Adiós a un luchador por los derechos indígenas
INGENIERO JACOBACCI (AJ).- Con la muerte de Juan Sargento Prafil, la comunidad mapuche perdió a un gran luchador por los derechos indígenas y un defensor de esa cultura milenaria. Sus restos fueron enterrados ayer en el cementerio de Jacobacci, donde vive gran parte de su numerosa familia.
Desde 1984, Juan Sargento Prafil era «lonco» -jefe en lengua mapuche- de la Comunidad Mapuche de Anecón Grande, ubicada a unos 90 kilómetros al oeste Jacobacci, y uno de los mapuches más ancianos de la Región Sur que estaba al frente de una comunidad.
Don Juan Sargento Prafil murió a los 87 luego de larga enfermedad que limitó sus movimientos y su visión durante los últimos años.
A pesar de su sabiduría, nunca quiso presidir «las rogativas» que celebra la comunidad mapuche anualmente.
Durante la segunda quincena de febrero los mapuches elevan su rogativa a «nguenechen» -Dios- durante cuatro días para pedir por la renovación de un nuevo ciclo vital. Es decir, fertilidad para la «mapu» -tierra-, generosas lluvias, bienestar, prosperidad y «kudaw» -trabajo- para los hombres.
Para sus familiares, don Juan Sargento Prafil, dejó una gran enseñanza y les inculcó no perder la identidad y defender esta cultura milenaria.
Una persona sagrada
Por eso sostienen que se «fue una persona sagrada» que dejó un gran legado al pueblo mapuche.
«Para nosotros fue una persona muy sagrada y honesta. Hemos perdido un ser muy querido que sabía todo lo que era y significaba el Kamarikún que es nuestra rogativa. Pero nos dejó algo muy importante que es su sabiduría y su lucha por nuestros derechos. Nos inculcó que nunca perdamos nuestra identidad y la ceremonia del Kamarikún. Más allá que los bisabuelos o los abuelos no estén, tiene que perdurar en el tiempo», sostuvo visiblemente emocionado su nieto Amadeo Prafil.
Por otro lado, agregó que su abuelo siempre les aconsejaba a todos los integrantes de la comunidad que no dejaran de hablar la lengua, que no tengan verguenza de mostrarse y defender la cultura mapuche porque sino iban a perder la identidad.
«Siempre nos decía que, aunque estemos en cualquier lugar, nunca dejaremos de ser mapuches. Que no tengamos verguenza de perder nuestra identidad. Y eso es lo que hacemos», sentenció el hombre.
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