Anti-aging, ¿la nueva medicina?
Es la suma de tratamientos para retrasar la vejez.
Con bases absolutamente científicas, hoy está aplicándose una serie de test clínicos y biológicos formando un sistema integral preventivo y curativo que en su conjunto se denominan medicina anti-aging.
La finalidad es el desarrollo de programas y tratamientos óptimos y eficaces que logren sumar años sin restar calidad de vida retrasando el envejecimiento prematuro.
Esta es una nueva rama de la medicina que podría ser de suma utilidad a una sociedad cuya expectativa de vida se ha extendido.
La posibilidad de retrasar el proceso de envejecimiento, no solo beneficiaría a los pacientes en forma individual, sino a la sociedad en general por los beneficios económicos que derivan de disminuir el costo social-asistencial en una población envejecida.
¿A quién beneficia?
El beneficio es para las personas interesadas por su salud física, mental y sexual, su bienestar interno, su calidad de vida, a toda persona que desee prolongar su vida activa.
El paciente que vaya a realizar un programa anti-aging o de revitalización tiene que tener siempre una amplia disposición, un papel activo y capacidad para modificar costumbres, hábitos, alimentación y ejercicio.
El envejecimiento biológico esta relacionado con procesos de oxidación a nivel molecular, produciéndose radicales libres altamente reactivos que atacan a las células del organismo a nivel del DNA.
En Europa ya existen clínicas que se dedican a la medicina anti-aging. Las pruebas que se realizan son muy completas.
Análisis de sangre, orina, hormonales, marcadores proteicos y por último lo más destacado y sensible que es el análisis de 64 polimorfismos (estudios de DNA) a través de sangre o saliva determinando una serie de indicadores que permiten predecir el riesgo de padecer ciertas enfermedades como por ejemplo hipertensión arterial, enfermedad de Alzheimer, cáncer de colon, osteoporosis, enfermedades cardiovasculares ya sea por herencia genética o por la calidad y estilo de vida.
El análisis genético es una herramienta de gran utilidad para alcanzar con éxito, el principal objetivo de la medicina preventiva: posibilitar la predicción anticipándose a la aparición de la enfermedad.
De esta forma, los test genéticos nos aportan toda la información necesaria para implementar medidas de prevención y de diagnóstico precoz de ciertas enfermedades, con la finalidad de evitar el desarrollo de las mismas o retrasar su inicio y mejorar el pronóstico, en caso de que ésta acabe apareciendo.
No podemos modificar nuestros genes, pero sí que podemos modificar los efectos de éstos sobre nuestra salud, modificando nuestros factores de estilo de vida, sabiendo qué alimentación nos conviene o qué tratamientos farmacológicos serán efectivos en cada caso. Con la prevención logramos que la predicción no se convierta en certeza, y que nuestra calidad de vida se óptima y duradera.
Si abordamos genéticamente la medicina «antienvejecimiento», para una mejor comprensión del tema podemos considerar un pool de genes con efectos negativos (influyen deteriorando la calidad de vida) que a su vez interactúan con genes con efectos positivos (promueven la longevidad). Dentro de los primeros, aquellos que predisponen a una vida más corta y a padecer alguna patología, podemos mencionar aquellos que confieren riesgo de desarrollar una enfermedad vascular a nivel cardíaco, cerebral o periférico. Ellos son APOE, APOB, ACE.MTHFR, mutación del Factor II y V.
Los genes APOE y APOB intervienen en el metabolismo de los lípidos (apolipoproteinas) produciendo al estar alterados daño endotelial y vascular. La aliteración genética de los Factores II y V predisponen a procesos trombóticos junto con la mutación de la MTHFR (metilentetrahidrofolatoreductasa).
La enzima convertidora de angiotensina (ACE) nos indica el riesgo a padecer hipertensión arterial.
El genotipo Apoe É4 está asociado con el inicio tardío de la enfermedad de Alzheimer (deterioro neurocognitivo), el gen COLIA-1 está asociado con un aumento de riesgo de fractura en mujeres menopáusicas, gen que al estar alterado nos indica riesgo de desarrollo de la osteoporosis (desbalance en la mineralización del hueso).
Ahora consideraremos los genes protectores, como es el genotipo APOE É2 (retrasa el envejecimiento cerebral) en la enfermedad de Alzheimer y algunas variantes HLA (aumenta la resistencia a infecciones) que han sido descriptas con una alta frecuencia en ancianos.
BETTINA COLOS (*)
drabcolos@biogenet.org
(*) Genética molecular
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