Así funciona el geriátrico de Bariloche que registró una muerte por coronavirus
El hogar Descanso de Jesús funciona en el barrio Rancho Grande y recibe a adultos mayores en situación de vulnerabilidad que no tiene familia.
Las salas de terapia intensiva en muchos puntos del país están colapsadas. Tierra del fuego no es la excepción.
“Lugares como los geriátricos tienen también su movimiento al fin y al cabo: empleados que van y vienen o alguien que hace las compras”. José Barberis, el presidente de la comisión directiva del Hogar Descanso de Jesús, se refirió a la muerte de un hombre de 87 años por coronavirus que se encontraba alojado en ese establecimiento del barrio Rancho Grande.
Barberis recalcó que se tomaron todas las medidas de prevención exigidas por Salud Pública. “Hemos cumplido con todo. De hecho, las visitas están prohibidas desde principios de marzo. Pero el bicho anda por todos lados”, dijo.
El hombre que murió se encontraba alojado en el geriátrico desde hacía cuatro meses. Había sido sometido a una cirugía de cadera y sufría dolores.
El martes comenzó a sentirse mal, fue trasladado al Hospital Privado Regional (HPR) y ayer los referentes del hogar recibieron la peor noticia: tras su muerte, el testeo de coronavirus había dado positivo.
“Por protocolo del hospital, mandamos los signos vitales de la población del hogar. Nunca surgió una señal de alarma. Este hombre no tuvo temperatura, la oxigenación en sangre estaba bien al igual que la presión arterial. Además, el enfermero se hubiera dado cuenta”, advirtió Barberis.
Este hogar, uno de los pocos que está habilitado en Bariloche, tiene capacidad para 20 personas. En este momento, hay 12 hombres alojados que ya están al tanto de la muerte de su compañero.
“Hay un grado de tristeza y preocupación importante en la comunidad”, describió el coordinador del hogar.
Esta mañana, personal del hospital realizó el hisopado al personal del geriátrico y a las personas alojadas que, a su vez, fueron aislados en las habitaciones.
Descanso de Jesús es una asociación civil sin fines de lucro que se creó en 1968. En la década de los 80, comenzó a funcionar el hogar. “Los abuelos son especiales: están en situación de calle, sin familia que los atienda o sin recursos. Esto no es una actividad comercial. Mi función es totalmente voluntaria”, resaltó Barberis.
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