Andrea Garrote, la dignidad del ser y su hacer

La prestigiosa actriz y directora teatral Andrea Garrote se suma hoy con su premiado unipersonal “Pundonor” al Festival de San Martín de los Andes. En la ciudad lacustre habló con RÍO NEGRO sobre la obra y su manera de ver y vivir el teatro

El 19 Festival Estival de San Martín de los Andes continúa con sus atractivas propuestas. Entre ellas desde Buenos Aires llegará al Centro Cultural Cotesma, hoy a las 22:30 “Pundonor”, una obra escrita, protagonizada y dirigida por Andrea Garrote. La dirección es compartida con Rafael Spregelburd. La asistencia de dirección es de Juan Seré.

La dupla Garrote-Spregelburd, celebra 25 años de trabajo conjunto intercambiando roles en más de veinte obras estrenadas. “La Modestia”, “La estupidez”, “La Paranoia”, “Buenos Aires”, “Todo”, “La terquedad”, “Tres finales” son solo algunas de las piezas escritas y dirigidas por Spregelburd en las que Andrea Garrote se destaca como actriz. Sus trabajos han sido aplaudidos en los festivales más importantes del mundo.

Lo bueno de tener el control es que hay que perderlo para que aparezca lo impredecible, la novedad”

Andrea Garrote

“Pundonor” la tiene como autora y en la piel de Claudia Pérez Espinosa, una profesora universitaria, doctora en Sociología, que vuelve al aula después de tomarse unos meses de licencia. Pero la clase que debe dar, una introducción a la obra de Michel Foucault, se interrumpe constantemente debido a su frágil situación. Necesita dar explicaciones sobre su comportamiento, aparentemente necesita redimirse.

Ya instalada en San Martín de los Andes, Andrea conversó con RÍO NEGRO, sobre esta obra ganadora de premios en la escena nacional e internacional.

Sobre su interpretación en “Pundonor”, precedida de excelentes críticas, y respecto a la dirección que comparte con Rafael Spregelburd, la actriz dijo que desde el punto de vista teatral fue bueno llevar el control del texto y de la actuación, ya que fue una obra escrita por ella y para ella. Pero que la mirada externa terminó de completar el trabajo: “Lo bueno de tener el control es que hay que perderlo para que aparezca lo impredecible, la novedad”.

Garrote y Spregelburd, 25 años de trabajo conjunto.

En este caso, la mirada del codirector fue acertada. “No había pensado en Rafael -dice- porque no acostumbra a dirigir textos que no sean suyos, pero sí, siempre nos intercambiamos las obras. Nos leemos y conversamos sobre lo que escribimos. Le gustó mucho ‘Pundonor’, y fue su voluntad estar en el proyecto. Llevamos 25 años trabajando juntos por lo que esta complicidad jugó a nuestro favor. Una vez más nos divertimos trabajando y propiciamos un lugar de confianza y de seguridad. Fue un proceso feliz y claro”.

Según el diccionario pundonor es el “sentimiento de orgullo o amor propio que anima a mantener una actitud y apariencia dignas y respetables, nunca inferiores a las de los demás. Autoestima, dignidad”.

Creo que todos compartimos la idea de reflexionar por fuera de la agenda de reflexión que nos marca la sociedad disciplinaria, en la cual la novedad son las redes sociales»

Andrea Garrote

P- ¿Este “punto de honor” surgió a partir de una necesidad de visibilizar el, cada vez mas imperante, sálvese quien pueda a costa de lo que sea, de la permanencia y resistencia dentro de un sistema dominante?

R- No decidí hablar del honor y de la dignidad, desde un principio. La obra estaba escrita. Mis preocupaciones eran mas bien formales: cómo hacer un monólogo en el que hubiera acción dramática, es decir que pasara algo en ese momento, alguien que no relatara sino que tuviera un presente escénico. Elegí, entonces, la clase para contar la historia de esta profesora. Luego pensé que en un teórico, una situación dada para que pase algo, era mas humillante. Y apareció como una especie de colmo, que esta profesora hablara de Foucault y de la sociedad disciplinaria. Al terminar la obra comprobé que la puesta no había cambiado pero sí su eje. Habían muchas aristas temáticas que podían darme el título. Sabía que vendría solo. Vino de un un texto antiguo, ‘Pundonor’ aparecía en las novelas de caballería, en las críticas taurinas. Es una palabra en desuso y el personaje, como yo, tiene cierta debilidad por las palabras perdidas y sus significados.

P- El ambiente académico es donde transcurre esta historia ¿crees que es el lugar para hablar sobre la dominación, el avance de los artilugios vacíos y de las “posiciones” que ofrece como modelo el orden social?

R- Paradójicamente es una obra a la que asisten muchos estudiantes y profesores universitarios que se sienten muy identificados con esta profesora. Se ríen de esa puesta en escena de ellos mismos. Pero también viene un público que disfruta mucho la obra sin encontrar identificación alguna con el espacio académico. Creo que todos compartimos la idea de reflexionar por fuera de la agenda de reflexión que nos marca la sociedad disciplinaria, en la cual la novedad son las redes sociales. Siempre pensé qué bien ha escrito Foucault sobre ellas. Él desgranaba a las instituciones y sus normativas y cómo creaban “normalidad”. Y las redes sociales son una máquina de crear muy rápidamente una normalidad bastante criticable, por lo menos desde mi punto de vista. Producen un cansancio, esto de ponerse uno como producto, donar su información, contando todo el tiempo qué hacés, creando una figura de lo que soy. Para mí todo esto desgasta, le quita vida al presente. Nos perdemos el momento de estar junto a otros por querer filmarlo. Es como una lucha absurda que niega lo circunstancial de la vida que, a veces, es lo mas emocionante, esa conciencia de lo efímero.

P- ¿Es el teatro, donde seguís encontrando tu modo de permanencia y de resistencia ante la inminente sociedad disciplinaria?

R- Totalmente. Es en el teatro donde encuentro un modo de pensar el mundo. La experiencia teatral, escribir, producir, dirigir, actuar, en obras mías y de otros, me formó. El teatro me brinda una comunidad de personas con las cuales compartimos ese juego y donde tenemos una visión del mundo. Cuando uno pone en jaque a la realidad y se transforma en otros, se produce una desadjetivación de uno mismo, nos volvemos más piadosos. Comprendemos que las personas no son una o tal cosa, sino que son las situaciones que viven las que hacen a las personas. Y esto lo devela mucho el teatro por eso lo elijo, como lo hago también con la docencia. Son mis lugares, claros e importantes, de resistencia.

Oscar Sarhan

Autora y directora

Andrea Garrote escribió “La ropa”, obra que fue representada por más de una docena de compañías en Argentina, Colombia, Uruguay y España. También son de ella “La Dama o el Tigre, en los días humillantes”, “Siempre tenemos retorno”, “Niños del Limbo” y “El combate de los pozos”. Es autora de la serie “Mi señora es una espía”. Dirigió “Los borrachos” de Antonio Álamo y “Nadar perrito” de Reto Finger, entre otras.


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