Las arquitectas que arman equipo con los albañiles y construyen casas como estas en Neuquén

Bárbara y Celeste son amigas desde el secundario Pablo VI en Alta Barda, estudiaron juntas Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires (UBA), se recibieron en el 2013 y diez años después decidieron unirse y crear el estudio Schubert.Tellería en el centro de la ciudad de Neuquén. En las entregas interminables para la facultad habían aprendido que siempre es bueno trabajar en equipo, que con respeto y buena onda todo es mejor y más tarde llevarían esa convicción a la profesión, ya con albañiles como parte del team que incluye a los clientes. ¿Cómo captan lo que sueñan quienes habitarán lo que diseñarán? ¿Cómo lo plasman luego en la obra? Las invitamos a responder esas preguntas con tres ejemplos. Aquí están.

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1: Proyecto Prima Terra en Centenario

“Cuando los clientes nos mostraron los planos para que ejecutáramos esta obra en Centenario, notamos que le faltaba mucha definición al proyecto que ya tenían armado”, explican. En una primera etapa, tras varias reuniones, entre mate y mate quedó claro que les encantaba reunirse con amigos a cocinar y agasajarlos. “Por eso hicimos hincapié en el diseño de los sectores comunes. Definimos interiores, fachadas, forma y función de plantas y sobre todo la conexión con el espacio exterior donde se encuentra la piscina y la galería que serían el alma de esta obra”, dicen.

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La casa se desarrolla en dos plantas que suman 320 m2, construida en sistema tradicional con losa armada de hormigón visto. En la planta baja se encuentra el espacio común de cocina-comedor y estar integrados, lavadero separado, un dormitorio y un baño compartimentado.

En relación al espacio común se encuentra la galería con parrilla y hornos, armada sin columnas para que no interrumpan la fluidez del espacio y la conexión con el jardín y la piscina. En el frente se armó un gran espacio de cochera para tres vehículos con un acceso peatonal. En planta alta se encuentran tres habitaciones, una en suite con vestidor y baño todas con vistas al jardín”, continúan.

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2: Proyecto Palpalá, reforma de una casa de los ’80 en Neuquén

Los clientes las llamaron cuando compraron la casa ubicada en el barrio Jardines del Rey en Neuquén. Aprovecharon que estaban cerca, fueron a verla. Las esperaban con unas tostadas y dulce casero y les contaron que les gustaba mucho el barrio donde estaba su nueva vivienda pero que querían remodelarla para convertirla en la casa de sus sueños.

“La primera impresión fue el hermoso jardín con frutales, enredaderas y un gran árbol de magnolia que nos conquistó”, recuerdan. “La casa pertenecía a un plan de viviendas diseñado en 1980 con un planteo propio de la forma de vivir de esos años pero que a nuestros clientes no los representaba”, dicen las arquitectas.

“Nos pusimos a trabajar en la propuesta de reforma para esta casa escuchando sobre todo su planteo en la vida cotidiana. Entre otras cosas, se planteaba el uso de un espacio de oficina para trabajar home office y un espacio de playroom para sus pequeños hijos”, describen.

“La propuesta quedo definida en una ampliación con un hall de entrada y toilette, anexo a la sala de estar separada del comedor y la cocina. Luego aparece el sector de oficina separado por un ventanal de vidrio repartido que desemboca en la sala de juegos de los niños, que está en relación a sus dormitorios. Caminando por la circulación con vista al cerezo llegamos a la suite principal donde antes era un quincho separado de la casa”, continúan.

En planta alta se delineó también una futura ampliación con un espacio de uso común. Además, se trabajaron los espacios de galería para disfrutar del jardín.

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3: Proyecto Tigre, reforma de una casa de estilo colonial en Tigre

“Uno de los primeros encargos que recibimos fue cuando aun vivíamos en Buenos Aires, de una pareja que tenía una casa estilo colonial en la zona de Tigre. Se trataba de una vivienda con mucha historia y carácter, aberturas de madera, techos de teja y una estructura sólida que resiste el paso del tiempo”, describen. Los clientes querían ampliarla: la familia había crecido y necesitaban contar con ambientes adicionales, en especial dormitorios.

“Querían que la casa se viera actual, moderna y con un aire renovado pero que tuviera algún guiño con la antigüedad de la vivienda, fue por eso que surgió la idea del terrazo como material predominante para revestir pisos y baños, de esta manera logramos darle la calidez de un espacio con historia”, explican.

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¿Qué sistema constructivo eligieron para la ampliación? “Optamos por el steel framing, un sistema en seco y liviano muy práctico y eficiente, además de que era fundamental no sumarle tanto peso a la estructura existente”, señalan. ¿El último detalle de esta obra? “Decidimos revestir la parte nueva con chapa negra y generar contraste con la existente, que pintamos de blanco delatando que la casa fue intervenida”.

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De las experiencias propias al camino compartido

Diez años después de recibirse, las dos arquitectas se asociaron y armaron el estudio que comparten en el centro de la ciudad de Neuquén. Habían enriquecido el ejercicio de la profesión con experiencias como trabajar en Francia y especializarse en diseño de interior en el caso de Bárbara e integrar como docente el equipo de Teoría del Habitar en la UBA en el caso de Celeste.

Una década después el camino la volvía a reunir. No son una constructora, pero siempre trabajan con la misma gente. Una vez que alumbran el proyecto tras las charlas con los clientes, les gusta estar en la obra, cambiar ideas con los albañiles, con Anselmo el capataz o Carlos el ingeniero civil para tomar la mejor decisión. El camino no siempre fue fácil ni sencillo, pero cada experiencia fue enriquecedora y aquí están, con proyectos en marcha, felices de ser parte del equipo.