Bariloche: Irán a la Justicia por el dragado clandestino de un arroyo

El Municipio reúne información para presentar la demanda contra vecinos que incumplieron la normativa, que protege esa área natural ubicada en Llao Llao.

La fuerte bajante estacional en los lagos de la región redujo mucho el caudal del arroyo Angostura, que une el Moreno con el Nahuel Huapi, y un grupo de vecinos decidió que lo mejor era improvisar una jornada de trabajo para retirar piedras del fondo y aumentar así la profundidad del curso de agua.

El propósito principal habría sido el de asegurar la navegación de las lanchas y gomones sin riesgo de tocar el fondo.

El municipio advirtió que esa conducta viola normativas vigentes y altera un área natural protegida. En el área de ambiente comenzaron a reunir elementos para pasarlos a la asesoría letrada y llevar el tema a la justicia.

El subsecretario de Planeamiento y Sustentabilidad Urbana, Juan del Valle, dijo que cuentan con fotos, videos y el testimonio de guardabosques municipales.

El intento de dragar el arroyo ocurrió el pasado fin de semana y generó discusiones con los agentes municipales que trabajan en el bosque municipal Llao Llao y tienen jurisdicción en el lugar. Debió intervenir personal policial y de Prefectura Naval para identificar a los infractores, que se valieron de kayaks para cargar las rocas y llevarlas a la costa.

Acerca de los motivos, Del Valle dijo que “se escucharon muchas cosas”, pero dio por sentado que el verdadero propósito era transitar con embarcaciones, porque mientras sacaban piedras del fondo del arroyo “pasaban con una lancha de un lado a otro para comprobar si tocaba”.

Además del municipio tomó intervención el Departamento Provincial de Aguas, que también avanzaría con una acción judicial.

Los vecinos justificaron su actitud en la presunta inacción municipal ante el riesgo de que se interrumpa el paso de agua y quede encerrada la cuenca del lago Moreno.

Del Valle dijo que esa razón “no tiene mucho asidero”, porque no hay antecedentes de corte del arroyo. Refirió que “existen estudios sobre el impacto que genera la bajante y no repercute en la reproducción de los peces”.

Dijo además que, aun sin corriente superficial, la comunicación de las aguas de ambos lagos “se mantiene por infiltración”.

Subrayó que los vecinos no tienen derecho a intervenir por su cuenta sobre ningún arroyo.

Recordó que existe un antecedente todavía más grave, cuando una residente de Llao Llao, Ezequiel Fernández Messada, había ingresado al arroyo con una excavadora y movió grandes volúmenes de material para profundizar el cauce.

Aquel episodio se registró en abril de 2014 y, dos años después, el juez civil Cristian Tau Anzoátegui falló en su contra, le impuso una multa de 30 mil pesos y consideró que su conducta había constituido “una amenaza grave, concreta y actual” sobre el ambiente y el recurso hídrico.


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