Agu Grego, el cipoleño multifacético
Grego es humorista gráfico, cineasta y músico. Sus trazos infantilizados divierten y mucho.
HUMOR, CINE, MÚSICA
“Yo creí que lo que hacía era cómic porque yo creía que cómic venía de cómico. Fui a una feria del libro con una maquetita que había hecho de mi libro y me volví sabiendo, por lo menos, que lo que yo hacía era humor gráfico y que tenía otro lugar que no era el del cómic”, rememoró entre risas Agustín Gregori, al que todo el mundo conoce como Agu Grego, o simplemente como Grego.
Ese que es autor de Tan Largas Pestagnas, que también es cineasta (ver aparte), que sueña eternamente con ser roquero (ver aparte) y el que también probó suerte con el fútbol.
Él si que hace humor gráfico, y uno muy particular. Es que sus dibujos tienen un trazo que es fácilmente atribuible a un niño, pero no por eso deja de ser gracioso, es más, tal vez es eso lo que los hace aún más cómicos.
“Empecé a dibujar como cualquier chico cuando era chico, y hubo muchos retos en la escuela porque dibujaba en clase y de hecho citaron a mis padres y yo reconozco en ese evento haberme frenado el trazo. Desde ahí hasta que volví a dibujar de grande no dibujé, entonces me faltó toda esa evolución de dibujo en la mano. Eso es algo que deduzco de por qué dibujo de esa manera. Después si bien puedo ir aprendiendo es como que me gusta el trazo ese, infantil, es medio naif, está divertido”, explicó sobre el por qué de su estilo este personaje que nació en Cipolletti y que hoy vive en Junin de los Andes.
– ¿Cómo fue tu vuelta al dibujo?
– Cuando empecé de vuelta a dibujar fue porque hice unos dibujitos en una hoja y le gustaron a mi hermano y me arengó a que los publique. Después yo dibujé más y quería que unos amigos míos que saben dibujar lo hicieran bien y estos chicos me dijeron “no, no, lo gracioso es que esté mal dibujado. No me pidas a mi que lo dibuje, me da mas gracia ver tus dibujos que los míos”. Entonces les hice caso a mis hermanos y a mis amigos.
Así fue como en 2006, aproximadamente, Grego se lanzó a este nuevo hobbie (ver aparte) del humor gráfico y empezó periódicamente a publicar en un blog esos chistes gráficos dibujados con cualquier cosa que cualquier lápiz que ande suelto por ahí.
“Dibujo con lo que sea, lo que hay y raye yo lo uso para dibujar”, confió Grego al tiempo que agregó: “cuanto mas desprolijo mejor. Creo que soy una apología a la desprolijidad, me da la sensación de que libera, me gusta”.
Sus chistes son simples, absurdos, detallados, de la vida cotidiana. Es que tal como él mismo lo define es un “humor punk rock” porque es “desprolijo, despreocupado, no tiene prejuicios sobre nada, es dibujar y divertirse, pasarla bien”.
Y él, el hombre de las Tan Largas Pestagnas la pasa muy bien.
María Pía Mendiberri
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Conocé el trabajo de Humus
Trabajando con el cine
Agu Grego además de dibujar chistes que se le ocurren, que le cuentan, tiene bajo sus brazos el título de cineasta y es, justamente, de eso de lo que trabaja.
Es que Grego es parte de “Humus” una cooperativa audiovisual que trabaja, sobre todo, con la ficción.
“Estamos hace 10 años más o menos, somos un grupo de tres amigos que hacemos cine. La idea es hacer producciones que nos gusten a nosotros y que le pueda gustar al público en general”, comenzó contando el cineasta.
Y agregó: “hacemos cosas alegres, populares, creo que tenemos algo simpático, trabajamos con el humor, es un mezcla entre costumbrismo y absurdo, esa es la idea”.
Una de sus producciones más exitosas es la película documental “Básicamente un pozo” con la que se alzaron con el premio Bafici al cine infantil.
También desde la productora realizaron producciones para Paka paka y actualmente se encuentran produciendo una película que se llamará “La margarita eléctrica”. “La idea es filmarla este año y tenes un año para hacerla porque es parte de un premio que ganamos a películas digitales”.
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Escuchá “Mis vecinos”, un tema de Los Pararrayos Láser
“Mi sueño siempre fue ser rockero”
“Mi sueño siempre fue ser un roquero”, confesó Agu Grego. Y, en parte, lo está cumpliendo.
Es que tanto en sus años de vida en Buenos Aires como en los que lleva en Junin de los Andes, Grego formó dos bandas: Leuda y Los Pararrayos Láser.
“Con Leuda hicimos una experiencia de que los tres no sabíamos tocar y fuimos aprendiendo a medida que hicimos las canciones. Más o menos salió eso, algo de rock”, contó el cineasta con aspiraciones de músico.
Y siguió: “ahora cuando me mudé a Junin armé otra banda porque la de Buenos Aires nos quedaba a todos muy lejos. La nueva banda que armamos acá en Junin, es un dúo de rock y se llama Los Pararrayos Láser. Esta va más en joda me parece”.
Él la define con una banda de “rock pedorro, pero para toda la familia”. Y explicó que “es divertida, tenemos algún tema que acá en Junin gustó mucho, porque solemos ir a tocar en vivo y la gente lo canta”.
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Escuchá “De la mano”, un tema de Leuda
Las pestagnas en libro
En cinco años, lo que sólo era un blog para dejar plasmados esos chistes que tanto divertían a su entorno, se transformó en un libro, que en 2014 sacó su segunda edición de mil ejemplares -la primera fue de 500-.
“Fue divertido porque al principio era un blog que no se lo pase a ninguno de mis contactos, quería ver si la gente lo encontraba por internet. Después eso creció un poco solo, motivado por la gente que lo encontraba, le gustaba y lo compartía”, señaló Agu Grego.
Pero eso no fue todo, después y sin que él los buscara apareció un grupo de estudiantes con intenciones de transformar esos chistes en un libro. Y, así fue. Hoy Tan Largas Pestagnas es un libro de tapa dura del estilo “libro objeto” que se puede conseguir www.galeria-editorial.com.ar o en la librería de Roca 849 de Cipolletti. También se vende en Buenos Aires y La Plata.
Un hobbie que podría ser un trabajo
Él hace humor gráfico, y muy bueno, pero no vive de eso, aunque le gustaría.
“La verdad que me gustaría mucho trabajar de esto, yo he escrito muchas cartas a diarios regionales para poder ser parte de una tira gráfica dentro del diario, pero no he conseguido respuestas positivas, entonces no lo he logrado convertir en un trabajo”, contó Agu Grego.
Lo cierto es que el único rédito económico que le dieron sus chistes gráficos fue por las ventas de los libros. Aunque, tal como explicó Grego, “en realidad los dueños del libro son los chicos de la editorial y yo cobro por ejemplar vendido, pero no es que vivís de esto, ni mucho menos. Incluso les dije que me paguen con libros así yo tengo para regalar o vender y a ellos también les conviene”.
“No vivo de esto. Es difícil, bah, no se si es difícil, por ahí yo no le dedique el 100% a vivir de esto. Podría che”, cerró el creador de Tan Largas Pestagnas.
El futbolista que es buen humorista
“Yo nací en Cipolletti en el ‘83. Ahí lo único que hice fue jugar al fútbol, jugué en la inferiores del club y me llamaban ‘El Loco Grego’ y siempre fui muy suplente”, comenzó contando autobiográficamente Agu Grego.
“Soy arquero de profesión”, así le gusta definirse. Lo cierto es que como futbolista es muy buen cineasta y humorista. No le iba muy bien dentro de la cancha. Es que, según el mismo cuenta, “hacía algunas travesuras como el ‘murciélago’ que me colgaba con los pies del travesaño del arco, o me acercaba al árbitro y le decía que la pelota estaba pinchada y le hacía ruido y el tipo cambiaba la pelota”. “No jugaba al fútbol, jugaba a otra cosa”, sintetizó.
Pero su paso por el fútbol no quedó ahí. Es que al terminar el secundario y gracias a un dinero que ganó en el concurso “Gran DT”, partió a España a visitar un abuelo y se quedó un año. Allá intentó de nuevo con la redonda. “También fracasé con el fútbol en España, pero se puede decir que jugué en Europa”, se enorgulleció entre risas.
A esa altura el padre sabía que el no se ganaría la vida como deportista. Es por eso que antes de su llegada a Argentina lo inscribió en la carrera de cine en Buenos Aires. Renegando por tener que estudiar, Grego partió a la ciudad de la furia que lo retuvo hasta hace dos años y medio atrás.
“Después con el tiempo de trabajar allá la idea era irse un rato porque ya me había cansado Buenos Aires y con mi novia nos vinimos a Junín de los Andes que es un lugar al que habitualmente veníamos de vacaciones y nos quedamos acá y hace 10 meses nació Renata”, señaló Grego para ponerle un punto final a su pequeña pero descriptiva autobiografía.
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