Argentina estropeada

Roca

Estás maltratada, atravesada, traspasada, Argentina. Al mundo le falta un tornillo y a ti dos.
Y tus dirigentes se deshacen en promesas mientras conservan sus privilegios.


El discurso de hoy, para un dirigente, debería ser así: “Querido, desorientado, defraudado y maltratado pueblo argentino: no quiero prometerles más nada. Como integrante de la clase política argentina debo reconocer que muchas veces hemos incumplido nuestras promesas, y que en esta ocasión las dificultades son muy grandes. El desafío es feroz. Nuestra credibilidad, marginal.


No les haré promesas, hablaré, por áreas, de objetivos justos, necesarios y conjuntos que exigen el compromiso y la entrega de todos y cada uno.”
Por otro lado, en el presente, tal vez los problemas estén distribuidos e instalados en los dirigentes y, asimismo, en el país y su pueblo; o sea, en el conductor, los pasajeros y el mismo vehículo.


Es preferible desenmascarar nuestras falencias y deficiencias y encararlas personal y colectivamente; desarrollar nuevas competencias individuales y plurales para empezar a brillar. Somos todos dijes del mismo collar, de los mismos aros y de la misma pulsera.


Cuando salgamos de la cuarentena del coronavirus, deberemos entrar en cuarentena, sucesiva y estratégicamente, por varios otros temas materiales e inmateriales, visibles e invisibles, individuales y sociales.
¡Honremos, entonces, la misma bandera respetando la Constitución!

Alberto Félix Suertegaray
DNI 14169481


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