A 47 años del Rocazo, Miriam habla por primera vez de aquella foto

Ella y sus amigos fueron sometidos en medio de un operativo militar, cuando el pueblo reclamaba por el traslado de los juzgados a Cipolletti. Nunca quiso a darse a conocer hasta ahora. Junto a su esposo cuentan parte aquella historia.

Cuatro hombres permanecen tirados boca abajo en el piso y con las manos en la nuca. Diez soldados apuntan con sus fusiles, pinchando los cuerpos con las bayonetas. Gritos, corridas, disparos resuenan en las calles principales de Roca. Los hombres no pueden hablar, mientras se realiza una detallada requisa en el interior de un sospechoso Fiat 600. Una mujer es empujada hacia el sector de cuerpos tirados sobre el asfalto. “A ella no la tiren, que se quede arrodillada”, es la orden de un oficial del Ejército.
La mujer pone sus mano entre las piernas y con la cabeza gacha, parece rezar, para que la pesadilla se termine pronto.


Un fotógrafo del diario “Río Negro”, parece ser la garantía de que -al menos por el momento- la detención no pase a mayores. Sin embargo, minutos después, un soldado pone su bota sobre la espalda de uno de los manifestantes, como indicando quién manda.

Miriam, arrodillada y rodeada de fusiles con bayoneta en calle Rodhe 780.


El fotógrafo Horacio Sánchez realiza varios disparos con su máquina y extrae el rollo rápidamente para guardarlo en un bolsillo, asegurando las imágenes ante una eventual quita de su máquina, cosa que ocurre, aunque luego es devuelta por un soldado tras la orden del capitán Zárraga.
Esas ráfagas de imágenes son finalmente publicadas en la tapa del diario “Río Negro”, el 7 de julio de 1972, recordado como el “Rocazo”.

Durante el Rocazo se armó una comisión de vecinos que quiso entrevistarse con el intendente Orejas, pero fueron detenidos por policías en una revuelta.


En una publicación del 12 de septiembre de 2012, los periodistas Javier Avena y Julio Hernández recordaron esta imagen con sus protagonistas, Armando Nicoló y Orlando Gatica, quienes aparecen tirados sobre el asfalto boca abajo. Sin embargo nunca se supo nada de la mujer que aparece arrodillada en esa foto, sólo conocida por su nombre, Miriam Padilla.
Aquí su historia.

¿Quién es la mujer de la foto?

Su nombre es Miriam Auria Padilla y tiene 65 años. Es una vecina de barrio Universitario, donde vive con su esposo Juan Méndez. Él fue quien llamó para preguntar si desde este diario queríamos saber quién es la mujer que aparece en las fotos históricas del Rocazo.


Al momento de la visita a su casa, lo que pretendía ser una sorpresa de Juan para su esposa, no es bien recibido por Miriam. “Es que no tengo mucho para contar”, dice mientras Juan la va convenciendo de a poco.
Finalmente se sienta a la mesa. Su marido trae un cuadro en el que está enmarcada la tapa del diario “Río Negro”.

Es un regalo de sus hijos, con motivo de su cumpleaños. Allí se muestran las fotos donde aparece ella rodeada de militares con fusiles FAL y sus respectivas bayonetas.

La tapa del diario enmarcada como recuerdo de aquellos días.


Es una mujer sencilla, de entre casa, de hablar poco. Finalmente accede y ambos comienzan a desovillar un hilo de los tantos con que se tejió la historia de la ciudad y de un país cansado del autoritarismo.


“En realidad, yo no tenía nada que ver. Ese día salí de mi trabajo, en el bazar “Casa Julita”. Generalmente se bajaban las persianas a eso de las cinco de la tarde, porque a esa hora comenzaban las concentraciones en las calles céntricas. Luego me pasaron a buscar mis amigos, Armando Nicoló y Orlando Gatica. Ellos fueron los que quisieron ir al centro a ver qué pasaba”, cuenta Miriam. “Total vamos y venimos” le había dicho Armando.
El conflicto mayor era cerca de las vías y los amigos se fueron en el Fiat 600 hacia Rodhe, casi Av. Roca, donde todo parecía más tranquilo, pero un grupo de personas de desprendió del grupo y se fue hacia el sur de las vías, donde estaba estacionado el Fiat.


“De repente vemos que aparecen varios soldados por Sarmiento y Rodhe y nosotros quedamos entre los manifestantes y los militares. Ahí fue cuando nos obligan a bajar del auto y hacen tirar al suelo a mis amigos. A mí me piden que me arrodille sobre el cemento”, relata.
Armando tirado en el suelo le hacía señas que se escapara, pero Miriam no se anima. Eran demasiados soldados fuertemente armados. “Me apuntaban con las bayonetas, pero yo no tenía miedo. Me preocupaba lo que pudieran hacerle a ellos. Finalmente los cargan en un camión y se los llevan detenidos. Estuvieron como cuatro días presos, donde los golpearon. A mí me tuvieron como media hora en el piso hasta que le dieron la orden a un soldado que me acompañara hasta mi casa. Yo le decía al soldado que me dejara en una casa que en realidad no era la mía. Lo hice para poder ir a avisarle a los padres de Armando, que su hijo estaba detenido, esa fue toda mi participación. Pero al otro día aparecí en la tapa del diario. Yo me quería morir”, dice riendo.

Noviazgo


Juan Méndez y Miriam Padilla no se conocía en aquellos días oscuros en nuestra ciudad, pero ambos fueron parte de la historia. Uno más involucrado en la protesta contra el gobierno de Requeijo, participando activamente de las protestas.


Ella en cambio, sin ser parte del conflicto, queda grabada en una de las imágenes más icónicas del Rocazo.
Ambos tenían un destino predestinado y el seis de agosto, justo un mes después de aquella detención, Juan y Miriam se conocen en una cancha de fútbol y se ponen de novios. Se casan el 17 de agosto 1974 y tienen tres hijos (Carlos, Marianela y Lucas). Su historia ha sido develada.

La mezcla de aceite y arena que logró detener a “Neptuno”

Juan Méndez tenía 24 años en 1972 y era empleado de la estación de servicio ubicada en Av. Roca casi ruta 22.

“Recuerdo que ahí cerca estaba la gomería de Don Aguirre. El mandaba cubiertas para quemar en las calles céntricas de Roca. Cuándo se veía el humo de las barricadas, los comerciantes cerraban sus locales, así que nosotros aprovechábamos e íbamos a mirar, aunque en ocasiones también participábamos”, dice Juan.
Los acontecimientos se iniciaron en los primeros días de julio cuando gran parte de la ciudadanía comenzó a ver con malo ojos la decisión del gobernador militar Roberto Requeijo, que pretendía mudar el asentamiento del Tribunal N°6 a Cipolletti, con lo que Roca perdía protagonismo. Sin embargo Juan Méndez dice que si bien eso es cierto también había otros condimentos como el cansancio de la población al autoritarismo de el gobernador Requeijo.
“Cuando el pueblo se junta puede lograr lo que quiere”, asegura al recordar las jornadas de protestas en las calles, primero contra la policía y después contra el Ejército y Gendarmería que habían llegado a la ciudad para poner orden.
En una de esas revueltas Juan estuvo presente y junto a otros tiraron piedras contra la policía que impedía el ingreso de la multitud al municipio, ubicado en ese entonces en España, entre Mitre y San Martín (hoy edificio de Servicios Públicos).

Cuando le tiraron la botella con aceite y arena al parabrisas, el conductor no veía y no pudo avanzar. De esa manera paramos a Neptuno”

Juan Méndez, manifestante en el Rocazo y esposo de Miriam.


“Recuerdo que trajeron de Viedma un camión antidisturbios que tiraba agua y gases lacrimógenos para todos lados. Le llamaban “Neptuno”. El frente de ese camión era como el del tren, tremendo era. A un compañero se le ocurrió armar una especie de molotov, que era una botella con aceite y arena. Se la tiró al parabrisas del camión y eso hizo que no pueda funcionar el limpiaparabrisas. De esa manera detuvimos el andar del camión”, cuenta como si fuera una travesura, aunque en esos momentos todo era tensión, violencia y detenidos que no la pasaban nada bien cada vez que eran detenidos y llevados a la Alcaldía.


“A alguno de mis compañeros los hacían pasar por un túnel humano repleto de soldados que les daban piñas y patadas”, asegura Juan.


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