Aspero debate por el golpe militar en Chile

El debate sobre el golpe de Estado del "73 transformó ayer al Congreso chileno en una caja de resonancia por el desafuero del general Pinochet. La discusión terminó en un diálogo de sordos, ya que la derecha volvió a insistir en su vieja reivindicación del derrocamiento de Allende, mientras los partidos de gobierno criticaron las violaciones a los derechos humanos.

Valparaíso, Chile (EFE).- El primer debate parlamentario celebrado en Chile para establecer «la verdad histórica» de la crisis que en 1973 desembocó en el golpe militar y la dictadura de Augusto Pinochet se convirtió ayer en un «diálogo de sordos».

Convocado por la oposición de derecha, el Senado celebró una sesión especial para desmenuzar las causas que provocaron el quiebre institucional de hace 27 años, supuestamente para tratar de encontrar una verdad común e iniciar el camino de la reconciliación entre los chilenos.

«La posibilidad de un acuerdo es nula», admitió el senador socialista José Antonio Viera-Gallo al comienzo de la sesión, que se convirtió en una sucesión de acusaciones mutuas y justificaciones de los actos propios por parte de los representantes de los diversos sectores políticos. Al final, la sesión debió suspenderse en medio de incidentes (ver aparte)

La convocatoria a esta sesión especial se produjo después de que la Corte Suprema de Justicia decidiera el pasado día 8 despojar de su inmunidad parlamentaria a Augusto Pinochet, lo que dejó al ex dictador expuesto a ser procesado por las violaciones a los derechos humanos durante su régimen de 17 años (1973-1990).

El presidente de la República, Ricardo Lagos, afirmó que es imposible que pueda haber una historia oficial en relación con los hechos que originaron el golpe militar. «Está bien que se debata, pero todavía estamos debatiendo si tenía razón O»Higgins o Carrera, o dónde teníamos que habernos defendido de los españoles. Esto que se hace me parece bien, pero seamos serios: no habrá historia oficial», dijo.

El promotor de la sesión especial fue el senador Carlos Cantero, del conservador partido Renovación Nacional (RN), dijo la reconciliación no llegará a Chile mientras cada uno no reconozca su responsabilidad en los hechos que dieron origen al golpe de 1973 y pidan perdón por ello.

Sergio Romero, también senador de Renovación Nacional, dedicó su discurso a justificar el golpe militar y a criticar al gobierno del socialista Salvador Allende, mientras el senador designado Jorge Martínez Busch, ex jefe de la Marina, afirmó que el proceso a Pinochet «es una gran transgresión a la justicia».

Martínez Busch añadió que el proceso al ex dictador «contribuye a que persista la división entre los chilenos» y sostuvo que debería ser enjuiciado Luis Corvalán, en 1973 Secretario General del Partido Comunista.

El senador democristiano Mariano Ruiz Esquide recordó que el desafuero de Pinochet no se debe al golpe militar. «Se trata de juzgar si (Pinochet) es responsable o no de las violaciones a los derechos humanos que se cometieron durante su régimen, recalcó el legislador, que calificó de «inútil» el debate.

El matiz de diferencia lo puso el senador Sergio Bitar, socialdemócrata que tras el golpe pasó varios años encarcelado, al admitir que en las fuerzas que apoyaban al gobierno de Salvador Allende «hubo muchas veces actitudes poco democráticas».

Añadió que, no obstante, dichas actitudes no deben servir de base para justificar los crímenes y violaciones a los derechos humanos cometidos después.

Incidentes con los pinochetistas

Santiago de Chile (EFE).- Con incidentes y el desalojo de medio centenar de «pinochetistas» terminó la sesión especial del Senado convocada por la derecha parlamentaria para analizar la «verdad histórica» de la crisis que desembocó en el golpe de Estado de 1973.

Tanto partidarios como detractores de Augusto Pinochet presenciaron la sesión desde las tribunas, pero después de tres horas ésta fue suspendida por el presidente de la cámara, el democristiano Andrés Zaldívar. En ese instante, una cincuentena de partidarios del ex gobernante levantó pancartas y carteles en defensa de la obra y figura de Pinochet Asimismo, los seguidores de Pinochet prorrumpieron en gritos e insultos para los senadores, los silbaron y les lanzaron monedas.

Zaldívar ordenó entonces a la policía desalojar las tribunas, labor que se cumplió en absoluta calma y sin desórdenes.

La mayoría de los desalojados eran mujeres de la Fundación Pinochet filial Viña del Mar. La sesión especial, que continuaba anoche sin horario de término, coincide con el reciente desafuero de Pinochet, por lo que ha sido catalogada como un intento para «ocultar» los abusos del régimen militar.


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