Alan Benavídez: una historia de vida y música, de Cutral Co al Teatro Colón

A los 12 años comenzó a tocar el contrabajo, luego de una visita casual del Maestro Marcelo Chevallier, director de la Orquesta Infanto Juvenil de Cuerdas. Hoy, con 25, acaba de comenzar sus estudios en el Instituto Superior de Arte, dependiente del teatro porteño.

Cuando Alan Benavídez ingresó a la Orquesta Infanto Juvenil de Cuerdas de Cutral Co, a sus 12 años, no podía siquiera soñar aún con seguir la carrera musical.  Trece años después, está listo para ingresar al Instituto Superior de Arte (ISA), del Teatro Colón, para seguir con la carrera de Academia Orquestal.  

¿Qué es la vida? No lo sabemos. Sólo sabemos que está hecha de cosas como esta: un día cualquiera en la vida de un niño, alguien golpea las manos frente a su casa y esa vida, la del niño, cambiará para siempre. 

Alan era ese niño de 12 años que vivía junto a su familia en una casa del barrio Peñi Trapún, un lugar donde la desigualdad social se refleja a diario. Pero un día, ese día cualquier en la vida de Alan, el maestro Marcelo Chevalier, director de la “Orquesta de los Chicos”, tal como se la conoce, golpea las manos para comentarle a sus padres que si había niños o niñas que quisieran sumarse de manera gratuita al proyecto, lo podían hacer.   

Así fue que sus padres lo anotaron porque creyeron que era una buena posibilidad para que su hijo aprendiese a tocar la guitarra o el acordeón. Sin embargo, ninguno de los dos instrumentos estaba en la lista, donde sí había varios instrumentos de cuerdas: violín, viola, cello y contrabajo. Tal vez fue el tamaño del instrumento lo que lo cautivó y por el que lo eligió aquella vez. “Nunca se imaginaron que iba a terminar con esto”, dice hoy Alan, mientras señala el contrabajo. Y hoy, a sus 25 años, está listo para comenzar la carrera de Academia Orquestal en el ISA, el instituto perteneciente al Teatro Colón.   

En 2007, cuando ingresó a la orquesta de su ciudad sin tener ningún conocimiento musical como todas las niñas y niños, comenzó el proceso de aprendizaje. “Pude tener distintas clases de teoría musical, lenguaje, audio perceptiva, clases de instrumentos, música de cámara y hace un trabajo increíble”, recuerda.   


La carrera de Academia Orquestal se desarrolla en dos años e incluye clases de instrumento, música de cámara, repertorio orquestal, lenguaje y morfología del repertorio sinfónico y de cámara, historia y estética de la música y práctica orquestal. El cuerpo docente está integrado por solistas de la Orquesta Estable del Teatro Colón, de la Filarmónica de Buenos Aires e invitados de trayectoria internacional. Los estudiantes de esta carrera conforman, a su vez, la Orquesta Académica del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. 


En 2014 cuando egresó de la escuela secundaria, también terminó su trayectoria en la “Orquesta de los Chicos”. A partir de ahí, comenzó a buscar las alternativas para continuar los estudios musicales hasta que decidió inscribirse en la Universidad Nacional de las Artes para comenzar la licenciatura en Instrumentista con orientación en Contrabajo.   

“Todo lo que aprendí en la Orquesta, me sirvió para poder afrontar lo que es el mundo de la música académica. Todas esas materias que no sabía de qué trataban en un contexto me sirvieron muchísimo”, comenta Alan, quien no se olvida del maestro Chevalier, del que destacó la tarea de enseñanza del maestro que le brindó durante todos esos años previos a su llegada a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.   

Alan Benavídez comenzó a los 12 años a tocar el contrabajo, instrumento que eligió porque le llamó la atención su tamaño.

En este sentido, insiste en la relevancia del funcionamiento de la Orquesta Infanto Juvenil de Cuerdas: “Es importantísimo a nivel cultural y social para Cutral Co y Plaza Huincul porque brinda la posibilidad de formarse en la música de manera gratuita, es algo espectacular”.   

Todo lo que aprendí en la Orquesta, me sirvió para poder afrontar lo que es el mundo de la música académica. Todas esas materias que no sabía de qué trataban en un contexto me sirvieron muchísimo”.

Alan Benavídez.

En lo personal, el joven cutralquense tiene planes para su futuro: “Me gustaría llegar a ser un músico profesional con todo el significado de esta palabra”. A la par que empezó su escuela secundaria –iba a la técnica- pero se cambió al CPEM Nº. 20 porque se dio cuenta que quería seguir estudiando música.   

Desde 2014, Alan es becario de la “Orquesta de los chicos”, es decir que cuenta con un aporte mensual para la compra de cuerdas o material que requiera para avanzar en sus estudios superiores. A la vez, la comuna de Cutral Co, a través del intendente José Rioseco le otorgó una beca que colaborará con los gastos que implique su formación y estancia en Buenos Aires.   

Para este año, Alan tiene por delante la formación con los profesores de contrabajo Javier Dragún y Elián Ortiz Cárdena. La semana pasada comenzó con las clases teóricas. Entre sus proyectos, menciona Alan que es su interés “volver para enseñar a los nuevos integrantes de la Orquesta cuando ya sea músico profesional”.   

La pandemia impidió los habituales regresos y encuentros con su querida orquesta local, sin embargo, desde Buenos Aires, se mantiene en contacto a través de la virtualidad.  


Orquesta Infanto Juvenil: un proyecto de oportunidades

El proyecto para la creación de la Orquesta Infanto Juvenil surgió en 2003, a partir de un convenio entre el municipio de Cutral Co y la Universidad Nacional del Comahue. Su objetivo esencial fue “la promoción social y cultural de la población infantil y juvenil de la región mediante la práctica musical de conjunto”. Se enseña laviolín, viola, cellos y contrabajos bajo la dirección orquestal del Maestro Marcelo Chevallier.

En 2006, fue creada la Asociación Amigos de la Orquesta, la cual desde entonces se hace responsable de la gestión y producción general de la formación. Al apoyo de las familias de sus integrantes, se le sumó en estos 18 años la adhesión del ente ENIM, la UNC y la UTN, facultad Regional de Neuquén.    

Alan, junto al Maestro Marcelo Chevallier, la persona que le abrió las puertas de la música.

Si bien las niñas y niños residentes en Cutral Co y Plaza Huincul pueden ingresar sin conocimientos musicales previos, tienen como requisito excluyente el que concurran a la escuela y presenten un muy buen rendimiento escolar. Cuando ya se observa que las y los integrantes avanzan en la enseñanza, se les da en comodato un instrumento musical para ensayo y práctica domiciliarias. Toda la formación es gratuita. Cada año, en diciembre, la orquesta ofrece el concierto “El regalo de los Chicos”.   

Este año, a raíz de la pandemia, las clases fueron virtuales, y a pesar de las dificultades de la conectividad, se logró llevar adelante un concierto virtual, que quedó en la plataforma YouTube. 


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