“Ahora los genocidas se toman un café antes de ir a las audiencias”
“Todos los juicios son distintos. Ahora juegan de local y con un gobierno afín que los ampara, llegan a la audiencia de la mano de sus esposas, después de haber tomado un café en la esquina; ya no bajan esposados de un celular (penitenciario)”, ejemplificó el fotógrafo bahiense, Luis Salomón.
Los juicios se desarrollan en Colón 80 de Bahía Blanca, en una sede de la Universidad del Sur. El tribunal está integrado por tres jueces de afuera, porque no encontraron en la ciudad a jueces federales que pudieran llevar a cabo los procesos, debido a sus lazos afectivos con los militares.
En el edificio de la biblioteca central de la UNCo, las fotos de Salomón traen las imágenes de las audiencias, de las sentencias y los actos en la zona donde funcionó el centro clandestino.
“Registré desde el primer juicio todo: las audiencias, los testigos, las sentencias, hasta hoy que está transitando el cuarto juicio; mi profesión ha estado al servicio de registrar lo que más pueda”, dijo el fotógrafo durante la apertura de la megamuestra.
En este IV juicio lo que más le impactó fue que los imputados “llegan a las audiencias caminando como si fueran uno más; y no es así, porque algunos tienen más de una condena” por los crímenes cometidos.
“Antes llegaban esposados en los celulares y hoy hasta trae su tropa para provocar, cuando uno lo único que quiere es que sean condenados y vayan a la cárcel común”.
Luis Salomón expone sobre los juicios de Bahía Blanca.
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