ver aparte). En tanto, continúa la angustia por el secuestro del papá del jugador de River Leonardo Astrada. El propio mediocampista negociaba con los captores el rescate de 800.000 pesos en un día de emociones, ya que se llevó la ovación en los festejos en el Monumental (ver Deportivo).

El ministro del Interior, Aníbal Fernández, dijo que «no deja de verse una preocupación muy grande de la gente que vive en esa zona (por el conurbano) y esto nos tiene a todos preocupados». Aseveró que hay que «actuar con mucha dureza» y advirtió que «no se puede desperdiciar un segundo para tratar de cumplir» con la erradicación del delito. Expresó además que Kirchner tiene «la decisión inquebrantable» de desmontar las estructuras de corrupción, pero mencionó que ese proceso no puede realizarse en un lapso breve porque hay «dificultades» Al respecto, indicó a Radio 10 que «hay múltiples causas. Temas culturales, intereses y en algunos casos, anuencia de las instituciones». Por lo tanto, opinó que «llevará mucho tiempo desmontar las estructuras delictivas, que tienen en vilo a toda la población, con secuestros y asaltos, especialmente en el conurbano bonaerense».

Por su parte, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, dijo que hay preocupación no sólo por los episodios registrados en la provincia gobernada por Felipe Solá, sino también «por cada asesinato que se produce en el país.

A todo esto, unos mil comisarios fueron emplazados por el ministro de Seguridad Juan Pablo Cafiero a contestar si están dispuestos a ser investigados patrimonialmente. Caso contrario, deberán seguir el camino del ex jefe de la fuerza, Sobrado, quien se tuvo que ir por no haber declarado una cuenta bancaria en Bahamas de más de 300 mil dólares.

La advertencia fue formulada el viernes por la noche en un encuentro con 44 comisarios de la cúpula de la fuerza, quienes recibieron la orden de transmitirla a sus inferiores inmediatos, jefes de comisarías o áreas de investigación. «Al que se ponga a hacer la plancha le voy a mover el agua para que se hunda», sentenció Cafiero, y enfatizó que «o dejan que Asuntos Internos les haga una tomografía de sus bienes y no ponen más excusas para trabajar o presenten su pedido de retiro». Precisó que «en total unos 1.000 comisarios deberán decidir si se van o se quedan». Les dijo que «tienen el fin de semana para pensar qué hacen».

(Redacción Central y DyN)


El primer paso está dado. Esta semana el gobierno dará forma a la ofensiva contra la ola de delitos en Buenos Aires que no se detiene y crece, con el despliegue en la calle de dos mil efectivos de Prefectura y Gendarmería para patrullar las calles junto a 1.500 agentes de la Policía.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora