Pasión sobre ruedas: General Roca vivió una jornada a puro clásico

La “Juntada Fierrera” convocó a más de un centenar de autos y motos con historia. Maximiliano Silvestri, uno de sus creadores, relató cómo nació la idea, cómo creció y qué sueñan para el futuro.

Queremos que todos se sientan parte. Hay autos impecables, otros en restauración y algunos de uso diario. El amor por los clásicos es el mismo”, afirman desde la agrupación "Juntada Fierrera"

De un mate en la plaza a un evento multitudinario.
La historia de la “Juntada Fierrera” comenzó hace apenas unos años, cuando un pequeño grupo de amigos en General Roca se reunía a tomar mate y hablar de autos. “Nos dimos cuenta de que en la ciudad había muchos clásicos, pero nada que nos uniera para charlar y compartir. Así surgió la idea”, recuerda Maximiliano Silvestri.

Las primeras reuniones fueron íntimas, con pocos vehículos. Pero la pasión fue contagiosa: hoy, el segundo fin de semana de cada mes, las calles de la ciudad se llenan de historia sobre ruedas. Participan autos y motos con más de 25 o 30 años, sin importar marca, modelo o estado. “Queremos que todos se sientan parte. Hay autos impecables, otros en restauración y algunos de uso diario. El amor por los clásicos es el mismo”, subraya Silvestri.

En la última edición de agosto, la convocatoria superó expectativas: más de 130 vehículos, entre ellos dos Ford A de los años 30, pickups Chevrolet y Ford de las décadas del 30 y 40, además de modelos de Mercedes, Jeep, Dodge, Fiat y Chevrolet.


Historias que aceleran el corazón


Cada vehículo llega con una historia única
Algunos fueron comprados por gusto, otros heredados de un padre o abuelo, y muchos guardan un fuerte valor sentimental. Silvestri comparte su propia experiencia: el auto que hoy maneja era de su suegro, quedó olvidado durante años hasta que la familia se lo regaló. “Pudimos devolverlo a la vida y ahora es parte de nuestra familia”, confiesa.

En las juntadas grandes, que se hacen una o dos veces al año, se reparten premios por sorteo: en la última hubo cerca de 60 gracias al aporte de comercios y participantes. No hay competencia de categorías para que nadie se sienta excluido. “No premiamos solo la estética. Hay autos despintados que conservan su pintura original y otros que no tienen recursos para restaurarse, pero detrás hay esfuerzo y amor”, afirma.


Las anécdotas abundan: como la de un abuelo que llegó con su nieta en una F-100 gris, estacionó y abrió el capot para mostrar su motor, o la de una mujer que buscaba un Chevrolet 400 como el que tuvo de niña y terminó fotografiándose junto a un Dodge 1500. “A veces lo que más emociona no es el auto más raro, sino aquel que te conecta con tu infancia”, resume Silvestri.

El futuro de la “Juntada Fierrera” apunta a mantener la cita mensual, sumar más autos y motos, y expandir la convocatoria a provincias vecinas. Pero la meta principal sigue siendo la misma que en el primer mate compartido: unir a quienes sienten que la pasión por los clásicos corre por las venas y transmitirla a las nuevas generaciones.


Los fundadores de la Juntada Fierrera son un grupo de amigos unidos por la pasión por los motores: ellos son Edgar Galván, Alfredo Sandoval, Esteban Colussi, Juan Zárate, Sami Dupré, René Maureira, María Victoria Sandoval, Natalia Delgado, Gastón Giorello, Denis Martos y Damián Sacco. Juntos dieron forma a este encuentro que hoy es un clásico para los fierreros de la región.


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