América del Sur, contra el ataque
Argentina, que ejerce la presidencia pro témpore del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, rechazó un eventual ataque militar de los países occidentales en Siria, mientras que Brasil exigió para ello el aval de la ONU. “No están dadas las condiciones para una solución militar extranjera, ya que, a pesar del tiempo y de cientos de miles de víctimas, no se han puesto en práctica los mecanismos previstos en el derecho internacional”, indicó el ministerio de Relaciones Exteriores que una acción militar “no haría otra cosa que agravar la situación”. Argentina propuso la “posibilidad de una intervención humanitaria sin fines ni medios militares y con mandato” de Naciones Unidas. Aunque el gobierno de la presidenta Cristina Fernández considera “inexcusable” el uso de armas químicas, observó que “no se puede seguir proveyendo de armas a las zonas en conflicto y luego lamentarse que hay muertos”. El gobierno de Juan Manuel Santos urgió al Consejo de Seguridad a llegar “a un acuerdo por el bien de tantas vidas humanas que se están perdiendo en Siria”, declaró la canciller María Ángela Holguín desde Paramaribo, donde acudió para una cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas que comenzará hoy. El nuevo canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, manifestó que su país tampoco respalda una intervención militar en Siria que no cuente con el aval de la ONU, a pesar de que consideró “intolerable” el uso de armas químicas en ese país. Brasil ya se había opuesto a la intervención militar de 2003 en Irak liderada por Estados Unidos y Gran Bretaña, sin el mandato de la ONU. El secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza también se declaró “ contrario a las intervenciones militares”. El venezolano Nicolás Maduro, también contrario a una intervención militar de países occidentales en Siria dijo que el “plan internacional” busca eliminarlo “en simultáneo al ataque contra Siria”, y el presidente de Ecuador ratificó “la vocación pacifista” de su país y “el rechazo de cualquier injerencia, más aún militar, en el problema sirio”. El gobierno boliviano de Evo Morales también rechazó una intervención militar, al igual que “el uso de agentes químicos”, mientras que Cuba advirtió que “una agresión contra Siria provocaría gravísimas consecuencias para la ya convulsa región del Medio Oriente”.
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