Abusos sexuales: el talón de Aquiles de la fiscalía en Cipolletti

En menos de un mes, en Cipolletti, hubo dos abusos sexuales en la vía pública y nada se sabe de los agresores. Los casos que surgieron en el ámbito académico, puntualmente los de la Universidad del Comahue, tampoco tuvieron respuestas. Y la violación ocurrida hace años en la biblioteca de la Facultad de Agronomía fue una investigación que sufrió el abandono de la fiscalía, con una víctima desamparada que aún batalla contra el sistema judicial.

Desde la Reforma Procesal Penal, paradigma en que la fiscalía comenzaría a “jugar sin red” como lo describió en una entrevista el propio fiscal jefe Santiago Márquez Gauna, el Ministerio Público no logra hallar la política acertada para los abusos sexuales.

La causa López-Abramovich fue una investigación emblemática cuyas posibilidades de revertir las absoluciones ya son prácticamente nulas. Allí se produjo uno de los primeros quiebres de la fiscalía. Cuando todavía el trámite del expediente se llevaba con el viejo código procesal, el Ministerio Público de Cipolletti decidió, rotundamente, cambiar a la fiscal del caso. La denuncia fue impulsada por Rita Lucia y a mitad de camino empezó a intervenir Eugenia Vallejos, quien recién asumía en el cargo luego de haber sido secretaria de un juzgado de instrucción.

El caso tuvo terminó con una absolución que mereció durísimas críticas a la fiscalía del Tribunal que intervino en el juicio.

Una causa de Catriel, cuya víctima fue abusada en un camino rural en inmediaciones del basural también terminó de manera escandalosa. Al imputado le habían achacado un interminable concurso de delitos (privación ilegitima de la libertad, abuso sexual, amenazas con armas), sin embargo la fiscal Vallejos retiró la acusación y devino el sobreseimiento del acusado con serias recriminaciones de la jueza que lo dictó, quién le endosó a la fiscal no haber “empoderado” a la vulnerable mujer.

Los abusos en el ámbito universitario tampoco registraron avances.

Tras la salida de Vallejos de la fiscalía de abusos (hubo pintadas en el edificio penal de calle Urquiza que le recriminaban a la fiscal “maltratar a las víctimas”), pasó al frente de esa fiscalía Guillermo Merlo.

Actualmente están al frente de la fiscalía de abusos la dupla Merlo y Lucia, quienes no dan información sobre los casos, lo que contribuye a que salgan de la agenda mediática y caigan en el olvido. Si bien se respeta el resguardo de la investigación y la intimidad de las víctimas, el Ministerio Público tiene el deber de rendir cuentas a la sociedad sobre los casos que llegan a su esfera y esa carga no se suple con limitarse a “confirmar una denuncia o el inicio de una investigación”.

Casos que todavía no se resuelven

Agronomía

El caso del abuso en la facultad de agronomía de Cinco Saltos fue abandonado por la fiscalía. El caso ocurrió en 2015, provino del código viejo y se adaptó al nuevo, pero en el medio la fiscalía se fue de la causa y la víctima (querellante) hizo el trámite para convertir la acción pública en privada y batalló, sin herramientas, con todo el sistema judicial. Era empleada de limpieza de la facultad y denunció que un hombre entró borracho a la biblioteca y la forzó dos veces a mantener relaciones sexuales.

Medicina

La denuncia contra un estudiante de la Facultad de Medicina en Cipolletti generó un gran revuelo. Además de las marchas el decanato suspendió al sospechoso de abusar de una compañera. Cuando inició la investigación la fiscal Eugenia Vallejos reconoció que tuvo contacto telefónico con el hombre pero no lo citó para formularle cargos. Pasaron más de 20 meses y no hay novedades del caso.

Vía pública

El último mes hubo un abuso sexual en inmediaciones de un boliche de la Ruta 22 y otro, este fin de semana, cerca de la plaza de la Familia en pleno centro. Se desconoce cuales son las medidas del Ministerio Público Fiscal y si hay sospechosos.

Análisis: Sospechoso hermetismo

La política comunicacional del Ministerio Público Fiscal pone en evidencia una paradoja. El hermetismo se escuda en el resguardo de la identidad de las víctimas, pero a la luz de los hechos parecen estar más cercano esconder los yerros de los fiscales en materia de género. Los casos que escaparon del cerrojo del Ministerio Público hablan por sí solos. Resguardar la identidad de las víctimas no es sólo una recomendación sino una obligación para la oficina de prensa y también para los medios de comunicación. Sin embargo bajo este argumento también se esconde la falta de resolución en los casos vinculados a abusos sexuales. Las causas señaladas son las que se hicieron públicas, pero hay una pila de denuncias que no salen a la luz y muchas de ellas no tienen resolución. Un gran número de expedientes se archivan por propia iniciativa de la fiscalía.