Afirman que el cerebro juvenil se vuelve insensible a la violencia

Un estudio publicado esta semana en ‘Journal of Social Cognitive and Affective Neuroscience’ sostiene que una sobredosis de escenas brutales consumida vía televisión, videosjuegos o películas lleva a los adolescentes a insensibilizarse ante ellas.

El razonamiento es lógico: a fuerza de ver imágenes de sangre, disparos y puñaladas, los chicos terminan por aceptarlas como un elemento más de la vida cotidiana. Además, este tipo de contenidos caen sobre un terreno abonado, ya que, según exponen los autores del nuevo trabajo, “la adolescencia es una etapa de la vida sensible a los efectos adversos de la violencia en los medios”. De hecho, hay estudios que muestran que las representaciones de agresiones resultan más atractivas para la juventud, que precisamente se identifica más con los personajes antisociales.

Un equipo de neurocientíficos observó -mediante la técnica conocida como resonancia magnética funcional- cómo reaccionaban los cerebros de 22 voluntarios varones de entre 14 y 17 años mientras veían escenas de agresiones. Los adolescentes tuvieron que ver varias veces los mismos fragmentos de películas o juegos violentos. Algo así como una sesión continua de contenidos poco recomendables. El objetivo era observar qué ocurría en las regiones cerebrales que suelen activarse ante los estímulos de esta naturaleza.

La resonancia magnética confirmó que la respuesta de dichas zonas se atenuaba a medida que los jóvenes veían más imágenes. O, dicho de otro modo, se volvían insensibles de tanto verlas. Este efecto fue más intenso en aquellos participantes que habían visto más películas cruentas y habían pasado más horas ante la consola antes del estudio. Y aún se comprobó algo más. Se utilizó otro indicador que constató la pérdida de sensibilidad de los jóvenes.

Unos electrodos colocados en sus dedos midieron la conductividad eléctrica de la piel, que se altera con el sudor y constituye una buena medida del estado emocional. Pues bien, estos sensores también mostraron una progresiva relajación tras la visualización de numerosos vídeos impactantes.

Los resultados de este análisis ponen de manifiesto que, tal y como se dice del ser humano en general, el cerebro tiene la capacidad de acostumbrarse a todo.

Fuente: El Mundo


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