Hacer y compartir juguetes, ideal contra la violencia

En la Escuela 299 de Allen implementan un valioso proyecto para los recreos.

ALLEN (AA).- Con sólo una media, un poco de papel de relleno y un palo de escoba, además de mucha imaginación y entusiasmo, chicos de una escuela primaria de esta ciudad comenzaron a armar sus propios «caballitos», y demás juguetes, para «aprender a jugar» sin violencia.

Junto con los papás y maestros, en la Escuela primaria 299 de Allen, que alberga a más de 350 pequeños, se ideó la valiosa experiencia que busca contrarrestar -a fuerza de saber convivir y compartir- los efectos de los elevados niveles de agresividad que ven los docentes durante los recreos.

La violencia escolar fue el efector para que desde este año se decidiera encarar un proyecto concreto que aborde esta difícil problemática desde la institución, aunque también desde los hogares de los chicos.

En este marco, se pusieron en marcha diversos talleres sobre convivencia, que buscan enseñar -en algunos casos- y reforzar -en otros- los valores de la solidaridad, el respeto y la tolerancia Esta última es sólo una de las caras del proyecto, pensada para los más grandecitos, porque para los más chicos se buscó recrear la instancia de los juegos, a través de sus ganas y su propia creatividad. «Aprender a jugar», resumió la directora del establecimiento del barrio Tiro Federal, Stella Maris Seibel.

«Desde el año pasado venimos atendiendo la problemática de violencia en los recreos, y es el tema que más nos preocupa», comentó la docente «Veíamos que los chicos hacían juegos muy bruscos y siempre alguno era agredido porque juegan a golpearse, pegarse patadas. Por eso con los maestros armamos este plan y creemos que empezó a dar buenos resultados. Por lo menos empiezan a tratarse de otra forma», explicó la directora.

El primer desafío fue dar vida a los «caballitos de madera», que cada papá armó junto a su hijo. Pero esta experiencia fue sorteada con éxito y todos juntos -niños, padres y caballitos-, desfilaron orgullosos el pasado 20 de junio.

Durante los últimos días, la creación de autitos y otros juguetes -utilizando botellas y todo tipo de materiales reciclados- volvió a congregar a la comunidad educativa y más de 70 padres concurrieron una tarde a la escuela junto a los chiquitos de los primeros grados para adentrarse en el juego. La tercer etapa, que se espera con expectativa, será recrear un mundo de marionetas.

«Los padres vienen y trabajan con ellos, y el grupo se integra. La finalidad es que los actos de los padres sirvan de reflejo para los chicos», comentó Wálter Burgos, uno de los jóvenes maestros involucrado en el proyecto, junto a Rolando Montoya y Beatriz Colipán.

«El plan de trabajo se armó con los docentes y lo vamos a realizar durante todo este ciclo. En principio, separamos los recreos por módulos, según los grados, para evitar conflictos. Luego incorporamos la etapa de los juegos, y en forma paralela se desarrollan talleres para los chicos de los últimos grados», sostuvo la titular de la escuela, a la cual asisten alumnos de diversos barrios del área norte.

El fin esencial, concluyó Seibel, es «promover una nueva instancia de reflexión con eje en la convivencia. En cada aula se trabajan temas como la paz, la libertad, la tolerancia y la discriminación. Así aprendemos entre todos lo que significa el respetar al otro, como método preventivo de la violencia» El objetivo es grande pero ya está trazado, el plan marcha sobre ruedas y todos están seguros de estar en el camino correcto para lograrlo. El paso más importante.

«El jugar constituye para los chicos no sólo un entretenimiento sino también y primordialmente una necesidad. Es a través del juego que el niño va conociendo paulatinamente su propio cuerpo y el complicado mundo exterior», argumentaron los docentes, como pilares fundamentales del emprendimiento.

Todo niño tiene derecho a jugar porque, entre otras satisfacciones, esto pone en marcha «prácticas de sociabilidad cuando el juego es compartido», sostienen a su vez expertos en el tema. «Le da pie a la producción creativa, fomenta la actividad física y le permite acceder a nuevas estructuras mentales en lo que se refiere al rendimiento intelectual», añaden.

El taller se llama «Juguetes: un lugar para conocernos». Desde esa denominación, los docentes apuntan a «generar lazos que tienen que ver con la solidaridad y el respeto mutuo» y «transformar el lugar de los recreos en un lugar en donde se pueden utilizar los trabajos realizados por el simple hecho de jugar».

El plan contempla diversas etapas, y las metas son ambiciosas pero muy posibles de concretar: por caso, integrar a la familia en el hacer escolar y potenciar las habilidades de los niños, entre otras. (AA)


ALLEN (AA).- Con sólo una media, un poco de papel de relleno y un palo de escoba, además de mucha imaginación y entusiasmo, chicos de una escuela primaria de esta ciudad comenzaron a armar sus propios "caballitos", y demás juguetes, para "aprender a jugar" sin violencia.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora