Aborto Legal: ¿Un debate inútil?

¿Cuánto afecta al presidente Macri el rechazo del proyecto de legalización del aborto?

Macri fue el impulsor del debate el 1º de marzo, durante su mensaje de apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación. Por su iniciativa, que recogió un fuerte reclamo social -en algunas mediciones se habla de la mitad de la sociedad- hace cinco meses que la Argentina está envuelta en esta discusión. El debate tuvo incluso repercusión internacional y es considerado histórico, en la línea de otras iniciativas en favor de una sociedad más igualitaria.

Por decisión del Senado, el debate sin embargo no ha dado ningún resultado. Deja las cosas tal como estaban el día anterior a la propuesta del presidente. Pero eso no es lo peor. Por lo que se ha visto en las últimas semanas, el debate reveló la influencia (y la presión) que aún ejerce la Iglesia católica sobre las decisiones de muchos legisladores en un estado laico. Además, revitalizó un discurso de los sectores más conservadores de la sociedad que parecía cosa de un siglo atrás o bien cuestiones del ámbito privado. Quien conozca la historia política contemporánea sabrá que la influencia de esos sectores no ha sido menor en la Argentina.

La discusión sobre el aborto legal ha sido clausurada esta madrugada por uno de los extremos del debate. Un puñado de senadores se negó a discutir en comisión modificaciones al proyecto que obtuvo media sanción de Diputados, cambios propuestos por otros senadores que hubieran acercado posiciones y dado algún tipo de viabilidad a esta demanda social. La respuesta de este sector ante el drama del aborto clandestino, cualquiera sea a la clase social que afecte, fue el rechazo liso y llano.

Aquí es donde la cuestión vuelve a Macri. Sin entrar en las motivaciones que lo movieron a disparar el debate sobre el aborto, el presidente pareció haber respondido a un reclamo social emergente. A juzgar por el resultado, en términos políticos la decisión de Macri fue una moneda tirada al aire. El presidente desconocía o decidió ignorar que las figuras más expectantes del oficialismo se manifestarían en contra del aborto legal e incluso de la iniciativa de darlo a debate. Michetti, Vidal, Carrió, Pinedo, por mencionar sólo a las más relevantes, militaron activamente contra su aprobación. El rechazo a cualquier alternativa que contemplara el aborto legal fue cimentado por una mayoría de votos oficialistas.

El presidente se mantuvo a distancia y decidió no participar del debate. Fue una decisión controvertida. Debió asegurarse al menos alguna vía alternativa que contemplara los motivos que lo llevaron a impulsarlo y proponérselo a la sociedad. Pero es evidente que o bien tuvo temor o bien no tuvo convicción.

¿Un debate inútil? Anoche se especulaba con que el gobierno podría impulsar la despenalización del aborto en la reforma del código penal. Confirmaría que para Macri, el peor resultado es volver al 28 de febrero.


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