Alto Valle empezó mal en el Argentino de rugby

¡Qué golpe recibió ayer el rugby valletano! Nadie lo podía creer. Las miradas se cruzaban y nadie tenía una respuesta. Es que el seleccionado del Alto Valle empezó con el pie cambiado en el Argentino de mayores, zona Ascenso. Perdió, y muy bien, con su par de Chubut por 19 a 9 y comprometió seriamente su futuro en el certamen.

En los otros encuentros del grupo, Sur venció a Noreste por 13 a 9 y Entre Ríos perdió como local frente a Salta por 26 a 5.

Explicar lo sucedido ayer en cancha de Marabunta es simple. El equipo que orienta Juan Carlos López jugó mal. Tan mal que en ningún momento del partido pudo ser protagonista y eso lo aprovechó muy su rival. Que sin llegar a desplegar un juego superior, sí fue lo suficientemente inteligente para quebrarlo por los sectores más flojos y edificar un triunfo que no admite objeciones.

Al comienzo Alto Valle intentó ser el patrón del partido. Buscó hacer sentir la potencia de sus forwards, pero se encontró con un pack visitante tan potente y áspero como el local. Esto marcó la tendencia del partido y como los verdes zonales no tuvieron argumentos para salir de ese esquema todo se hizo aburrido, chato e impreciso.

Todos esperaban la reacción del local. Había jugadores con capacidad para revertir la situación. Pero no fue así, porque el equipo careció de un conductor. Ni el medio scrum -Mariano Segons- ni el apertura -Eduardo Manson-, tuvieron la capacidad de advertir que el juego desarrollado no era el adecuado. Se abusó de la patada sin sentido, del choque en primera o segunda fase con jugadores en solitario. No hubo coordinación en el juego desplegado con los tres cuartos, que corrieron sin profundidad y velocidad adecuada.

Esto facilitó el trabajo de los chubutenses, quienes sí tuvieron argumentos para imponer su juego. En esto tuvieron mucho que ver su medio scrum, Ignacio Fernández y su medio apertura, Kreps, quienes inteligentemente movieron al equipo para sacarse la presión del local y atacar cada vez que pudieron.

Por eso el primer tiempo terminó 6 a 3 en favor de local y lo exiguo de los puntos marcó de lo pobre del espectáculo.

En el segundo tiempo todo fue peor para el local. A su desorden colectivo le sumó la desorientación y entonces buscó con arrestos individuales encontrar el camino y eso fue el peor error porque Chubut lo pudo controlar más fácil y lo contraatacó con más facilidad. En una de esas jugadas rápidas vino el try lapidario. Lupino la tomó dentro de las 22, hizo un par de amagues y llegó al try.

Alto Valle quiso reaccionar, pero no tenía presencia ni actitud colectiva para hacerlo. Ni los cambios -algunos incomprensibles- lo salvaron. Ni los arrestos del final. Nada. Se jugó mal y lo pagó caro. Por eso Chubut lo festejó como nunca. Se lo tenía merecido.