A la caza de corruptos

A los integrantes del Frente Amplio Unen les gustaría ofrecerle al país un programa económico a un tiempo realista y progresista, pero parecen entender que, dadas las circunstancias, sería mejor concentrarse en otros temas, de ahí el compromiso de declarar “imprescriptibles” los delitos de corrupción. Luego de celebrar una reunión en San Nicolás, los cinco dirigentes más conocidos del “espacio” de centroizquierda, Hermes Binner, Julio Cobos, Ernesto Sanz, Elisa Carrió y Fernando “Pino” Solanas, se afirmaron resueltos a hacer de la “recuperación del dinero de la corrupción” una prioridad. En principio, se trata de una idea muy atractiva pero, puesto que en nuestro país la corrupción es endémica desde hace muchos años, identificar a todos los corruptos, para entonces privarlos de los millones mal habidos que han logrado acumular, sería sumamente difícil. Lo sería aun cuando no hubiera motivos para sospechar que el Poder Judicial discriminaría en contra de los integrantes de movimientos políticos determinados y a favor de los vinculados con un eventual gobierno frentista, pero sucede que la propensión de la Justicia a tomar en cuenta el clima imperante es notoria, lo que es lógico ya que muchos jueces, fiscales y otros dependen de la buena voluntad de alguno que otro padrino político. Nadie ignora que en la mira de la gente de Unen se encuentran la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el vicepresidente Amado Boudou, el ministro de Planificación Julio De Vido y docenas de funcionarios y militantes menos destacados. Es lógico, ya que el kirchnerismo acaba de cumplir once años en el poder y, como el menemismo en su momento, sus dirigentes son considerados los más corruptos de la historia nacional, lo que es mucho decir. De emprender un gobierno nuevo una ofensiva judicial contra aquellos kirchneristas que según parece han aprovechado las oportunidades brindadas por el poder para saquear el país, tratarían de hacer pensar que son víctimas de prejuicios políticos inconfesables. Asimismo, por estar en juego los patrimonios y la libertad de muchas personas inescrupulosas, algunas podrían reaccionar con violencia. Por cierto, no hay ninguna garantía de que, en su conjunto, se resignaren tan mansamente como los militares al destino ingrato que el Frente Amplio Unen les tiene reservado. Para hacer aún más ominoso el panorama, los incondicionales de Cristina han conseguido convencerse de que realmente son “revolucionarios” populares y que todos sus adversarios o, como ellos dirían, enemigos están al servicio de “centros de poder” antinacionales. Desafortunadamente, a esta altura parece imposible depurar la clase política de los ladrones que la infestan, y ni hablar de recuperar todo el dinero que han obtenido por medios ilícitos, que distaría de ser tan sencillo como quisieran hacer pensar los precandidatos de la alianza centroizquierdista y sus muchos simpatizantes. A menos que procedieran con cautela, agravarían todavía más el clima de “crispación” que vive el país. Si bien, en términos morales, la voluntad de perseguir a los corruptos es claramente superior al esquema maniqueo elegido por los Kirchner para ensañarse con los empresarios, los economistas “ortodoxos”, los acreedores y otros que culparon por los desastres socioeconómicos sufridos por el país antes de su llegada al poder, no cabe duda de que sería divisiva. Aunque es de esperar que los gobiernos venideros, sean de izquierda, de derecha o, como es probable, una combinación ecléctica de las tendencias así calificadas, tomen muy en serio el tema de la corrupción y que los funcionarios más célebres por su rapacidad se vean constreñidos a rendir cuentas ante la Justicia por lo que presuntamente han hecho, para que un operativo manos limpias local resultara ser algo más que un conflicto político más, tendrían que resistirse a caer en la tentación de concentrarse en los delitos atribuidos a los miembros de una sola agrupación política. Mal que les pese a los dirigentes de la multipartidaria Unen, sería realmente asombroso que en sus propias filas no hubiera al menos algunos que, por comisión u omisión, colaboraron con corruptos. Para que nadie califique de hipócritas a los paladines de la moral cívica, de encontrarlos tendrían que sancionarlos con severidad ejemplar.

Fundado el 1º de mayo de 1912 por Fernando Emilio Rajneri Registro de la Propiedad Intelectual Nº 5.124.965 Director: Julio Rajneri Codirectora: Nélida Rajneri de Gamba Vicedirector: Aleardo F. Laría Rajneri Editor responsable: Ítalo Pisani Es una publicación propiedad de Editorial Río Negro SA – Martes 27 de mayo de 2014


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