Así es la nueva vida de una pareja de médicos venezolanos en Comallo

Empezaron a trabajar el 7 de marzo. “Dejamos atrás el infierno”, dicen en el hospital del pueblo de la Línea Sur, donde disponen de insumos que en su país no tenían. Otras diferencias: el clima, las costumbres, las patologías. Y el sueldo: allá 8 dólares, acá 2.000.

Selfie en la Línea Sur. “Una buena elección”, afirman.  Foto: gentileza

Selfie en la Línea Sur. “Una buena elección”, afirman. Foto: gentileza

Laura y Yeizel caminan las calles de Comallo añorando los buenos tiempos en su Venezuela natal y extrañando familiares que quedaron allá sobreviviendo a la crisis que afecta a aquel país. A miles de kilómetros, esta joven pareja, que como tantos venezolanos decidieron irse en busca de un futuro mejor, intenta encaminar su vida ejerciendo lo que estudiaron: medicina. Ambos, aseguran, huyeron del hambre, la falta de oportunidades, el caos y las injusticias, para curar y salvar vidas en este país que los acogió con los brazos abiertos y al que están muy agradecidos.

En Venezuela, el sistema y la crítica situación se los impedía, afirman. Luego de un año y medio residiendo en Buenos Aires, llegaron a Comallo el 7 de marzo. Con el paso de los días se van habituando al lugar, las costumbres, los vecinos, al paisaje, a dialectos típicos de la zona y a un clima muy distinto.

Esta pequeña localidad patagónica les permite vivir en paz y hacer lo que les apasiona: ejercer la medicina, con los recursos necesarios. También tener una vida digna y tranquila, exactamente lo que buscaban.

Laura Verge, nació hace 29 años en Caracas y Yeziel Díaz hace 28 en Valencia, la capital del Estado Carabobo. Se conocieron mientras estudiaban en la Universidad Rómulo Gallegos, en la capital venezolana. Allí se recibieron de médicos generalistas y empezaron una historia de amor que en septiembre dará su fruto con el nacimiento del primer hijo de la pareja. “Laura está embarazada de 16 semanas. No sabemos si será niña o niño. Pero sí estamos seguros de que será argentino” señala Yeziel mientras acaricia la panza de su mujer. “Será un gran recuerdo de Argentina, si es que algún día volvemos a nuestro país”, agrega ella.

Ambos tienen voz suave y hablar pausado, transmiten tranquilidad. Parecen haber encontrado en la Región Sur lo que durante mucho tiempo añoraron: paz, trabajo y bienestar. Para llegar a esto han sobrevivido a todo. A no poder llegar a fin de mes en Venezuela, a sufrir las carencias, a no poder ejercer en condiciones dignas, a tener que irse de su tierra dejando a seres queridos, según describen.

“Tuvimos que hacerlo. Prácticamente nos escapamos. Desde hace unos años en nuestro país no se vive… se sobrevive. Y últimamente está cada vez peor” afirma Yeziel.

“Laura, tenía a su mamá y a sus hermanos en viviendo en Buenos Aires y eso nos motivó a venir. Por suerte fue una muy buena decisión, a pesar que toda mi familia quedó en Venezuela. Algún día los voy a tener conmigo” agrega con los ojos llenos de lágrimas.

El exilio

Llegaron a Buenos Aires en septiembre de 2017. Al principio, la vida en Capital Federal tampoco fue fácil. “Veníamos dispuestos a trabajar de lo que pudiésemos. Comenzamos en restaurantes y poco a poco salieron algunas entrevistas de trabajo. Luego Yeziel empezó a trabajar en una farmacia y yo en un laboratorio” detalla Laura.

En julio del año pasado, luego que el Ministerio de Salud de Río Negro extendiera la convocatoria de profesionales venezolanos para los servicios de salud en las especialidades de medicina general, pediatría, terapia intensiva pediátrica, tocoginecología, neonatología y psiquiatría, junto a otros 40 profesionales venezolanos Laura y Yeziel asistieron a las entrevistas. Luego de los rigurosos y obligatorios trámites de homologación de titulo y el otorgamiento de matriculas para ejercer en Argentina y en Río Negro llegaron a Comallo. Hasta el momento han ingresado 15 venezolanos al sistema de salud rionegrino y se han instalado en distintos hospital de la provincia.

“Los tramites demandaron más de seis meses. Sabíamos que nos iba a llevar un tiempo largo, pero nosotros queríamos ejercer lo que estudiamos y estábamos dispuestos a esperar el tiempo que sea. Aprobamos 28. Por suerte salió todo bien y acá estamos… contentos y haciendo lo que nos gusta que es curar, intentar salvar vidas” añade Yeziel.

¿Por qué Comallo?

Laura está embarazada de 16 semanas. “Nuestro hijo será argentino”, dice.

La llegada a la Línea Sur se dio luego de una entrevista con el Ministro de Salud, Fabián Zgaib y con el secretario de Gestión de Establecimientos de Salud, Daniel Aroca, quienes les explicaron las realidades de cada región y las distintas opciones de destino. También las enfermedades endémicas y los recursos con los que cuenta cada hospital. “Nos dieron a elegir entre Comallo, Jacobacci o Bariloche. No conocíamos nada de esta zona. Como somos pareja y habiendo una casa disponible en Comallo, elegimos venirnos para acá… y creo que fue una buena elección. La gente nos ha recibido muy bien, nos saludan en todos lados, es muy amable y agradecida, nos sentimos bien. Necesitábamos un poco de tranquilidad en nuestras vidas y la estamos encontrando en Comallo”, afirma Yeziel.

Laura agrega que el trabajo que desempeña en la Región Sur es similar que deben realizar los médicos en Venezuela luego de recibirse. “Allá tenés que cumplir el Artículo 8 de la Ley de Medicina, que es hacer un año de medicina rural. Trabajar con poblaciones pequeñas. Es similar a lo que estamos haciendo acá”.

Salidas de campo

Junto a los otros colegas del único centro de salud de Comallo, esta joven pareja de médicos alterna los trabajos en la guardia con salidas al campo, derivaciones y atención en los barrios. Poco a poco se están haciendo conocer en un pueblo donde la sociedad es muy receptiva y cordial. Comparten “mates amargos” (aclara Yeziel) y tortas fritas con los vecinos y de a poco se van adaptando a un clima patagónico muy distinto al venezolano. La llegada del invierno y la segura presencia de la nieve en la zona les genera mucha curiosidad. El pico Bolívar, ubicado en el Estado de Mérida tiene casi 5.000 metros de altura y nieve permanente. “Solo la hemos visto… tenemos mucha ansiedad de saber cómo es tocarla. Estamos esperando que llegue ese momento”.

Vivir con 8 dólares al mes

“En Venezuela un sueldo minino son 18.500 bolívares que vendrían a ser unos 4 dólares. Con ese dinero podes comprar un kilo de carne picada y un paquete de arroz… Nada más. Un médico gana dos sueldos mínimos. Es muy triste decir esto, pero es la realidad”, detalla Yeziel y sus ojos vuelven a humedecerse.

El hombre siente bronca e impotencia por ver a su país sumergido en una crisis humanitaria, donde faltan los alimentos, los medicamentos, los servicios básicos son cada vez más deficientes y se persigue a quien no piensa o se manifiesta en contra del oficialismo. “Somos un país petrolero, se supone que deberíamos estar mejor. En Venezuela vale más un litro de agua que un litro de gasolina” añade.

Actualmente un medico en la Región Sur gana unos 2.000 dólares mensuales. Si bien aún no han cobrado el primer sueldo, desde que llego a Argentina y consiguió trabajo, Yeziel envía lo que puede a su familia.

“Estamos enviándoles lo que podemos. Es la única forma de que puedan vivir allá. Tres o cuatro personas de una familia, con un sueldo mínimo cada uno, no alcanzan a cubrir las necesidades del mes. Esperemos que algún día, si la situación en nuestro país no mejora, puedan venirse también ellos” y adelanto que su padre emigraría hacia Argentina en los próximos meses.

“No teníamos ni hilo para suturar”

Según algunas estadísticas desde 1999 a la fecha más de 4 millones de venezolanos han emigrado de su país en busca de mejores condiciones de vida. Entre ellos unos 30.000 médicos. La falta de medicina, de insumos y los bajos salarios son una limitante para poder ejercer la medicina con normalidad. “No pudimos ejercer en nuestro país porque las condiciones no estaban dadas para hacerlo. Uno tiene la preparación y la vocación para poder servir a la sociedad, pero no había nada. No había insumos, medicamentos….. ni siquiera hilo para suturar. La gente se muere porque no puede recibir un tratamiento adecuado. Es muy triste como venezolano decir esto, pero es lo que está pasando hoy en mi país” afirma Yeziel. El hombre señala que desde afuera se ve lo que las noticias muestran según la opinión del oficialismo o de la oposición, pero aclara que “no hay nada como vivirlo en carne propia y saber que hay cosas que en la noticias no se muestran porque hay tanta crisis, tantas necesidades que no se llega a cubrir toda la realidad”.

El cuerpo acá, la mente allá

Buena relación: “La gente nos trata muy bien, son muy cordiales”. Comallo tiene 2.500 habitantes.

“Es una migración forzada. No es por elección. Te genera mucho dolor, impotencia, molestias…. un poco de todo” señala Yeziel y admite que es difícil vivir en un lugar cuando su familia lejos y pasando muchas necesidades. “Uno está con el cuerpo y la mente acá, pero siempre pensando en lo que está pasando en Venezuela. Si nuestras familias están comiendo, si tienen lo necesario, si tienen dinero en efectivo porque a veces no lo consiguen y tiene que hacer las compras con tarjetas de créditos. Pero últimamente han tenido graves problemas de electricidad y no pueden comprar porque no funcionan los posnet, allá le dicen puntos de ventas. Desde que nos hemos venido la crisis ha aumentado y es una situación muy angustiante” afirma y rescata la valentía de quienes pudieron irse de Venezuela y también de quienes no pudieron o no quisieron hacerlo.

Yeziel y Laura admiten que son unos “afortunados” de poder vivir y trabajar en Argentina y a pesar de lo que significa estar lejos de sus afectos ambos tiene muy claro que en las condiciones que se encuentra Venezuela “hoy no volveríamos”.

Pero aclaran que “si la situación cambia y tenemos que ir a reconstruir la tierra donde nacimos, allá estaremos”.

15 médicos venezolanos en Río Negro

Son 15 los médicos venezolanos que ingresaron al sistema de Salud de Río Negro desde febrero de 2019 a la fecha y fueron distribuidos en los hospitales de Chichinales (2), Cipolletti (2), Villa Regina (2), Maquinchao (2), Comallo (2), El Bolsón (1), Jacobacci (1), Ingeniero Huergo (1) Choele Choel (1) y Lamarque (1). El secretario de Gestión de Establecimientos de Salud, Daniel Aroca, confirmó que en los próximos días ingresaran otros 9 y detallo que “la mayoría son generalistas y pediatras”.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios